Italia para las fábricas y toda la actividad que no sea esencial

La decisión se toma tras 4.825 muertos infectados de coronavirus
Supermercados, farmacias y transportes siguen abiertos
El Gobierno italiano ha quemado ya los pocos cartuchos que le quedaban para intentar frenar la avalancha de contagios por coronavirus. Desde este domingo permanecerán cerradas todas las fábricas y actividades que no sean consideradas un bien esencial. La decisión supone un nuevo salto mortal en esta crisis. Se toma después de que un día más Italia batiera el récrod de muertos infectados con el virus en una jornada, con 793. El número total de fallecidos asciende a 4.825.
El encargado de dar la noticia fue el primer ministro, Giuseppe Conte, que compareció de nuevo a última hora de la noche para comunicar a los italianos que estrechaba un poco más la cuerda. “Estamos ante el reto más difícil después de la Segunda Guerra Mundial”, dijo, siguiendo las palabras de otros líderes como Emmanuel Macron.
In diretta da Palazzo Chigi: https://t.co/joORwHHeYi
— Giuseppe Conte (@GiuseppeConteIT) March 21, 2020
Aunque realmente Conte es quien lleva la iniciativa en cuanto a medidas restrictivas en toda Europa. Más que por liderazgo, porque a Italia le ha tocado vivirlo antes que al resto de países. Desde ahora y al menos hasta el 3 de abril, el cierre casi completo se extiende a todo aquello que no sea considerado básico. Efectivamente, como en una guerra.
Supermercados, farmacias y transportes siguen abiertos
Por precisar, todo esto sería la industria alimentaria, el sector farmacéutico, los transportes, bancos, aseguradoras y servicios postales. También vuelven a sobrevivir estancos y quioscos, ya que se considera que en estos días la información es un bien esencial. “Invito a todos a mantener la calma, pido que no haya aglomeraciones”, aseguró el primer ministro, repitiendo que no habrá desabastecimiento en las tiendas.
La nueva vuelta de tuerca se produce cuando Italia va camino de la segunda semana de aislamiento, sin que se haya visto reflejado en la curva todavía ascendente de contagios, y con la población ya madura para algo así. De hecho, como ha ocurrido con anteriores medidas restrictivas, existía una demanda previa para un cierre más severo.
Los alcaldes de la provincia de Bérgamo, actualmente la más afectada por el coronavirus, habían pedido en las últimas horas que se frenara toda la actividad. Además, la región de Lombardía -a la que pertenece Bérgamo- había endurecido por su cuenta las restricciones, prohibiendo el deporte al aire libre -todavía permitido en el resto de Italia, siempre que se haga en solitario- o cerrando distintas actividades comerciales. Véneto también había seguido una línea similar.
Pero, como también ha ocurrido con medidas precedentes, la máxima de Conte es que todo el país vaya de la mano y que no haya territorios que actúen de forma autónoma. Y así, asumió la presión de las regiones, pero decidió que las disposiciones se aplicaran en toda Italia. Los italianos ya han asumido todos los sacrificios posibles, ahora queda volcar los esfuerzos en el aspecto sanitario.