Un 'milagro' vacacional y tropical que se mantiene pese a la pandemia en el este alemán


El coronavirus no ha cerrado en este tiempo estival Tropical Islands
Se trata de un complejo de la Rusia comunista que se ha reconvertido en parque acúatico
La pandemia ha asestado golpes gigantescos a la industria internacional del turismo. En Alemania, sin embargo, Tropical Islands, sirve de excepción en el difícil contexto turístico que ha impuesto el SARS-CoV2-2, el virus de la COVID-19.
Así, los alemanes lamentaban estos días la declaración de España – especialmente la de Mallorca, su isla “preferida”, según el diario Bild – como “zona de riesgo” por coronavirus. Penas de este estilo no hay para quienes hicieron su plan vacacional en las Tropical Islands de Brandeburgo.
Este Land de la antigua Alemania oriental acoge con éxito dede 2005 un complejo hotelero con parque acuático y capacidad para 2.500 camas. Este lugar, en principio, no tenía por qué existir. Sólo azarosas circunstancias históricas y empresariales lo han hecho posible.
Que actualmente aguante la visita de miles de personas al día sin ser escenario de brotes de COVID-19 se explica en buena media por su propia y extraña naturaleza y por el aparente rigor con el que sus responsables se han tomado la reapertura de estas instalaciones en tiempos pandémicos.
De no haber acabado la Guerra Fría como acabó, las “islas tropicales” de Brandeburgo no existirían. Sólo bastante después de la caída del telón de acero y del desmantelamiento de la Unión Soviética, en 1995, acabarían marchándose los soldados rusos de la base que levantó la URRS en lo que fue el aeródromo del Ejército alemán de Brand-Briesen.
Militarmente, las instalaciones permitían, entre otras cosas, aterrizajes y despegues de aviones como los Antonov An-124, una de las máquinas aéreas más grandes que existen.
Un año después de aquella salida de los militares rusos, la empresa Cargolifter apostaba por reconvertir las instalaciones en un centro de producción de dirigibles. La compañía quería ver renacer el zepelín como medio de transporte.
Levantó allí un enorme hangar de 360 metros de largo por 100 metros de alto para montar dirigibles. Pero no llegaría fabricar ninguno. La aventura de Carl-Heinrich von Gablenz, empresario responsable de Cargolifter, fue un fracaso. Los dirigibles nunca llegaron a ponerse de moda con el cambio de siglo.
De hangar para dirigibles a complejo vacacional
Esa infraestructura, sin embargo, se puso en 2005 al servicio de una idea aparentemente aún más descabellada que la de Cargolifter. A saber, hacer de ese hangar el centro del “complejo hotelero” que es Tropical Islands, una empresa que pertenece desde el año pasado a la compañía española Parques Reunidos.
El hangar alberga lo que los responsables de la firma alemana reivindican como “el mayor mundo tropical de Europa”. En el interior del hangar hay un gran jardín tropical que contiene medio millar de especies diferentes de plantas.

Dadas sus dimensiones, estar el interior del hangar es como estar fuera al aire libre. Esto es al menos lo que defienden sus responsables. Por lo visto, Christian Drosten, director del Instituto de Virología del Hospital Universitario Charité de Berlín y asesor el Ejecutivo de Angela Merkel, ha dado el visto bueno al uso de las instalaciones pese a la pandemia.
Debido a la COVID-19, parece que nunca fue tan importante la aireación de espacios cerrados. Hay estudios científicos que han dado cuenta de que el SARS-CoV-2 puede desplazarse a través de los aerosoles.
Las dimensiones del hangar de Tropical Island juegan a favor de este lugar en la pandemia. Sin embargo, eso no impidió que estas “islas tropicales” cerraran cuando la COVID-19 más duro golpeaba a Alemania. La empresa cerró temporalmente el 16 de marzo, días antes de que se implementaran las medidas más restrictivas contra el coronavirus en suelo germano.
Un plan de seguridad para la apertura
En junio, tres meses después del cierre temporal, las puertas del trópico de Brandeburgo reabrían. Eso sí, no como antes. La “nueva normalidad” ha implicado la imposición de nuevas reglas.
En condiciones normales, en las “islas tropicales” del este alemán caben hasta 6.600 personas. En tiempos de coronavirus, sólo se permite la entrada a 3.300. Con esa limitación de la entrada se busca facilitar el que se respete la distancia de seguridad entre los clientes.
Según datos de la propia empresa, en julio y agosto, Tropical Island está funcionando a pleno rendimiento pandémico, con esos 3.300 visitantes diarios. “Julio y agosto son meses de vacaciones y la demanda de destinos vacacionales dentro de Alemania ha crecido mucho este año, especialmente después de que haya habido un aviso de las autoridades de viajar a España”, explica a NIUS Kim Schäfer, director de marketing de Tropical Islands.
Además, algunas instalaciones de baño en las que era imposible mantener esa distancia de seguridad ahora no se pueden utilizar. Pero eso no ha desanimado a los visitantes. Ya el primer día de “nueva normalidad” en este “complejo tropical” se esperaban 1.000 personas.
Además, los responsables de la empresa invitan a quienes se hospedan en los apartamentos de que dispone el complejo en sus alrededores a que usen los baños y duchas privadas que han alquilado.
Las autoridades sanitarias de Brandeburgo han estado implicadas en la realización del plan “Seguro con distancia” elaborado por la empresa antes de la reapertura. Desde que reabrió Tropical Island el lugar no ha estado en ningún momento bajo sospecha ante posibles brotes de la COVID-19.
Eso so sí, desde la empresa se insta en todo momento a los visitantes a respetar las nuevas normas de seguridad. Desde la reapertura en junio se han reforzado las 'patrullas' de vigilantes que recuerdan la importancia de las medias de seguridad a los usuarios de las instalaciones que no las tienen en cuenta. “Estamos contentos con el concepto de higiene que hemos desarrollado. Hay gente que se ha quejado, pero sólo podemos apelar a la gente a que sea razonable”, según Schäfer.
En un Land poco golpeado por la COVID-19
En febrero, sin embargo, sí hubo un caso de un visitante infectado que estuvo en contacto con los trabajadores del recinto. Tras conocerse esa situación, se hicieron test de coronavirus a un centenar de empleados. No hubo ningún positivo y, hasta el parón de marzo, las instalaciones funcionaron con normalidad.
Brandeburgo es una de las regiones menos afectadas por la COVID-19 de Alemania. Desde que comenzó la pandemia se han registrado allí 3.728 casos de coronavirus y se han lamentado 169 muertes, según datos del miércoles del Instituto Robert Koch (RKI), la agencia federal alemana para la prevención y control de enfermedades.
En toda Alemania, esta institución registraba a mediados de esta semana 226.914 casos, entre los que figuraban 9.243 muertes. Pese a la pandemia, en Tropical Island los hay que siguen disfrutando, no de sol y playa, sino de hangar y piscinas rodeados de plantas tropicales.