Denuncian que Rusia está usando el hambre como 'arma de guerra' en Mariúpol

Según la prensa ucraniana, el Ayuntamiento de Mariúpol informa de "muertes de hambre" en la ciudad
Matar a la gente de inanición es una táctica "cruel" empleada desde la antigüedad, asegura el teniente general Francisco José Gan Pampols
Rusia está haciendo en Ucrania lo mismo que hizo en Siria, sostiene el periodista Antonio Pampliega
Hace semanas que en el otrora bullicioso mercado central de Mariúpol no entra ni un solo kilo de harina con el que hacer pan. Hoy allí ya no queda nada que llevarse a la boca. El edificio, como tantos otros en la ciudad, es una ruina que no da ni para ser saqueada. En esta localidad, a orillas del mar de Azov, ya no existen lugares donde conseguir alimentos. La población se está muriendo literalmente de inanición, denuncian las autoridades locales y lo testimonian los habitantes que consiguen salir de ese infierno.
Uno de ellos fue Roman Sheremeta. El economista ucraniano-estadounidense relata cómo el pasado 16 de marzo logró escapar por su cuenta y riesgo, bajo los disparos, con su hijo en el coche y con la palabra "niños" escrita en la carrocería del vehículo como único escudo. "Estamos vivos para gritar que todos los que quedaron en Mariúpol necesitan ayuda", clama el profesor en sus redes sociales.
The faint hearted should not read this.
— Roman 🇺🇦 Sheremeta (@rshereme) March 17, 2022
Yesterday, at our own risk, we left Mariupol under gunfire. We stayed overnight in a field in a gray zone. It was freezing outside, thank God we are alive. We are alive to scream that everyone who stayed in Mariupol needs help!
Nieve derretida para hacer macarrones al fuego
Tras más de un mes de guerra y asedio, las cerca de 100.000 personas que permanecen en Mariúpol sobreviven en una ciudad sin electricidad, sin agua, sin gas, sin alimentos, medicamentos o ambulancias. "Las personas con miembros desgarrados se desangran en la calle y nadie puede ayudarlas", denuncia Roman Sheremeta. Hasta poder salir, él y su familia sobrevivieron cogiendo nieve y cociendo macarrones en una fogata mientras escuchaban los disparos y las explosiones que hacían temblar las paredes, con la angustia de no saber si la siguiente les iba a tocar a ellos.
Es el asedio y el hambre como arma de guerra, "no es de las más eficaces, pero sí una de las más crueles", explica a NIUS Francisco José Gan Pampols, teniente general en la reserva. El experto, director durante cuatro años del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, asegura que el hambre siempre se ha utilizado como arma en toda contienda en la que la población civil se utiliza como rehén. "Ya lo practicaron los persas, los griegos, los romanos, los cartagineses; pero también se vio en Stalingrado (durante la Segunda Guerra Mundial), en Afganistán, en Líbano o en la antigua Yugoslavia", explica. Un forma "bastante frecuente" de presionar a las autoridades al ver las calamidades padecidas por su población, indica Francisco José Gan Pampols.
⚡️Mariupol city council reports deaths of hunger in the city. Says many are starving.
— Oleksiy Sorokin (@mrsorokaa) March 24, 2022
This is happening in Europe now. Don’t tell me that the world can’t do more to prevent this.
Lo que los rusos aprendieron en Siria y están repitiendo en Ucrania
En Mariúpol "se está haciendo lo mismo que en Siria", asegura el reportero de guerra Antonio Pampliega. El ejército ruso está actuando de la misma manera que en Homs o Alepo: asediando la ciudad, bombardeándola y matando a la gente de hambre, si no muere en lo ataques, explica el periodista a NIUS. Llega un momento en que la gente ya no se puede ir, queda atrapada dentro del cerco y ya no tiene acceso a agua, a electricidad o a alimentos, detalla el experto en la guerra de Siria.
Por eso se intentan crear los llamados "corredores humanitarios que en realidad son pasillos de evacuación, en los que no se permite introducir ayuda médica ni sacar militares heridos, solo evacuar a civiles", añade el teniente general Francisco José Gan Pampols. Vías de evacuación que no siempre funcionan. El lunes, por ejemplo, en los canales de Telegram se informaba de la suspensión en toda Ucrania de los corredores humanitarios por "cuestiones de seguridad". La Cruz Roja Internacional tampoco puede entrar aún para brindar asistencia a la sitiada Mariupol, ya que carece de garantías de paso seguro desde Rusia y Ucrania.
La ciudad sigue aislada con cerca de 100.000 personas refugiadas entre sus ruinas. Ciudadanos que, según explica Francisco José Gan, son en su mayoría gente mayor que ya no se ve en otro sitio y que prefiere morir antes que dejar atrás su tierra, su casa y todos sus recuerdos. En un mes, según el experto, es probable que se anuncie un alto el fuego y que Rusia comience una desescalada bélica. Se verá entonces si la ciudad de Mariúpol, situada en el Dombás reclamado por Putin, pasa a convertirse en uno de los territorios ocupados o si continúa luchando contra la invasión rusa.