Último adiós a Chirac: el expresidente reposará junto a los restos de su hija

El funeral se ha celebrado entre numerosas personalidades políticas
El exmandatario descansará en el parisino cementerio de Montparnasse
Adiós a Jacques Chirac con toda la solemnidad y la grandeur francesa. Cerca de la tumba de Napoleón, en el Palacio de los Inválidos, el exmandatario ha recibido honores militares en presencia de Emmanuel Macron y los otros tres expresidentes vivos: Valéry Giscard d'Estaing, Nicolas Sarkozy y François Hollande.
Desde allí, el cortejo funerario ha recorrido las calles de París. Los ciudadanos congregados han dado el último adiós a su antiguo presidente (fallecido el pasado jueves, a los 86 años) ; el más querido, según las encuestas, junto a Charles de Gaulle.
Despedida con grandes personalidades y la ausencia de su esposa
Su ataud ha sido trasladado a la Iglesia San Sulpicio, la más grande de la capital francesa. Allí se ha celebrado el funeral oficiado por arzobispo Michel Aupetit, quien ha tenido un recuerdo para la esposa del fallecido, Bernadette, ausente de la ceremonia "por motivos de salud".
Al funeral han acudido dos mil personas. Entre ellas, unas 80 personalidades extranjeras (jefes de Estado y de Gobierno y antiguos dirigentes) como el presidente ruso Vladimir Putin, el expresidente estadounidense Bill Clinton, el español José Luis Rodríguez Zapatero, el afgano Hamid Karzai o el primer ministro libanés Saad Hariri.
Un hombre de Estado "caluroso"
En su homilía, el arzobispo ha definido a Chirac como "un hombre caluroso", un hombre que "podía estar tan a gusto en el Elíseo como en el Salón de la Agricultura".
A las afueras de la iglesia, se han agolpado ciudadanos que han querido rendirle homenaje: "Es un gran hombre que ha encarnado los valores de Francia, estamos muy emocionados", decía una mujer a la agencia Reuters. Otra destacaba su cercanía: "Era sabio pero también venía, comía y bailaba".
Chirac lo fue todo en la política francesa: presidente de la República (1995-2007), primer ministro ( 974-1976 y 1986-1988) y alcalde de su amada París.
Sus restos reposarán en el parisino cementerio de Montparnasse, junto a su hija Laurence, fallecida hace tres años. Muy cerca de otros grandes símbolos del país, como el escritor Charles Baudeleaire o los filósofos existencialistas Jean Paul-Sartre y Simone de Beauvoir.