El Museo Británico investigará el origen de su colección


Ha contratado a una historiadora para que determine cómo fue adquirida, principalmente aquellas piezas reclamadas por haber sido robadas durante la época colonial
Reliquias como los mármoles del Partenón, la piedra de Rosetta o el moái de la Isla de Pascua son reivindicadas por sus países de procedencia
La institución aclara que el trabajo de la experta no será determinar el retorno o no de estos tesoros, aunque no descarta abrir la puerta a devoluciones
El Museo Británico ha contratado a una historiadora para investigar el origen y ahondar en la historia de su extraordinaria colección de ocho millones de objetos, muchos de los cuales fueron obtenidos durante la época colonial. La historiadora, Isobel MacDonald, que hasta ahora era profesora de Historia en la Universidad de Glasgow, dirigirá la investigación y examinará cómo han llegado estos objetos al museo desde su fundación en 1759. Buena parte de estas piezas están reclamadas por países de todo el mundo por haber sido robadas durante la época colonial, la época del Imperio Británico.
En unas declaraciones al diario especializado ‘The Art Newspaper’, un portavoz del museo explicó que MacDonald investigará “cuestiones como el papel del comercio de esclavos y del imperio”. Dijo que propósito principal de la investigación, que aún ha empezado por culpa del Covid, es “llevar a cabo un análisis de alto nivel de la historia de la colección del museo durante los últimos 250 años y colocarla en un contexto histórico más amplio". Dijo que abarcaría “tanto los objetos impugnados, así como los que no son impugnados”. Y recalcó que “no es su propósito examinar las historias específicas de los objetos en disputa”.
Sin embargo, aunque su trabajo no determinará la devolución de todas esas reliquias, los países reclamantes sin duda estarán muy pendientes de los resultados de su investigación ya que podrían abrir una puerta para concretar algunas restituciones. Varios de los elementos de la colección del museo están sujetos a reclamaciones, incluidos los mármoles de Elgin (del Partenón griego), los bronces de Benín, la piedra de Rosetta y la estatua Hoa Hakananai'a de la Isla de Pascua.
La victoria sobre Napoleón en Egipto
La piedra de Roseta es uno de los objetos más valiosos del museo. Es un fragmento de un monumento egipcio de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis, capital del antiguo Imperio Egipcio, en el año 196 a.C. en nombre del faraón Ptolomeo V. Fue hallada por el soldado Jean-François Bouchard en 1799 durante la campaña francesa de Egipto y Siria con la que Napoleón Bonaparte quería conquistar Egipto para cerrar a los británicos el camino a la India y que resultó ser un fracaso. La piedra fue usurpada por soldados británicos en 1801 después de derrotar al ejército de Napoleón en Egipto y fue transferido al Museo Británico. Está reclamada por el Gran Museo Egipcio.
Los bronces de Benín son una colección constituida por más de mil piezas conmemorativas que provienen del palacio real del antiguo Reino de Benín (ahora sudoeste de Nigeria). Fueron creadas por los pueblos edos en el siglo XIII. En 1897 las tropas británicas se apoderaron de miles de esculturas después de invadir el Reino de Benín. Estas estatuas están repartidas por toda Europa y Estados Unidos, pero la mayor parte se exhiben en el Museo Británico de Londres. En 2018, el Grupo de Diálogo de Benín, creado en 2007 para canalizar las reclamaciones de restitución de los artefactos, llegó a un acuerdo con el Museo Británico para exponer estas esculturas en el Museo Real de Benín. Se trata de un préstamo. Todavía no han decidido qué piezas ni cuántas cederán.
Una de las reclamaciones más antiguas es la de los mármoles del Partenón, conocidos como los mármoles de Elgin porque fueron sustraídos por Thomas Elgin, un oficial noble británico residente en la Atenas bajo dominación otomana, quien ordenó que los extrajeran y se los llevó a Gran Bretaña. Incluso se apunta que llegó a falsificar los documentos que le permitieran sacar las reliquias. La colección llegó a Gran Bretaña entre 1801 y 1803, antes de la guerra de Independencia de Grecia. Desde 1939, los mármoles se exponen en el Museo Británico de Londres. En total, la colección representa más de la mitad de las esculturas decorativas del Partenón. El gobierno griego las reclama desde el siglo XIX.
La réplica del moái de Rapa Nui
El Imperio Británico se extendió desde el siglo XVI hasta mediados del XX. A principios del siglo XX llegó a abarcar una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de todo su territorio. Además de las disputas con Grecia, Benín y Egipto, también le reclaman a la institución británica tesoros saqueados durante las campañas militares británicas en África como la batalla de Magdala entre británicos y abisinios en Abisinia (actual Etiopía) en 1868, o las guerras que libraron contra el Imperio Asante durante el siglo XIX en la Costa de Oro (actual Ghana).
También les reclaman tesoros imperiales chinos incautados por las tropas británicas y francesas durante el ataque a Beijing en 1860 durante la Segunda Guerra del Opio. Grupos indígenas han reclamado objetos robados en Australia, Nueva Zelanda y América del Norte durante la expansión colonial.
Más recientemente le han reclamado la devolución de la Hoa hakananai’a, un moái (estatua monolítica humanoide) de la Isla de Pascua (Rapa Nui), en Chile. Este moái de 2,4 metros de altura y 4 toneladas de peso estaba ubicado originariamente en el interior de una vivienda ceremonial y en 1868 fue robada por los británicos que se la llevaron a Inglaterra a bordo del barco HMS Topaze. La Reina Victoria lo donó al Museo Británico un año más tarde. El 2018 la comunidad Ma’u Henua de la Isla de Pascua propuso construir una réplica exacta del moái y entregarla al Museo Británico a cambio del original. La institución londinense todavía no ha aceptado.
El precedente iraquí
Algunos de los primeros donantes del museo, incluido su fundador, Hans Sloane, se beneficiaron de la trata de esclavos. Tras su muerte en 1753 legó 71.000 ítems de su colección personal que fueron la base para abrir el Museo Británico en 1759. En plenas protestas del movimiento ‘Black Lives Matter’ el año pasado el museo decidió quitar el busto Sloane de la entrada por su relación con el esclavismo. La estatua fue colocada en su interior junto con otras estatuas para contextualizarla.
De todos los países europeos con reliquias confiscadas durante la época colonial, Francia es el único que ha accedido a repatriarlas. En 2018 el Museo Quai Branly de París anunció que devolvería 26 objetos robados a Benín en 1862 y el gobierno de Macron expresó su intención de modificar la ley para obligar a los museos franceses a devolver los objetos robados cada vez que un país los solicite. En respuesta a la devolución del Quay Branly, el director del Museo Británico, Hartwig Fischer, explicó a ‘The New York Times’ que “esto no cambia ni la política del museo ni la legislación en Reino Unido”. Abrió las puertas a realizar a algún tipo de colaboración, pero no a retornar los objetos robados. “Las colecciones se deben conservar completas”, concluyó. Sin embargo, en 2019 el Museo Británico devolvió a Irak 156 tablas que datan del siglo III a.C. y que fueron saqueadas durante la invasión del Irak de 2003. Y esto da esperanzas a los gobiernos extranjeros para que devuelvan de otros botines.