Merkel se olvida del 'confinamiento light' y confina como en la primera ola de COVID-19


La canciller alemana Angela Merkel, tras reunirse de urgencia con los presidentes de los 16 Länder alemanes, impone medidas más estrictas frente a la propagación del coronavirus. Cerrarán, entre otras cosas, escuelas, guarderías y comercios no esenciales.
En Alemania se quería con esas suaves medidas contra la pandemia que bajara la incidencia de la COVID-19 por debajo de los 50 nuevos casos por 100.000 habitantes en los últimos siente días. Pero con la gran mayoría de los comercios, escuelas y guarderías abiertos, la incidencia no ha bajado.
Es más, este domingo, en la rueda de prensa que daba la canciller Angela Merkel se decía que el coronavirus estaba "fuera de control” en Alemania.
Junto a Merkel comparecían el vicecanciller y el Ministro de Hacienda, el socialdemócrata Olaf Scholz, y los dos responsables de la Conferencia de Presidentes de los Länder alemanes, el alcalde de Berlín, el también socialdemócrata Michael Müller, y el presidente de Baviera, el socialcristiano Markus Söder. Todos se presentaban ante la prensa tras la última reunión por videoconferencia de Merkel con los presidentes regionales del país.
Ante un virus descontrolado, las medidas del Ejecutivo germano anunciadas este domingo sonaron especialmente claras. Incluso excepciones como esa que permitía entre el 23 de diciembre y el 1 de enero más contactos sociales por las fiestas navideñas quedó sensiblemente reducida.
Ahora, sólo entre el 24 y el 26 de diciembre habrá la posibilidad de estar en casa con más de cinco personas de dos hogares distintos. No más de nueve personas de la familia más cercana podrán estar bajo el mismo techo en esos tres días.
Los comercios, salvo los de productos de primera necesidad, las escuelas y guarderías cerrarán a partir del próximo miércoles hasta el próximo 10 de enero. “Siempre que sea posible, los niños tendrán que estar en casa”, decía Merkel para explicar las nuevas restricciones.
Hasta ahora, la canciller y los presidentes regionales habían hecho del mantener abiertas las escuelas y guarderías una prioridad. Pero el “confinamiento light”, que permitía un funcionamiento normalizado de las escuelas, no ha tenido el efecto esperado.
“Yo hubiera deseado que las medidas hubieran tenido un mayor efecto”, reconocía Merkel este domingo a cuenta del “confinamiento light”. Pero en lugar de restringir los contactos el 70% que hubiera hecho falta para reducir la incidencia de la COVID-19 en el país, esas medidas “light” contra el coronavirus han reducido el contacto de las personas sólo un 40%, según las estimaciones que presentaba Merkel.
Una incidencia en niveles de récord
Según los datos del Instituto Robert Koch (RKI), la agencia federal de prevención y control de enfermedades, la incidencia de la COVID-19 en Alemania era este domingo de 169,1 nuevos casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días. Ese valor nunca fue tan alto.
Por eso viene ahora “un confinamiento de verdad”, según los términos de Söder, el presidente Bávaro y representante junto al alcalde de Berlín de la Conferencia de Presidentes de los Länder alemanes. Con esos términos, sin embargo, Söder aludía a las medidas más duras que ya tuvo Alemania frente a la COVID-19 en la primera ola de contagios del coronavirus.
Por lo pronto, no es cuestión en Alemania de poner en marcha medidas como las más duras que se han llegado a implementar en los grandes países europeos más afectados por el nuevo agente infeccioso, como Italia, Francia o España.
Sin pirotécnica y desaconsejando viajes
Las nuevas medidas del “confinamiento de verdad” están particularmente adaptadas a las fiestas navideñas. Incluyen la prohibición de la venta de productos pirotécnicos, especialmente consumidos por los alemanes para despedir el año.
En Nochevieja, de hecho, suele haber un número considerable de personas que acaban siendo atendidas en los hospitales del país por el uso de esos productos potencialmente peligrosos. Pero ahora, por culpa de la pandemia, los hospitales no están capacitados para asumir ingresos excepcionales.
Esa medida constituye malas noticias para los comerciantes de este tipo de productos. Pero ellos no son los únicos afectados por la última iniciativa del gobierno germano frente a la COVID-19. Por eso Merkel y compañía prometen ayudas económicas para las empresas que tengan que cerrar. Olaf Scholz tendrá que preparar próximamente medidas concretas que ayuden a hacer soportable los cierres temporales a las empresas afectadas.
Ante eventuales desplazamientos en estas fechas navideñas, Merkel y compañía desaconsejaban aquellos viajes dentro del país y al extranjero que no fuera estrictamente necesarios.
21.787 muertes desde que comenzó la pandemia
Pese a que a estas alturas el “confinamiento light” ha resultado claramente fallido, Merkel y compañía se mostraban confiados en que las nuevas medidas serían eficaces. “Tenemos confianza por la experiencia del pasado. Con estas medidas podremos reducir los contactos entre personas. Esto lo vemos en países vecinos que, con restricciones mayores a las nuestras, obtienen resultados”, justificaba la canciller.
A Merkel se la vio esta semana en la tribuna del Bundestag llorar al argumentar que, dado el alto número de fallecimientos por COVID-19 que está registrando el país, Alemania no podía continuar por senda “light” frente al coronavirus.
Que la reunión de este domingo con los presidentes de los 16 Länder haya durado poco más de una hora, cuando lo habitual es que ruedas de prensa como la que mantuvo esta mañana se demorarán durante horas, es indicativo de que ya no hay discusión ante la necesidad de endurecer las medidas anti-COVID-19.
Según las cuenta de este domingo del RKI, en Alemania han fallecido 21.787 personas desde que comenzó la pandemia.