Luz verde para que los servicios secretos vigilen a la ultraderecha alemana por su extremismo


El partido de ultraderecha germano Alternativa para Alemania (AfD) pierde en el tribunal en el que había frenado hasta ahora el ser vigilado por los servicios secretos del Ministerio del Interior.
Parece que es cuestión de tiempo y que el partido de ultraderecha alemán Alternativa para Alemania (AfD) poco puede hacer para evitarlo. A estas alturas, a nadie va a sorprender que los agentes de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas alemanas), los servicios secretos del Ministerio del Interior, espíen al partido más temprano que tarde.
Porque esta semana, el Tribunal Administrativo de Colonia al que había recurrido AfD para frenar su vigilancia por los agentes de la BfV hace un año, se pronunciaba a favor de que las autoridades que velan por la Constitución germana consideren a AfD un partido sospechoso por su carácter extremista de derechas, abriendo así las puertas a que comience su vigilancia.
“Hemos encontrado en los documentos suficientes pruebas fácticas de las aspiraciones anticonstitucionales dentro de la AfD”, decía en la noche del martes Michael Huschens, el juez responsable del estudio del caso a en el Tribunal Administrativo de Colonia.
Der Verfassungsschutz darf die gesamte AfD als rechtsextremen Verdachtsfall einstufen und beobachten. Das hat das Verwaltungsgericht Köln entschieden. Eine entsprechende Klage der Partei wurde abgewiesen. https://t.co/GW5IC0xQGC
— DER SPIEGEL (@derspiegel) 8 de marzo de 2022
Para Hajo Funke, experto en extremismo de derechas en la Universidad Libre de Berlín, la decisión de Colonia deja un ganador. “La decisión de esta semana es un gran éxito para el presidente del la BfV, Thomas Haldenwang, que, con un informe de un millar de páginas, ha señalado el carácter extremista y etnicista de este partido”, dice Funke a NIUS. “El concepto étnico del país de este partido está en contradicción con la constitución alemana”, añade.
AfD, que logró frenar en los tribunales el que se le pusiera la etiqueta de caso “sospechoso” que la BfV ya le había preparado el año pasado, registraba en Colonia un duro golpe. Entre otras cosas, porque la decisión de Colona se ha interpretado como una luz verde a que se espíe al partido en todo el país.
“La vigilancia contra AfD puede comenzar”
“La vigilancia contra AfD puede comenzar”, se leía en la edición del miércoles del diario Süddeutsche Zeitung a cuenta de la decisión del juez Huschens y compañía. El trabajo de la BfV puede implicar desde las escuchas telefónicas hasta la intercepción de correos electrónicos, pasando por la infiltración del partido a través de confidentes, entre otras cosas.
Esas medidas suenan amedrantadoras, especialmente para sus votantes y militantes que trabajan para la administración pública. Éstos están ahora señalados por la propia BfV, donde el presidente Haldenwang ha señalado que “apoyar a AfD o ser miembro del partido” siendo funcionario ha de verse de forma “crítica”, dado que los servidores del Estado están comprometidos con los objetivos de la constitución. “Ese partido defiende el racismo, la exclusión de las minorías y el desprecio a nuestro sistema”, según Haldenwang.
AfD, que ejerció de principal partido de la oposición en la pasada legislatura, ha pasado a ocupar un papel secundario en las tareas de presentar una alternativa al poder en Alemania. La Unión Demócrata Cristiana (CDU), ahora en tareas de renovación bajo el liderazgo de Friedrich Merz, ha pasado a ocupar las responsabilidades de ser la principal fuerza de la oposición en el Bundestag
AfD, obligada a “examinar los motivos” y valorar “recursos
Todo el proceso judicial desatado en Colonia ha sido calificado de “show político y mediático”, según los términos del presidente del partido, Tino Chruapalla.
Ahora, sin embargo, a su formación le toca “examinar los motivos” que han llevado a la decisión del juez Huschens y “el derecho a presentar recursos”. Al menos eso decía Chrupalla antes de que el tribunal de Colonia se pronunciara en contra de AfD, imaginando cuál sería la reacción de su partido.
AfD aún puede presentar un recurso. Pero para quienes observan desde hace años el partido, como Hajo Funke, “las posibilidades de que una apelación les sea favorable es escasa”. “También lo creen así en la BfV”, añade Funke, autor de un reciente libro titulado Die Höcke-AfD: Eine rechtsextreme Partei in der Zerreißprobe, algo así como “AfD de Höcke: Un partido de extrema derecha en la prueba de fuego” (Ed. VSA, 2021).
El título de ese volumen alude a Björn Höcke, líder de AfD en Turingia y alguien identificado como uno de los líderes del sector más radical del partido. Höcke ha sido uno de los cabecillas del grupo de AfD llamado “el Ala”. Se supone que hace dos años ese grupo se disolvió. Lo que no desapareció es la influencia de gente como Höcke en el partido.
La salida de Meuthen, refuerzo de los radicales y caída en las encuestas
“En el partido dominan los extremistas de derechas, Höcke y Chrupalla tienen más y más influencia en los congresos de AfD, sobre todo tras la salida de Jörg Meuthen”, señala Funke. Meuthen ha sido el líder de AfD entre 2017 y enero de este año. A finales de ese mes, Meuthen dejaba la dirección de AfD lamentando que el “corazón del partido bate hoy día muy a la derecha”.
La ultraderecha alemana, una olla a presión en @NiusDiario. https://t.co/Xnp2NNLNl8.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 3 de diciembre de 2020
Con Meuthen en la dirección de AfD, en la formación se mantenía la ilusión de que el partido pudiera, antes o después, cooperar con la CDU. Sin embargo, desde que Merz fuera designado líder de los cristianodemócratas germanos, ha quedado claro que la CDU seguirá descartando toda cooperación la ultraderecha. La reciente decisión del tribunal de Colonia sólo puede reforzar ese convencimiento.
Entre tanto, la encuesta de intención de voto a nivel federal más reciente publicada en Alemania, realizada por el instituto Forsa antes de que se diera a conocer la decisión del tribunal de Colonia, señalaba que hay un 7% de la población dispuesta a votar por AfD. En las pasadas elecciones generales, AfD logró un 10,3%, un 2,3% menos que en la cita con las urnas de 2017.
“La decisión del tribunal de Colonia es un duro golpe. Y ya se ve en las encuestas que el partido está en caída libre”, según Funke.
Que, salvo un último recurso judicial de AfD, se haya abierto la veda a la vigilancia de AfD no son buenas noticias electorales para el partido. Según analizaba a principios de esta semana el diario conservador Die Welt: “AfD debe ahora temer, que sus miembros y votantes menos raciales, se distancien del partido”.