Baja dos puntos la participación a la cinco de la tarde en duelo entre Macron y Le Pen respecto al de 2017


La participación a las 17.00 horas alcanza el 63,23 por ciento
Son casi dos puntos menos que la registrada a la misma hora en 2017
La abstención y le voto de los indecisión puede decidir el resultado electoral
Francia se la juega entre el continuismo y la ruptura que supondría la llegada al poder de la candidata de la extrema derecha Marine Le Pen. La más madrugadora ha sido la candidata del antiguo Frente Nacional (rebautizado como Agrupación Nacional en 2018), que ha votado en en Hénin-Beaumont, en la región de Norte-Paso de Calais, en el norte de Francia, rodeada de una multitud de simpatizantes.
Su victoria en esta segunda vuelta frente al actual presidente: centrista y pro-Unión Europea, Emmanuel Macron, supondría cambiar el modelo y la orientación de uno de los países pilares de la UE por una euroescéptica de extrema derecha que provocaría todo un terremoto político en Europa.
Le Pen vota entre una multitud de simpatizantes
Le Pen ha llegado a las 11.00 horas con una gran sonrisa arropada por un grupo aún mayor que el que se concentró hace quince días en ese mismo lugar para la primera vuelta de las elecciones, informa el diario francés 'Le Parisien'.
La candidata de Agrupación Nacional ha avanzado muy lentamente hacia su mesa de votación, dando la mano y haciéndose fotografías y, tras ejercer su derecho, abandonó el lugar a las 11.11 horas.
Le Pen fue la segunda candidata más votada en la primera vuelta de las presidenciales con un 23,15 por ciento de votos, por lo que este domingo se disputa la Presidencia con el liberal Emmanuel Macron (La República En Marcha, 27,84 por ciento). Es la heredera del Frente Nacional que lideraba su padre, Jean-Marie Le Pen, quien en 2002 provocó un terremoto político al conseguir pasar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales tras lograr un 16,86 por ciento de voto (17,79 por ciento en la segunda vuelta).
Cinco años después no hubo candidato ultraderechista en segunda vuelta, pero en 2012, Marine Le Pen logró un récord histórico de respaldo: 17,90. Entonces no consiguió el premio de la segunda vuelta, pero sí lo hizo en 2017 (21,30 por ciento).
Macron aclamado en la puerta de su casa
Por su parte, al actual presidente francés, Emmanuel Macron, lo esperaban decenas de simpatizantes cuando salía de su casa en la ciudad de Le Touquet, en el norte de Francia, para acudir a votar en la segunda vuelta presidencial y también ha depositado ya su voto. Lo ha hecho secundado por una multitud de seguidores a los que ha saludado muy sonriente.
Acompañado de su esposa, Brigitte Macron, ha llegado al colegio electoral sobre las 13.10 horas y ha saludado atentamente a los simpatizantes congregados, con especial atención a los niños, a los que ha besado en la cabeza.
Finalmente ha depositado su papeleta en esta localidad de veraneo de lujo, donde la pareja tiene en propiedad una casa. Macron pasará la jornada en el Palacio del Elíseo y tiene previsto un acto en los Campos de Marte parisinos, en caso de lograr la reelección.
También han votado ya en esta jornada la rival de Macron, Marine Le Pen, así como otros candidatos, como Jean-Luc Mélenchon, Anne Hidalgo, Éric Zemmour o Valérie Pécresse.
También ha ejercido su derecho al voto el tercer candidato más votado hace dos semanas, Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (21,95 por ciento), cuyo rechazo a Le Pen podría ser la clave del resultado de la segunda vuelta. Mélenchon ha votado en Marsella y se ha mostrado muy sonriente con los fotógrafos que han acudido a la cita. Anne Hidalgo, Éric Zemmour o Valérie Pécresse, también han acudido a ejercer su derecho al voto.
Menos participación que en 2017
Las últimas encuestas publicadas en Francia le da a Macron una sólida ventaja que se ha ido acrecentando, aunque ligeramente, en los últimos días. Según los sondeos y los analistas políticos franceses, la candidata de Agrupación Nacional no habría logrado desprenderse de su aura de extrema derecha a pesar de sus numerosos esfuerzos por suavizar su imagen y atenuar algunas de las políticas de su partido.
Sin embargo, no se puede descartar por completo una victoria sorpresiva de Le Pen. En estas elecciones pueden jugar un papel decisivo el elevado número de indecisos. Del sentido de su voto y de si acuden o no a las urnas puede depender el futuro de Francia y de la Unión Europea. La participación a las 17.00 horas alcanza el 63,23 por ciento, dos puntos por debajo de la registrada en 2017.
Una victoria de Le Pen gana provocaría la misma sacudida que generaron en su día la elección de Donald Trump o la victoria sí en el referéndum del Brexit en Reino Unido.