La expropiación de las viviendas en Berlín, pendiente de la próxima alcaldesa


El referéndum sobre la expropiación de viviendas a grandes propietarios de la capital alemana se ha saldado con un apoyo mayoritario del “sí”
La propuesta de la consulta, no vinculante, está a la espera de que se ocupe de ella el nuevo equipo de gobierno de Berlín, ciudad que también celebraba elecciones el domingo pasado
Casi no se lo creen. La alegría que expresan desde la noche electoral del domingo los militantes de la iniciativa Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía es tanta que roza la incredulidad. No sólo han logrado organizar un referéndum para que la ciudad vote sobre la expropiación a las empresas con más de 3.000 viviendas en la capital, es que han ganado dicha consulta.
“Hay mucha alegría y satisfacción. Yo siempre pensé que lo lograríamos, porque si no no habríamos luchado tanto. Pero que pudiéramos tener un resultado tan claro... eso es algo que no habíamos pensado nunca”, reconoce a NIUS Ingrid Hoffmann, una de las responsables de la iniciativa y una de las personalidades que ayudó a lanzar desde cero la iniciativa. “Hemos ganado en diez de los doce distritos berlineses”, abunda esta activista aludiendo al triunfo del “sí” a la expropiación.
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Los resultados definitivos del referéndum trascendían este lunes, jornada de resaca política en la capital alemana por las elecciones generales y la cita con las urnas por el control del Ayuntamiento de la ciudad-estado que es Berlín.
El 56,4% de los participantes votó que “sí” en la consulta que coincidía con las dos grandes citas electorales del ciclo político berlinés y, sobre todo, alemán. En total, 1.034.709 votos llevaban el “sí” a la expropiación. Por el “no” se decidió un 39% de los participantes, a saber, otras 715.000 personas.
“Creíamos que si lo ganábamos, lo ganábamos por poco, o que si lo perdíamos, lo hacíamos por poco”, según Hoffmann. Para ella, el 56,4% resulta inapelable. De lo que no hay duda es de que para los berlineses la carestía y los precios de la vivienda se han convertido en un problema de primer orden. No en vano, se habla aquí de “urgencia habitacional” para referirse a la escasez de vivienda y el alza de los precios.
Pero tratándose de una consulta que busca expropiar a las empresas con más de 3.000 viviendas en la capital, no han tardado en aparecer argumentos para frenar el empuje de Hoffmann y los inquilinos organizados de Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía. Se han enunciado argumentos contra la iniciativa especialmente desde el sector inmobiliario, pues en el punto de mira de los activistas figuran unas 240.000 viviendas en manos de grandes compañías.
El economista Philipp Metzger explica cómo y por qué en Berlín se va a votar en referéndum la expropiación de unas 250.000 viviendas en manos de grandes propietarios.
— NIUS (@NiusDiario) 19 de septiembre de 2021
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Este lunes ya se habían manifestado desde el sector inmobiliario alemán para señalar, como hacía en las páginas del diario capitalino Berliner Zeitung Maren Kern, de la Asociación de Empresas Inmobiliarias de Berlín y Brandeburgo (BBU, por sus siglas alemanas), que había que actuar teniendo en cuenta que había casi un 40% de personas que habían rechazado la iniciativa. Se trataba así de restar importancia al triunfo del “sí”. “El sector económico tiene miedo”, se leía, entre tanto, en las páginas del Berliner Zeitung.
Pendientes de la política local
Seguro que los militantes de Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía y los principales actores del sector inmobiliario berlinés tienen ahora el mismo grado de interés cuando miran a la política berlinesa. El domingo, día de la corta victoria del socialdemócrata Olaf Scholz en las elecciones generales alemanas, los berlineses votaban en las elecciones por el control del Ayuntamiento.
Esa cita con las urnas también acabó con una apretada victoria socialdemócrata, en este caso de la candidata a la alcaldía del Partido Socialdemócrata de Alemania (SDP), Franziska Giffey. La socialdemócrata, reivindicando un 21,4% de los votos, quedaba por delante de la aspirante de Los Verdes, Bettina Jarasch (18,9%). Ambas eran las principales candidatas.
En el último lustro, la capital alemana ha estado gobernada por una coalición de izquierdas liderada por el también socialdemócrata Michael Müller. Giffey podría renovar esa coalición con Los Verdes y la formación izquierdista Die Linke, pero aquí, el referéndum de Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía resulta de vital importancia. Los izquierdistas son la única formación que apoyan claramente la medida contra las empresas inmobiliarias.
La presentida alcaldesa de Berlín no cree en la expropiación
Giffey, en su campaña, se ha mostrado contraria a la iniciativa. Que el referéndum haya terminado con una clara victoria del “sí” es para la presentida nueva alcaldesa de Berlín una “prueba muy, muy seria” para la próxima coalición, según decía Giffey este lunes.
Entre los motivos para el escepticismo de Giffey figura que Berlín ya fracasó en su intento de implementar otra solución juzgada radical por sus críticos contra el problema del aumento de los alquileres que ha experimentado la ciudad en los últimos años: la ley de tope al alquiler. Esta norma ponía por ley límite a los alquileres y, en algunos casos, los reducía. El Tribunal Constitucional consideró dicha ley contraria a la Ley Fundamental alemana por entender que el Land de Berlín no era competente para realizar una norma así.
En Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía saben de las pocas ganas de Giffey de comprometerse con el resultado del referéndum. Es más, temen que la socialdemócrata acabe aliándose con ecologistas y liberales del FDP, o incluso con la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), para evitar así tener que integrar a Die Linke.
“Ahora todo depende de la presión política”
Pero, con el resultado del referéndum, en Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía se muestran optimistas, incluso en el medio y largo plazo.
“Ahora todo depende de la presión política que vamos a crear en los dos primeros dos o tres años. El gobierno tiene que consolidarse. Los políticos que lo formen van a hacer oídos sordos y nosotros vamos a tener que inventar cosas”, dice Hoffmann, la activista que atiende a este periódico. “Pero nosotros tenemos ideas para hacer presión”, abunda con optimismo.
Hoffmann y compañía dependen ahora de que los responsables políticos de la ciudad aprueben una ley sobre la expropiación que incluya la creación de una entidad de titularidad pública que, con bonos de deuda, financiaría la expropiación. Dicha operación, en Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía, la evalúan entre 7.300 millones de euros y 13.700 millones de euros, según cálculos de los activistas citados por el diario berlinés Der Tagesspiegel.
El Gobierno berlinés de la pasada legislatura, que envió no pocas señales en contra de la iniciativa ciudadana pese a contar con responsables de Die Linke, calcula la expropiación en montantes muchos más elevados, entre 29.000 millones de euros y 36.000 millones de euros, según las estimaciones del Ayuntamiento.