La misión del ministro vegetariano alemán: acabar con los “precios basura” de la comida


El ecologista Cem Özdemir, ministro de Agricultura de Olaf Scholz, desata el debate en Alemania sobre el, a su entender, precio excesivamente reducido de la comida en su país.
“A veces tengo la sensación de que, para nosotros, es más importante un aceite de coche que un buen aceite para la ensalada”, ha dicho el ministro.
Hasta hace unos días, el ecologista Cem Özdemir era noticia por cuestiones más bien anecdóticas y poco o nada asociadas a su trabajo como flamante ministro de Agricultura.
A sus 56 años recién cumplidos, este hombre de dilatada carrera en Los Verdes, protagonizaba hace unas semanas titulares por ser el primer ministro de Alemania con raíces turcas. Özdemir es hijo de padres turcos llegados a Alemania en los años sesenta. También fue noticia Özdemir por ser el único ministro que, en la toma de posesión de su cargo, se desplazó en bicicleta hasta el Palacio de Bellevue, residencia oficial del Presidente de la República de Alemania.
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Heute übernimmt @cem_oezdemir als neuer Bundesminister für #Ernährung und #Landwirtschaft die Amtsgeschäfte von seiner Vorgängerin @JuliaKloeckner.
— BMEL (@bmel) 8 de diciembre de 2021
Zum Wechsel: Ein Dank an Julia Klöckner für die letzten 3,5 Jahre. Und zugleich ein herzliches Willkommen an Cem #Özdemir im @bmel! pic.twitter.com/DZRKF2MStT
Estos días, sin embargo, Özdemir está dando que hablar a toda Alemania tras haber concedido una de sus primeras grandes entrevistas como ministro con ganas de explicar su acción política. Respondía así al dominical Bild am Sonntag. Lo más notable que dijo fue que, en lo que respecta al precio de la comida, “no puede haber más precios basura”.
“No puede haber más precios basura” porque “llevan a las granjas a la ruina, con ellos se impide el buen trato a los animales, se contribuye a la desaparición de especies y son una carga contra el clima”, según Özdemir.
Así hablaba el ministro en una entrevista en la que reconocía no saber cuánto cuesta un kilo de carne picada de oferta (3,98 euros). Özdemir es vegetariano. “La carne no está en mi lista de la compra”, reconocía el responsable de Agricultura del nuevo canciller alemán, Olaf Scholz.
Ajeno a la preocupante inflación a la que se enfrenta desde de hace ya meses el país y a que en Alemania el precio de la carne “está por encima de la media europea”, según recordaba este fin de semana en uno de sus editoriales el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, Özdemir entiende que deben subir los precios en el sector de la alimentación.
“Quiero que valoremos en Alemania nuestros estupendos productos como valoramos nuestros estupendos coches. A veces tengo la sensación de que, para nosotros, es más importante un aceite de coche que un buen aceite para la ensalada”, decía Özdemir, aludiendo a la potente industria automovilística teutona. Alemania es la 'casa' de grandes consorcios fabricantes de coches como Volkswagen, Daimler o BMW.
“Quiero que valoremos más a nuestros granjeros”
“Quiero que valoremos más a nuestros granjeros”, apuntaba Bild am Sonntag. No es el primero en desear eso. Palabras de su predecesora, la conservadora Julia Klöckner, ya se auparon por unos días hasta los principales titulares el año pasado.
“No hay ningún derecho a comer todos los días carne barata”, llegó a decir Klöckner, cuyos esfuerzos frente a “la carne barata” fueron vanos. De ahí que Özdemir diga ahora que durante los 16 años que duró la era de la canciller Angela Merkel, la política agrícola germana consistiera en “retrasar” decisiones o tomar “medidas cosméticas”.
Sea como fuere Özdemir no ha hecho más que recuperar lo que la periodista económica Corina Budras, del Frankfurter Allgemeine Zeitung, entiende que es una “moda”. A saber, hablar de “precios bajos” en la industria de la alimentación para así “criticar la situación de los establos alemanes”.
“Más espacio para los animales aunque se les trate bien”
Özdemir, al mismo tiempo que reconocía en el Bild am Sonntag que la gran mayoría de los cuidadores de animales de la industria “trata bien a los animales”, parece querer transformar el sector. Porque el ministro entiende, pese a todo, que las granjas deberían tener menos “animales y más espacio”.
Los últimos 300 millones de euros que Klöckner quiso dedicar a mejoras para los animales en 2020 no parecen cambiado gran cosa en el sector, desde donde también se pide un mejor trato. Joachim Rukwied, presidente de la principal asociación de granjeros de Alemania, ha pedido en unas declaraciones a la edición de este martes del diario Bild que “todos en la cadena deben aportar, también los consumidores” para justificar un precio “más alto” para los productos de esta industria.
Ahora bien, desde el sector ganadero también se ha rechazado toda idea de una “economía planificada” a cargo del Estado. “Lo que hace falta es un mercado de funcione”, según los términos de Reinhard Jung, presidente de los Agricultores Libres de Alemania, recogidos por el Bild.
Por otro lado, en ese mismo diario, desde la cadena de supermercados Aldi, el portavoz Florian Scholbeck sostiene que hay una “sobreoferta de productos no sostenibles” en el mercado. Por eso han tomado la medida en dicha empresa, de ofrecer sólo, de aquí a 2030, productos cárnicos con los mejores estándares. A saber, los que tengan los valores “3” y “4” del sistema de identificación alemán sobre el trato que reciben los animales cuya carne está en venta.
Un “castigo” para los hogares humildes
Entre los planes del Gobierno que dirige Scholz está ampliar al 30% el espacio dedicado a la producción de alimentos considerados “ecológicos”. Éstos, si son cárnicos, llevan siempre el valor "4" de la clasificación.
En esa clasificación hay cuatro valores. El "3" se identifica con animales criados al aire libre y el cuatro con animales criados en condiciones “premium”. Los valores "1" y "2" implican peores condiciones para los animales pero precios más económicos.
Hacer desaparecer de las estanterías los productos cárnicos más económicos, ya sea por decisiones como la de Aldi, o por cualquiera de las medidas que quiera implementar Özdemir, se puede percibir, entre otras cosas, como un “castigo” para los hogares más humildes. Esto es algo de lo que ha alertado en el debate lanzado por Özdemir el eurodiputado conservador Dennis Radtke, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición en el Bundestag
.@RadtkeMdEP verweist auf ein „Discounter-Oligopol“. Radtke: „Wer einfach nur Abgaben erhöht und Preise nach oben treibt, ändert an den Bedingungen nichts. Bauern profitieren nicht, kleine Leute werden bestraft. Grüne muss man sich leisten können.“ https://t.co/C4ftHxKpPp
— Daniel Cremer (@dcremer_) 27 de diciembre de 2021
Özdemir también ha dejado dicho que la comida no puede pasar a ser un “bien de lujo”, aunque sus precios deben expresar una “verdad ecológica”. Esa expresión alude a los "costes medioambientales" de los productos, según explican a NIUS fuentes del ministerio de Özdemir.
En cualquier caso, también desde el ministerio aseguran que los deseos de Özdemir no han de confundirse con que el “Estado le ponga el precio al kilo de carne ni a los racimos de zanahorias”.