El grupo más derechista de la ultraderecha alemana se disuelve, pero su influencia se mantiene


La ultraderechista Alternativa para Alemania es el principal partido de la oposición en el Bundestag. En esta formación hay un grupo de políticos llamado “El Ala” que flirtea con la extrema derecha, la xenofobia y el peor nacionalismo. Mejor dicho lo había: “El Ala” acaba de ser disuelta.
No representan todo el partido, pero El Ala, nombre que recibe el grupo más derechista de la formación de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), está lastrando a la familia política más conservadora del país de la canciller Angela Merkel.
Seguramente por eso este fin de semana se supo de su disolución, una medida que la dirección nacional de AfD quería ver implementada de aquí a finales de abril pero que ya parece ser efectiva, según las propias declaraciones de los líderes de El Ala.
Al frente de ese grupo está Björn Höcke, líder de AfD en Turingia, un Land del este alemán donde la ultraderecha es particularmente fuerte. En las últimas elecciones regionales de Turingia, celebradas el pasado mes de octubre, Höcke y compañía lograron un 23,4% de los votos. Bajo su liderazgo, AfD fue la segunda fuerza política más votada, por detrás de el partido izquierdista Die Linke, la formación del presidente de Turingia, Bodo Ramelow.
Höcke es, como poco, una figura polémica en Alemania. Ha protagonizado grandes controversias a nivel nacional. Lo hizo, por ejemplo, cuando criticó la existencia en Berlín de lo que llamó el “monumento de la vergüenza”. Con esos términos se refirió al monumento a los judíos de Europa asesinados por el III Reich situado en el corazón de la capital germana.
También precede la fama a Andreas Kalbitz. Él es el líder de AfD en Brandeburgo, el Land que envuelve a la capital alemana. Allí AfD es la segunda fuerza política del parlamento, que controla el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
Kalbitz es otra de las caras conocidas de El Ala y, según ha trascendido en informaciones recientes del semanario Der Spiegel, tiene pasado neonazi. Formó parte de la organización Juventud Alemana Leal a la Patria (HDJ, por sus siglas alemanas), una asociación neonazi ilegalizada en 2009.
Bajo la vigilancia de los servicios secretos
Hace un par de semanas, El Ala pasaba a estar oficialmente en el punto de mira de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas alemanas), los servicios de inteligencia alemanes. El presidente de la BfV, Thomas Haldenwang, justificó esta decisión a mediados de mes afirmando, entre otras cosas, que Höcke y Kalbitz eran “extremistas de derechas”.
En El Ala, los servicios de inteligencia veían una “probada aspiración extremista contra el orden democrático”. Estas consideraciones han obligado a Höcke y Kalbitz a adoptar un perfil bajo. El pasado fin de semana la dirección nacional de AfD aprobaba su resolución, por once votos de trece posibles, pidiendo a El Ala.
Poco después de que la dirección del partido adoptara esa decisión, a Höcke se le citaba en los medios alemanes como si su trabajo en 'El Ala' hubiera terminado. “AfD ha evolucionado muy bien” y “del mismo modo que el impulso que dimos hace cinco años era necesario, ahora necesitamos un impulso que va más allá de 'El Ala' y que subraya la unidad del partido”, según esas declaraciones, recogidas, entre otros, por el diario Bild, el más leído del país.
“No somos un partido nazi”
Unidad, con Höcke y compañía, no puede haber dentro de AfD. Al menos de esto da cuenta una conversación con Frank-Christian Hansen, diputado en el parlamento regional berlinés del partido de ultraderecha.
“La decisión que ha tomado la dirección del partido es muy importante. Es una señal política tanto para dentro del partido como para fuera del mismo. Es una señal para decir que no nos consideramos un partido de extrema derecha ni un partido nazi”, dice Hansen a NIUS.
La suya es una voz moderada en AfD. Él ve a su partido como una respuesta natural en un panorama político en el que la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, ha ido girando hacia el centro desde que ella tomó las riendas de la formación conservadora. El vacío que ha dejado en la derecha la CDU, lo ocupa ahora AfD.
El problema, sin embargo, tal y como apunta a NIUS el politólogo de la Universidad Libre de Berlín Nils Diederich es que AfD es algo más que un fenómeno político que ocupa el vacío que ha dejado la CDU en su deriva centrista.
“'El Ala' es una fracción de los elementos radicales de derechas y nacionalistas dentro de AfD, que es un partido que aspira a ser un partido conservador con una agenda conservadora”, explica Diederich a NIUS. “En AfD existe este grupo de gente radical de derechas que a buen seguro tienen la idea de construir una mayoría dentro del partido”, abunda este politólogo, aludiendo a “El Ala”.
Una llamativa minoría dentro del partido
Hansen plantea que Höcke y compañía no son más que una “minoría gritona que llama mucho la atención”. “'El Ala' está dando la razón a la gente que se escandaliza con AfD, y también justifica el relato según el cual AfD es un partido de extrema derecha o nazi. Pero ahora la cúpula del partido, y no sólo ésta, también la mayoría de los miembros del partido, ya está harta”, comenta el político berlinés.
“Hay incluso grupos de militancia de base que se han organizado para decir que 'no somos el partido de Höcke'”, abunda Hansen. Sin embargo, por mucho que la dirección del partido mueva ficha escuchando este tipo de reclamaciones, Höcke y los suyos no han quedado fuera del partido.
“El Ala” nunca tuvo una estructura clara dentro de AfD. Que deje de existir como grupo plantea, según algunos observadores y los rivales políticos de izquierda, centro-izquierda y centro-derecha, que se diseminen las opiniones más radicales del partido en lugar de ser erradicadas. Esto podría llevar a que toda AfD pasara a estar bajo la observación de los servicios de inteligencia.
Es más, hay quienes, como Hansen, dan por hecho ese extremo. “Nos van a vigilar sí o sí. Pero, entre tanto, hay que aislar a los integrantes de 'El Ala', y hacer así que la gente que seguía a Höcke ciegamente no lo haga, o que nos alejemos de la gente que no es racional”, dice Hansen.
“'El Ala' no es integrable en AfD”
En este sentido, ya se han registrado pronunciamientos contra “El Ala” como el que hacían recientemente desde el populoso Land de Renania del Norte-Westfalia (oeste). “El Ala no es integrable en nuestro partido”, ha manifestado Rüdiger Lucassen, portavoz de ese populoso Land.
El lunes, Christine Anderson, eurodiputada y representante de “El Ala” en el Land de Hesse, anunciaba junto a otros afines a Höcke la disolución del grupo en ese estado federado. Länder como Hesse, Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado, Schleswig-Holstein o la ciudad-estado de Hamburgo – donde también se han escuchado voces críticas de AfD contra Höcke y los suyos – son más importantes para el partido que Turingia y Brandeburgo.
Se estima que en el este alemán, donde “El Ala” es especialmente fuerte, el partido de ultraderecha sólo cuenta con un quinto de su militancia. Allí, aunque se disuelva, la sombra de “El Ala” seguro que va a seguir planeando sobre la política.