Martin Van Creveld: “Hay muchas posibilidades de que esta guerra en Ucrania sea larga y muy sangrienta”


El historiador militar y teórico de la guerra Martin Van Creveld explica a NIUS las complejidades internacionales que entraña la guerra de Putin contra Ucrania.
Él es de los que creen que Ucrania puede convertirse en un “Afganistán soviético” para Rusia.
Puede que Martin Van Creveld (Rotterdam, 1946) sea el más influyente teórico militar contemporáneo. Por eso importa lo que tiene que decir sobre una guerra como la que ha lanzado Rusia contra Ucrania.
Libros de este veterano historiador militar israelí, que ha sido profesor en la Universidad Hebraica de Jerusalem y de la Universidad de Tel-Aviv, son lectura obligada, por ejemplo, para los oficiales del Ejército de Estados Unidos.
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Sólo un puñado de autores no estadounidenses logran ese particular estatus, en el que Van Creveld está al mismo nivel que el teórico de la guerra alemán Carl von Clausewitz (1780-1831) o el general, estratega militar y filósofo de la antigua China Sun Tzu. Van Creveld, que ha firmado una buena treintena de libros sobre historia militar, lleva décadas dedicándose a entender los conflictos armados y los desafíos logísticos que implican sobre el terreno. He aquí una lista no detallada de sus influyentes escritos.
No en vano, junto al libro The Transformation of War (Ed. Free Press, 1991) o la “Transformación de la guerra”, en el que avisaba de la importancia de los conflictos de baja intensidad como ha sido hasta la invasión rusa, por ejemplo, el conflicto del este ucraniano, otro de sus volúmenes más destacados está dedicado a la logística militar en el campo de batalla Supplying War: Logistics from Wallestein to Patton” o “Abasteciendo la guerra: logística de Wallestein a Patton” (Ed. Cambridge University Press, 2004).

A buen seguro, Van Creveld podría dedicar horas a explicar las complicaciones que está experimentando Rusia en su invasión a Ucrania. Sin embargo, en esta entrevista con NIUS responde de forma concisa y afilada. Se muestra escéptico ante el escenario que algunos dibujan y según el cual, el ataque de Vladimir Putin a Ucrania vaya a suponer el comienzo de una tercera guerra mundial. “¿Desde cuándo Ucrania es algo idéntico al mundo?”, se interroga Van Creveld con aire irónico.
Del mismo modo incrédulo se pronuncia Van Creveld ahora que en Occidente se mira con preocupación a cómo China podría verse implicada en el conflicto en Ucrania por la petición de ayuda rusa de la que hablan responsables estadounidenses. “Dudo mucho de que China pueda o vaya a resolverle los problemas militares a Putin”, dice este historiador.
P: En vista de cómo va la guerra en Ucrania, ¿Qué problemas diría usted que han encontrado los militares rusos allí?
Parece que los rusos han subestimado al enemigo y su determinación a la hora de resistir. También han subestimado la voluntad de buena parte de Occidente de asistir lo mejor que pueden a Ucrania, aunque sin arriesgarse a un enfrentamiento militar directo que pondría en peligro a gran parte del mundo y que podría, de hecho, acabar convirtiendo al planeta en un desierto radiactivo.
Rusia tendrá éxito conquistando las ciudades más importantes. Sin embargo, Rusia no podrá evitar que se den actos de guerrilla ni de terrorismo.
P: ¿Qué problemas ve usted que está teniendo el Ejército de Rusia con su logística y su material? Debido a esos problemas se habla de esa petición de ayuda rusa a China en lo que respecta a material y logística militar.
Si, y digo bien si, las historias que se están contando sobre los problemas del Ejército ruso son ciertas, eso indicaría que el Ejército de Rusia ha subestimado de manera seria la dificultad de la operación militar y que ésta dificultad es creciente. Ahora bien, debe tenerse presente que, en cualquier guerra, la primera víctima siempre es la verdad.
Los contendientes tal vez sean los más indicados para responder a esa pregunta que me hace. Sin embargo, si lo que ellos mismos tengan que decir sobre eso – o incluso cualquier otra cosa – es creíble, eso es algo completamente distinto. Respecto a China, tal vez vez China ayude diplomáticamente a Rusia y también a soportar las sanciones que se han impuesto a Rusia. Pero dudo mucho de que China pueda o vaya a resolverle los problemas militares a Putin.

P: Uno de sus libros se titula The Age of Airpower
No creo que Ucrania tenga una posibilidad real de pelear por la supremacía aérea a los rusos. Todo lo que puede hacer es tratar de limitar la capacidad rusa de operar en el aire. Como hicieron con éxito, por ejemplo, los muyahidines en Afganistán entre 1980 y 1988.
P: La semana pasada se hablaba de la posibilidad de ofrecer aviones de guerra a Ucrania. ¿Hay una manera viable de ayudad a Ucrania en la lucha por la supremacía aérea sin arriesgas una expansión de la guerra más allá de Ucrania?
Sí, la hay. Hay que proveer de defensas antiaéreas. Cuantas más, mejor.
Sin una frontera abierta con la OTAN, la lucha de los ucranianos será mucho más difícil, tal vez imposible.
P: Se dice que, en esta guerra con Rusia, los ucranianos tendrán que acabar luchando en una guerra de guerrillas.¿Comparte usted esa apreciación?
Sí, la comparto. Mi idea es que, probablemente, Rusia tendrá éxito conquistando las ciudades más importantes. Sin embargo, Rusia no podrá evitar que se den actos de guerrilla ni de terrorismo, como pasó, por ejemplo, con Estados Unidos en Irak.
P: Concretamente, ¿Qué significa que los ucranianos tengan que luchar una guerra de guerrillas?
Eso significa, primero, que hay que prepararse para una guerra que muy posiblemente pueda durar años. Segundo, hay que dispersar las fuerzas armadas, teniéndose éstas que deshacer de sus armas pesadas para pasar a luchar en pequeñas unidades. Tercero, no tratar de mantener ciudades ni posiciones controladas.
Esta guerra puede, pero no necesariamente, extenderse a otros países.
Cuarto, tendrán que actuar con sigilo en lugar de luchar en campo abierto. Quinto, tendrán que centrarse tanto en tácticas basadas en golpear y desaparecer como en las emboscadas. Sexto, vivir del campo en la medida de lo posible. Séptimo, mantener la frontera con la OTAN, sobre todo Polonia, a cualquier precio. Sin una frontera abierta con la OTAN, la lucha de los ucranianos será mucho más difícil, tal vez imposible.
P: Parece que en Occidente hay mucha cautela a la hora de apoyar a Ucrania, para no correr el riesgo de empezar una “tercera guerra mundial” que el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha evocado. Hay quien dice que con la invasión de Ucrania esa tercera guerra mundial ya ha empezado. ¿Qué opina usted?
¿Desde cuándo Ucrania es algo idéntico al mundo?
P: ¿Qué piensa usted sobre las amenazas de ataque nuclear de Rusia?¿Cómo de seria es esa amenaza?
En mi opinión, si hay un choque directo entre fuerzas de la OTAN y de Rusia, y si hay bajas en alguna de las dos partes, es una amenaza, efectivamente, muy seria. Así que las dos partes tienen que ser muy pero que muy cuidadosas. ¿Se puede evitar ese escenario?¿Quién sabe? Sin embargo, hay un precedente. En 1951 y 1953, fuerzas de la ONU se movían en el río Yalu, que forma la frontera natural entre Corea del Norte y China. Podían ver los aviones de Corea del Norte despegando de las bases aéreas chinas en su camino hacia el frente. Sin embargo, nunca se bombardearon los aeródromos de China ni su territorio.
P: ¿Y cómo ve a Estados Unidos lidiando con Rusia, sabiendo que la inteligencia estadounidense sabía que iba a producirse una invasión?
Creo que Estados Unidos ha hecho básicamente lo que podía y debía hacer. Biden puede que sea un poco lento. Pero no veo que haya cometido ningún error mayor.
Putin se asoma a la ocupación en Ucrania, en @NiusDiario.https://t.co/7xRQ7v8yrB.
— Salvador Martínez Mas (@SmmEnBerlin) 15 de marzo de 2022
P: Respecto a Rusia, mucha gente dice que la situación en Ucrania podía convertirse en la repetición de un Afganistán. ¿Estaría usted de acuerdo con eso?
Sí, muy de acuerdo.
P:¿Cómo se imagina el futuro de Ucrania?
Hay muchas posibilidades de que esta guerra sea larga y muy sangrienta. Además puede, pero no necesariamente, extenderse a otros países. Así que esperemos que no se extienda y que, para cuando todo esto acabe, quede algo de Ucrania.