Italia: jueces, empleados de oficinas o periodistas, entre las categorías que intentan saltarse la fila para vacunarse


Casi una quinta parte de los vacunados no pertenecen a grupos de riesgo ni tienen más de 80 años
Jueces, empleados de oficinas o periodistas, entre las categorías que intentan saltarse la fila
Casi una quinta parte de los vacunados en Italia no pertenecen a grupos de riesgo ni tienen más de 80 años. De los 8 millones de personas que han recibido al menos una dosis contra la covid-19, más de 1,3 millones se encuadran dentro de la categoría de “personal no sanitario”, donde entran profesionales de todo tipo que no están entre los más expuestos al virus. Lideran la lista jueces, trabajadores de oficinas o periodistas, que han sido reclutados en distintas regiones. Mientras tanto, la inmunización de los ancianos avanza a un ritmo menor que en otros países.
Menos de la mitad de los mayores de 80 han recibido el primer pinchazo, lo que supone un porcentaje similar al de algunas Comunidades en España, aunque está 10 puntos por debajo de lo que ocurre en Alemania. La vacunación entre los mayores de 70 aún no ha despegado en buena parte del territorio italiano, pero paradójicamente son muchos más los inmunizados de entre 20 y 29 años (580.000) que quienes tienen entre 70 y 79 años (340.000), según datos del Ministerio de Sanidad.
El Gobierno de Mario Draghi actualizó el plan de vacunación hace menos de dos semanas, priorizando por franjas de edad y en personas con graves minusvalías. Antes, ya se había otorgado preferencia al personal sanitario, fuerzas del orden y profesores, lo que reduce la edad de los vacunados. Sin embargo, las regiones han tenido potestad para actuar por su cuenta, incluyendo a otros muchos profesionales que no se encontraban entre esos grupos considerados de riesgo.
Cuando las autoridades sanitarias italianas recomendaron que la vacuna de AstraZeneca sólo fuese suministrada a menores de 65 años, se abrió la veda. En Sicilia o Campania aceptaron oficialmente a otras categorías profesionales como abogados, jueces o periodistas (en Campania después dieron marcha atrás). Se trata de profesiones con fuerte capacidad de influencia, que ejercieron presión para saltarse la fila. La Asociación de Periodistas Extranjeros en Roma también ha intentado sumarse al carro con varias cartas dirigidas a los responsables gubernamentales y regionales, con escaso éxito.
Hasta ahora no se ha autorizado la vacunación para otros profesionales que trabajan de cara al público, como dependientes, empleados de supermercados, taxistas o camareros. Y, sin embargo, cientos de miles de personas que tienen la posibilidad de trabajar desde casa o en oficinas ya están inmunizados. Las dosis que han llegado a los hospitales también han sido aprovechadas por asesores de comunicación, funcionarios de oficinas o médicos retirados. También ha habido ciertas quejas de otros colectivos hacia los profesores, ya que actualmente casi todos los centros educativos de Italia están cerrados por las restricciones, por lo que los maestros imparten las lecciones desde casa.
Competición por vacunar más
“En los últimos días hemos visto vacunarse a jovencísimos psicólogos, abogados que no ejercen, políticos y listillos. Todos ellos considerados adecuados por los presidentes de las regiones, que los anteponen a las personas con enfermedades graves o ancianas”, ha señalado Giuseppe Vanacore, de la Asociación nacional de personas con diálisis. Según los datos oficiales, Italia ha inyectado el 84% de las dosis disponibles, por lo que las regiones han iniciado una competición por ver quién desperdicia menos viales. Si bien, la disputa se centra en vacunar más, no mejor. De las 9,5 millones de vacunas que han llegado el país, 2,5 pertenecen a AstraZeneca, con las que se inocula a la población más joven. Y esto ha provocado este tipo de anomalías.
En términos globales, el ritmo de vacunación de Italia es muy parecido al de otros países vecinos. Alrededor de un 13% ha recibido al menos una dosis de las diferentes farmacéuticas, en consonancia con España, Francia o Alemania, según el portal Our World in Data, desarrollado por la Universidad de Oxford. El Gobierno de Mario Draghi también insiste en que para verano estará inmunizada un 70% de la población, como afirman desde otros países europeos, aunque el ritmo actual está lejos de esa previsión.
Draghi nombró a un general como máximo responsable logístico para la emergencia sanitaria, lo que le otorga plenas competencias en la distribución de las vacunas. El primer ministro está dispuesto a movilizar al Ministerio de Defensa y a Protección Civil para evitar el caos en las distintas regiones.
Una de las que acumula mayores problemas es Lombardía, epicentro europeo de la pandemia durante las primeras semanas y motor económico italiano. Las autoridades lombardas cedieron la gestión a una empresa privada, que ha tenido que sustituir a sus principales dirigentes. Hubo días en los que la compañía no llamó a médicos para suministrar las vacunas, otras ocasiones con más citas que dosis y jornadas enteras de parón. El asunto ha vuelto a levantar roces en el Gobierno con la derechista Liga, el partido de Matteo Salvini, que forma parte del Ejecutivo y gobierna en la región lombarda.