La izquierda francesa busca una candidatura común


La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, principal objetivo de los 'macronistas'
Los franceses irán a las urnas para renovar el mandato de Emmanuel Macron o elegir a su sucesor o sucesora en poco más de un año, en mayo de 2022. Los sondeos dan como prácticamente seguro que a la segunda vuelta pasarían, como en 2017, el propio Macron y la ultraderechista Marine Le Pen. Pero los sondeos se hacen sin saber quién será el candidato de los conservadores (Michel Barnier se deja querer) y sobre todo si la izquierda y los ecologistas irán divididos a las urnas o si, contra su vena cainita, conseguirán presentar una candidatura única.
Dando por supuesto que el ultraizquierdista –y eurófobo- Jean-Luc Mélenchon, presentará su candidatura, los movimientos para buscar una candidatura común empiezan a notarse sobre todo entre los socialistas y los ecologistas. Estos, con Yannick Jadot y los socialistas con dos mujeres, Ségolène Royal y, sobre todo, Anne Hidalgo, son quienes podrían meter la cabeza en una segunda vuelta si lograran una candidatura común. La unidad entre ecologistas y socialistas –y que estos últimos no se acuchillen para conseguir una candidata- hace que en el diario Le Monde ya puedan leerse análisis que hablan del “perfume de la derrota”.
Risas de verano, lágrimas de otoño
El secretario general de los socialistas franceses, un Olivier Faure que no parece tener ambiciones presidenciales, dijo en verano que no pondría obstáculos a una candidatura común liderada por un ecologista que formara un Gobierno ecologista-socialista con un programa común. Los verdes invitaron a los socialistas a su universidad de verano. Tiempos de vino y rosas.
El otoño trajo las primeras malas caras cuando los ecologistas empezaron a dar señales de que querían ir solos a las urnas y anunciaron que sus primarias –para las que Jadot es favorito- se celebrarían en septiembre de este año como muy tarde.
Los movimientos ecologistas activaron también a los socialistas. La ex primera dama y ex ministra Ségolène Royal dijo que estaba dispuesta a dar un paso adelante. Y, sin decirlo abiertamente, ya casi nadie duda de que Anne Hidalgo, la alcaldesa de París nacida en San Fernando (Cádiz), también coquetea con la candidatura presidencial. Hidalgo parece la candidata que más temores provoca entre los macronistas, que la han puesto como objetivo principal de sus críticas.
Se podría sumar a ellas Arnaud Montebourg –el más a la izquierda de los posibles candidatos- e incluso Christiane Taubira, ministra de Justicia con François Hollande y responsable de la ley que aprobó en Francia el matrimonio homosexual.
Un problema más de nombres que de programas
Los movimientos socialistas muestran que están lejos de aceptar retirarse de la carrera para apoyar al ecologista Jadot o al alcalde de Grenobe Eric Piolle, que podría disputarle la candidatura verde. La batalla parece más de nombres que de programa, porque los socialistas llevan propuestas cada vez más ecologistas y estos se parecen cada vez más a un partido socialdemócrata al uso y por ejemplo ya aceptan que la nuclear será parte de las energías de transición.
Las regionales del próximo junio podrían empezar a mostrar el balance de fuerzas. Si uno de los dos campos, el ecologista o el socialista, sale claramente por delante del otro de esos comicios también resultaría reforzado para exigir que su candidato fuera la cara de una candidatura única.
Los ecologistas prometen que nombrar a un candidato tras unas primarias no significa que renuncien a una candidatura común con los socialistas. Jadot tampoco cierra la puerta. Los socialistas esperan a las regionales de junio para adelantar a los socialistas y exigir que su candidato sea el cabeza de cartel.
Tanto ecologistas como socialistas saben que si van separados a las urnas la dispersión del voto los dejará fuera de la segunda vuelta y permitirá otro duelo entre Macron y Le Pen, con permiso de Barnier. ¿Qué dicen los sondeos? El último al respecto, publicado por el Journal Du Dimanche el pasado 29 de noviembre, asegura que el 72% de los simpatizantes ecologistas y socialistas quieren una candidatura común.