Lambrecht: la nueva "dama de hierro" del Ejército alemán


La socialdemócrata Christine Lambrecht es la responsable de poner a punto a un Ejército alemán al que los propios militares describen estos días como “desnudo” por su preocupante estado de revista
A Christine Lambrecht, ¿Quién se lo iba a decir?
A esta socialdemócrata de 57 años jamás se le habría ocurrido que, ni siquiera cumplidos los primeros 100 días del nuevo Gobierno del canciller Olaf Scholz, ella iba a estar al frente del que ahora mismo parece el ministerio más importante de Alemania. A saber, el Ministerio de Defensa.
Como ministra de Defensa, ella es la principal responsable del Ejecutivo germano a la hora de gestionar los 100.000 millones de euros del fondo especial que van a crear Scholz y compañía para gasto millar. Además, a sus mandos, su negociado gubernamental ganará importancia hasta suponer en 2024 un gasto del 2% del PIB.
Alemania ha ignorado ese compromiso de gasto de los miembros de la OTAN desde hace dos buenas décadas. La invasión a Ucrania, sin embargo, ha supuesto un cambio “drástico”, “histórico” y hasta “revolucionario”, según algunos de los términos que se emplean estos día para explicar el volantazo que ha pegado Alemania con Scholz al frente desde que Vladimir Putin lanzara sus tropas a invadir Ucrania.
El canciller alemán explica este domingo en una sesión extraordinaria del Bundestag los esfuerzos de su Gobierno ante la crisis provocada por el ataque de Vladimir Putin contra Ucrania
— NIUS (@NiusDiario) 27 de febrero de 2022
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Lambrecht, de hecho, ponía en falso punto final a su larga carrera como política del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) el pasado mes de septiembre. Cuando faltaban apenas tres semanas para las elecciones generales, Lambrecht decía que dejaría de ser candidata a renovar su escaño en el Bundestag. Después de una carrera parlamentaria de un cuarto de siglo, acabar con el capítulo político de su vida parecía algo lógico.
Esta mujer natural de Mannheim (oeste germano) era, antes de hacerse con el control del Ministerio de Defensa germano, una mujer con una dilatada carrera muy respetada en el SPD. Hizo tan bien su trabajo como Ministra de Justicia en la última gran coalición de Merkel que, cuando Franziska Giffey – ahora alcaldesa de Berlín – dejó el Ministerio de Familia por un caso de plagio en su tesis doctoral, a Lambrecht se le propuso hacerse cargo también de esa cartera hasta el final de la legisltaura.
Así, en septiembre del año pasado, se dirigía hacia la puerta de salida de la política. Ahora bien, ese mismo mes se hizo patente que el SPD podía volver a ganar las elecciones gracias a los no pocos parecidos de Scholz con Angela Merkel.
La crónica política alemana cuenta que fue ahí cuando volvió a picarle a Lambrecht el gusanillo del poder. Que Scholz la llamara para proponerle el Ministerio de Defensa supuso dar la vuelta y volver a la primera línea.
Alemania viene de un reconocido “fracaso histórico”
Jurista de formación y carente de perfil internacional – aún no ha visitado ni Washington ni París –, Lambrecht no es, a priori, una política predestinada a ocuparse de la tropa alemana. Hasta ahora, el trabajo en el Ministerio de Defensa de Alemania era considerado uno de los más difíciles. Allí se han aplicado a disgusto recortes consecutivos al Ejército. Cualquier decisión que sonara a apoyo decidido a la labor del Ejército siempre se ha visto con mala cara por buena parte de la población germana.
Es más, el Ministerio de Defensa al que llegó como jefa el pasado mes de diciembre es un ministerio responsable ya de un fracaso histórico. El mérito está, en buena medida, en sus predecesores, los ministros de Defensa de Merkel.
De hecho, ha sido la conservadora Annegret Kramp-Karrenbauer, la última ministra de Defensa de Merkel quien decía lo siguiente el pasado jueves, día en que empezaba la invasión de Rusia contra Ucrania. “Estoy tan enfadada contra nosotros mismos (…) porque hemos fracasado de forma histórica”, según ha recogido el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Hablaba la otrora considerada 'heredera' de Merkel a cuenta de que no había nada preparado que diera miedo a Putin para evitar que actúe del modo en que lo está haciendo.
También se encuentra entre las inmediatas predecesoras de Lambrecht la ahora presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. De ella también se dijo que era una 'canciller en la reserva' de Merkel y también se puede decir que fracasó en la tarea de hacer que Alemania tuviera un Ejército con cierto músculo. Tras 16 años en el poder de Merkel, al Ejército alemán lo describía el ya citado diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung
Un Ejército alemán “desnudo”
“El análisis que hacen aquí los militares de la altas instancias es que Alemania, en principio, no tiene capacidad para actuar militarmente” ante una agresión como la de Rusia en Ucrania, según recuerda a NIUS Nils Diederich, profesor y politólogo de la Universidad Libre de Berlín. Entre otras cosas, porque en Alemania ha reinado la idea de que “tras la Reunificación, el país ya no necesitaba más Ejército”, por eso “se acabó con el servicio militar, y por eso los políticos utilizaban el Ejército como algo destinado a misiones internacionales”.
Las proporciones de la debilidad militar alemana son tales que sabe que el país no estaría preparado para afrontar, por ejemplo, una agresión como la que sufre estos días Ucrania. El Teniente General Alfons Mais, inspector del Ejército alemán y en consecuencia el militar de más alto rango de Alemania, ha llegado a decir que la guerra en Ucrania pilla a su país “más o menos desnudo” militarmente.
Sobre Lambrecht recae ahora la misión de “vestir” al Ejército con los 100.000 millones del fondo especial con el que va a poder financiarse la tropa alemana. “Los 100.000 millones se van a emplear para que el Ejército esté dotado del material básico en toda la paleta de capacidades militares”, dice a NIUS Olaf Boehnke, analista en Berlín de la consultora internacional Rasmussen Global.
“Esto significa, por ejemplo, según se dice, que sólo para volver a llenar de munición las reservas, que están casi vacías, hacen falta 20.000 millones de euros. Para desarrollar los nuevos cazas militares que deben sustituir a los Eurofighter actuales, hacen falta otros 20.000 millones o más, y el resto es necesario para capacitar al resto de la flota naval, aérea y de blindados”, abunda este experto.
Una diferencia fundamental que establecer entre Lambrecht y sus predecesores es que, de momento, no resultan impopulares las intenciones de armar al Ejército expuestas por Olaf Scholz en el Bundestag el pasado domingo. Al contrario, una reciente encuesta daba cuenta este martes de que hasta el 78% de la población consideraba “acertada” la decisión de dedicar esos 100.000 millones de euros a mejorar la situación del Ejército alemán.
Dass die Bundesregierung die Verteidigungsausgaben ab sofort deutlich erhöhen und der Bundeswehr 100 Milliarden Euro für Ausstattung und Waffen zur Verfügung stellen will, finden...
— Deutschland Wählt (@Wahlen_DE) 1 de marzo de 2022
Richtig: 78%
Nicht richtig: 16%
via @ntvde / Forsa, 1002 tel. Befragte (28.02.2022)
También en la política de Defensa, el que manda es Scholz
Lambrecht, que en su día defendió el ahora a todas luces insuficiente envío de 5.000 cascos militares a Ucrania como un “señal clara” de apoyo a los ucranianos en los días en los que se fraguaba la invasión de Rusia, tiene ahora que cambiar el discurso y adoptar el de Scholz. “Ella es una figura del tablero político alemán, pero en ese tablero, el que manda es el canciller Scholz”, sostiene Diederich, el profesor de la Universidad Libre de Berlín.
De fondo, está la idea que la élite política alemana parece haber pasado a defender la tesis según la cual “sólo se puede hablar y dialogar con éxito en política internacional cuando se puede hablar con los ojos al mismo nivel, y para estar al mismo nivel también cuenta estar preparado militarmente”. Es en este contexto que Lambrecht tiene la misión de poner en marcha los planes de adaptación del Ejército alemán que ha planteado Scholz.
El canciller dijo en el Bundestag Ella, que decía al ser nombrada ministra de Defensa que le “gustan los desafíos”, seguramente nunca pensó que su reto sería en esta legislatura dar un giro de 180 grados en la tradicionalmente anémica política militar alemana.