Italia impone un confinamiento duro en las regiones más afectadas por el virus


Se establecen tres categorías en función de la gravedad de distintos criterios sanitarios
En las zonas rojas estarán prohibidos los desplazamientos y cierra toda actividad no indispensable
Después de tres días de reuniones y debates interminables, finalmente el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, firmó de madrugada un decreto que devolverá a las regiones más afectadas por el virus a un escenario muy parecido al de la pasada primavera. La novedad es que el país abandona una estrategia nacional única para adoptar medidas diferenciadas en función de los territorios. Italia se dividirá en tres zonas, según una serie de estándares sanitarios, y en aquellas regiones donde la situación sea muy grave habrá un confinamiento duro.
Estas últimas se considerarán zonas rojas, donde no estarán permitidos los desplazamientos si no es por motivos justificados. Las únicas excepciones para salir de casa serán los paseos en las cercanías del propio domicilio o la práctica de deporte a de forma individual y al aire libre, es decir, salir a correr. Quedarán cerrados todos los negocios que no sean considerados básicos. Esto es, permanecerán abiertas las fábricas y las tiendas de alimentación, farmacias o quioscos, como ya ocurrió en primavera. La salvedad, con respecto a la primera ola, es que también abrirán las peluquerías. Aquí la educación sólo será presencial hasta primaria, mientras que el resto seguirá las clases desde casa.
Las regiones dentro de esta categoría son Lombardía -que ya fue la más golpeada durante la primera ola-, Piamonte, Calabria y Valle de Aosta. Italia basa sus decisiones principalmente en el índice de reproducción R, que mide el ritmo con el que se multiplican los contagios, pero tiene en cuenta otros criterios como la incidencia, la ocupación de las UCI o la presión hospitalaria.
Una segunda franja serían las llamadas zonas naranjas, entre las que estarían Puglia y Sicilia. En ellas se establecerá un confinamiento perimetral duro, lo que implica que no se podrá entrar ni salir del propio municipio. La restauración también permanecerá cerrada, pero se salvan las peluquerías y centros de estética. Por lo demás, adoptarán las mismas restricciones que el resto de regiones.
Todas las que no están en una situación grave quedarán encuadradas en lo que han denominado como zonas amarillas, donde las restricciones serán igualmente más duras que las que existen en estos momentos. Se impondrá un toque de queda nacional a partir de las 10 de la noche, cierran museos, exposiciones y salas de juego, los centros comerciales no podrán abrir los fines de semana, el transporte se limita al 50% y la educación superior será online.
El decreto entra en vigor este viernes y se mantendrá al menos hasta el próximo 3 de diciembre, dentro de un mes. Se medirán los índices con los datos agregados de siete días, aunque si una región pasa a la zona roja deberá mantener esas restricciones un mínimo de dos semanas, para poder evaluar el efecto. Los debates con los dirigentes regionales han sido muy tensos, ya que algunos se mostraban en desacuerdo con la disparidad de actuaciones y con que sea el Gobierno central quien imponga los criterios. También ha habido discrepancias entre un sector rigorista del Gobierno y otro, en el que se incluye Conte, partidario de medidas más suaves.
Récord de fallecidos en la segunda ola
Las señales, sin embargo, dejan poco margen. Este martes Italia batió un récord de fallecidos en esta segunda ola con 353 muertos en las últimas 24 horas. Si se tiene en cuenta que estos enfermaron probablemente hace dos o tres semanas, cuando el nivel de contagios era un tercio del actual, lo lógico sería que las cifras continúen creciendo. El número de infectados diarios se mueve en el entorno de los 30.000.
Además, este martes el número de ingresos en las UCI creció un 10%. En regiones como Lombardía o Umbria, la ocupación de las camas covid en las terapias intensivas se acerca al 50%, cuando el umbral de alerta está en el 30%. Peor aún están en lo que respecta a las plazas hospitalarias para pacientes que no están graves, aún más sobrecargadas. En Puglia han vuelto a llamar a personal sanitario jubilado y la patronal médica alerta de un “tsunami”. La incidencia en Italia, con 510 casos por 100.000 habitantes, ya ha superado a la de Reino Unido -el pasado fin de semana aprobó el confinamiento- y se acerca a la de España.