La Iglesia Ortodoxa de Rumanía no cambiará el ritual de bautismo pese al clamor por la muerte de un bebé


Los fieles rumanos habían solicitado que se rocíe a los bebés en lugar de sumergirlos tres veces en agua bendita
La fiscalía del país investigan el caso que ha conmocionado Rumanía pero la Iglesia Ortodoxa tiene mucho poder allí
La Iglesia Ortodoxa de Rumanía, que hace unos días lamentó la muerte de un bebé ahogado durante una ceremonia de bautismo, continuará sumergiendo a los bebés a pesar las peticiones en todo el país para cambiar el ritual de la ceremonia.
El bebé de sólo seis semanas murió a consecuencia de un paro cardíaco en la ciudad de Suceava, al norte de Rumania, cuando le practicaron la ceremonia tradicional de bautismo, que consiste en sumergir a los niños en agua bendita tres veces.
La fiscalía del país está investigando un caso que ha dividido a los la Iglesia ortodoxa y a sus fieles. Decenas de miles de rumanos han solicitado que rocíe agua sobre las cabezas de los bebés para evitar el shock que les supone meterles por completo en agua bendita.
Los 20 millones de habitantes de Rumanía son en su mayoría cristianos ortodoxos, y es por eso que la Iglesia tiene allí una influencia considerable. Por eso han podido mantenerse firmes para continuar con el ritual como ha sido siempre a pesar del clamor popular.
"La Iglesia Ortodoxa de Rumania tiene la obligación legal de mantener la comunión y unidad dogmática, sacramental y disciplinaria con la Iglesia Ortodoxa universal", dijo el Santo Sínodo, su órgano rector, en un comunicado, que además ha instado a sus sacerdotes a ser más responsables.
El Sínodo también aclaró que los sacerdotes tienen la obligación de reunirse con los padres antes del bautismo para aclarar las condiciones de salud de sus hijos. Por su parte, las escuelas de teología prestarán "mayor atención" al enseñar la práctica de inmersión.