Navalny no teme al pulso judicial que le tiende Putin nada más llegar a Rusia desde Alemania


El opositor ruso Alexei Navalny no había cumplido ni medio año de su recuperación en Alemania de un envenenamiento
Según el presidente ruso Vladimir Putin, el opositor Alexei Navalny no es más que un “conocido bloguero” de Rusia. Esos términos utilizaba el jefe de Estado ruso el pasado mes de diciembre, en su conferencia de prensa anual, para eludir referirse a Navalny.
Al activista ruso, que sobrevivió tras ser hospitalizado en Alemania a una tentativa de envenenamiento con el agente nervioso de origen soviético Novichok – del que también han sido víctimas otros opositores de Putin –, lo llamaban en suelo germano este lunes “el hombre más valiente del mundo”. Al menos así lo calificaba el diario Bild, el periódico más leído en el país de la canciller Angela Merkel.
La reacción del Bild se explica por lo poco que ha tardado Navalny en volver a su país con la intención de ejercer de oposición tras recuperarse de un ataque con Novichok por el que se señala al Kremlin. Desde la jefatura del Estado rusa rechazan las acusaciones que la responsabilizan de ese ataque.
“Si hubiéramos querido, habríamos llevado el caso hasta el final”, llegaba a decir Putin a cuenta del envenenamiento de Navalny en diciembre.
En cualquier caso, ya recuperado el envenenamiento, Navalny volvía desde Alemania el domingo a Moscú, su ciudad. En el aeropuerto de Sheremétivo, al que fue desviado de improvisto por decisión de las autoridades el Boieng 737 en el que viajaba el opositor pese a tener como destino inicial el aeropuerto de Vnúkovo, le esperaba un amplio dispositivo policial.
Según ha trascendido, Navalny fue detenido tras pisar suelo ruso por no cumplir con las condiciones del régimen libertad condicional que pesa sobre él por un caso de 2014. Entonces la justicia rusa se pronunció contra Navalny en una condena que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) estableció como injusta por, entre otras cosas, arbitraria.
Detenido 30 días más
Las imágenes de este lunes, sin embargo, parecían situar a la Rusia de Putin lejos del respeto al TEDH, pues a Navalny, tras su detención el domingo, fue llevado a una comisaría convertida en improvisado tribunal. Allí, según ha trascendido, un juez decidió mantener encerrado 30 días más al opositor.
“Parece que el señor mayor, el del búnker, está sentado temblando de miedo. Tienen miedo. Por eso están haciendo esto de manera tan expeditiva, secreta y subrepticia. Tienen tanta prisa por meterme en la cárcel porque tienen miedo”, decía Navalny en unas declaraciones recogidas este lunes por la emisora Radio Free Europe – Radio Liberty, antes de que el opositor fuera trasladado a la prisión federal Matrosskaya Tishina.
Este extremo lo confirmaban a última hora de la tarde de este lunes uno de sus abogados, Ivan Zhdanov.
— Ivan Zhdanov (@ioannZH) January 18, 2021
La portavoz de Navalny, Kira Yarmisch, criticó con dureza lo ocurrido al opositor desde que llegó a suelo ruso. “Lo han detenido, lo han llevado a un lugar desconocido, la audiencia tuvo lugar en la misma comisaría y ha sido detenido por 30 días”, decía Yarmisch al respecto, según el diario independiente The Moscow Times.
Para Yarmisch, lo sucedido entre el domingo y este lunes no puede ni llamarse “parodia del estado de derecho”. Andrei Kolesnikov, experto en política rusa del Centro Carnegie de Moscú, un think tank independiente, escribía este lunes a cuenta de las escenas de Navalny ante el juez en la comisaría que esas imágenes mostraban a una “autoridad que ha perdido la vergüenza”.
“El juez se comporta como un doctor que va a ver a un paciente de COVID-19, pero sin hacerle test de COVID-19. Es decir, sin examinar el caso”, escribía Kolesnikov este lunes en su cuenta de Twitter.
Sin miedo a las represalias de Putin
Pese a la acogida que le dieron las autoridades rusas, Navalny no parece haber cambiado en modo alguno su actitud desafiante. “No tengo miedo. Sé que tengo razón. Los casos contra mí son fabricados”, decía el opositor ruso poco después de haber aterrizado y algo antes de ser detenido el domingo.
Contra Navalny las autoridades rusas tienen también puesta en marcha una investigación relativa a unas donaciones millonarias que supuestamente el opositor ruso había ocultado, unas acusaciones que el activista contra el Kremlin rechaza.
Navalny puede sentirse seguro en sus posiciones porque, de hecho, cuenta con apoyos internacionales de peso. Es más, poco tardaron el domingo en manifestarse los principales responsables de Europa y Estados Unidos en favor de su liberación.
Así, por ejemplo, Jake Sullivan, quien se supone ocupará el influyente cargo de asesor para la seguridad nacional en la presidencia de Joe Biden en Estados Unidos, ha calificado “los ataques del Kremlin contra Navalny” de “violaciones de los derechos humanos” y de “agravio contra el pueblo ruso, que quiere ver su voz escuchada”.
En Europa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, condenaba en un comunicado emitido este lunes la detención de Navalny a cargo de las autoridades rusas. “Las autoridades rusas deben liberarlo inmediatamente y garantizar su seguridad”, se leía en dicho comunicado.
I condemn the detention of Alexei Navalny by the Russian authorities. They must immediately release him and ensure his safety.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) January 18, 2021
Detention of political opponents is against Russia’s international commitments. pic.twitter.com/RRATmAHVvn
Putin se dispara en el pie
En Alemania, al igual que se hizo desde otros puntos de Europa, ya fuera Francia, Italia o los países bálticos, el Gobierno de la canciller Angela Merkel pedía este lunes por boca de su portavoz, Steffen Siebert, que se liberara a Navalny. Siebert también pedía que se investigue el ataque químico que sufrió el opositor al régimen de Putin en suelo ruso el pasado verano.
En Alemania, según dice a NIUS Olaf Boehnke, analista en Berlín de la consultora internacional Rasmussen Global, la “imagen de Rusia nunca fue tan mala como lo es ahora”. Sin embargo, él no cree que la situación de Navalny, de momento, vaya a derivar en una vuelta de tuerca en la política de sanciones occidentales contra el país de Putin.
"Die Bundesregierung ruft die russische Regierung nachdrücklich dazu auf, erstens Herrn #Nawalny unverzüglich freizulassen und zweitens die Umstände des Chemiewaffenangriffs auf russischem Boden vollumfänglich aufzuklären." #Regierungspressekonferenz pic.twitter.com/imQ1H6qacB
— Steffen Seibert (@RegSprecher) January 18, 2021
“No me puedo imaginar de verdad que por el caso Navalny vaya a haber nuevas sanciones”, según Boehnke. “Pero con Rusia los límites de la tolerancia llevan ya tiempo habiendo sido superados”, advierte este experto. A su entender, con el nuevo episodio del enfrentamiento entre Navalny y Putin, parece que el presidente ruso “se está disparando en el pie”.
“El régimen ruso está tratando de no mostrar ninguna debilidad, luchando con los servicios secretos contra los opositores y cosas así. Putin está jugando con la reputación de su país, pero no sólo con eso, sino también con la economía de su país, dependiente de la venta de hidrocarburos. Ahora la presión internacional contra él no para de crecer”, concluye Boehnke.