La odisea de los 18 pescadores secuestrados en Libia toca a su fin


El militar Jalifa Hafter buscaba un intercambio de presos con cuatro libios condenados en Italia
Las disputas por el poder en el país norteafricano explican el arresto de los pescadores
Mientras el Gobierno italiano discutía en Roma las últimas medidas para impedir los desplazamientos durante la Navidad, a cientos de kilómetros saltaba una noticia que provocará un viaje muy esperado. Los 18 pescadores de dos embarcaciones italianas, que fueron apresados en Libia hace más de tres meses, han sido liberados. Después de 108 días de encierro, podrán pasar las fiestas con sus familiares. El primer ministro, Giuseppe Conte, y su ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, viajaron a Bengasi para traer de vuelta a sus compatriotas.
El secuestro se había convertido en una cuestión de Estado para Italia, que se había encontrado con muchas trabas para liberarlos. A las protestas de los familiares, se sumaban las presiones de la oposición al Gobierno. El encargado de dar la noticia fue el titular de Exteriores, quien publicó en su página de Facebook que “dentro de pocas horas podrán volver a abrazar a sus familiares y a sus seres queridos”.
I nostri pescatori sono liberi. Fra poche ore potranno riabbracciare le proprie famiglie e i propri cari. Grazie...
Publicada por Luigi Di Maio en Jueves, 17 de diciembre de 2020
En la tripulación no había sólo italianos. De los 18 pescadores, ocho tienen nacionalidad italiana, seis son tunecinos, dos indonesios y otros dos senegaleses. Los barcos habían zarpado en agosto de la localidad siciliana de Mazara del Vallo para pescar en aguas del Mediterráneo la preciada gamba roja y el 1 de septiembre fueron apresados por las patrulleras del ex coronel libio Jalifa Hafter, que los acusaba de haber cruzado aguas internacionales.
El militar rebelde se sirvió de una interpretación de la ley para convertir a los pescadores en rehenes. Durante estos tres meses ha estado presionando para conseguir un intercambio de presos con cuatro ciudadanos libios condenados a 20 años de cárcel en Italia por tráfico de inmigrantes. Según la versión de Hafter, los inculpados no serían traficantes sino futbolistas que habían llegado a suelo italiano para tratar de abrirse paso en este deporte.
Buon rientro a casa pic.twitter.com/MKYISFeTmV
— Giuseppe Conte (@GiuseppeConteIT) December 17, 2020
Por el momento, no hay detalles sobre la liberación de los pescadores, aunque no se espera un intercambio con los encarcelados libios, que ya han sido condenados por dos tribunales distintos. Italia suele pagar en los secuestros y ese será, probablemente, el balance de la operación: un cargo en la factura. Desde la oposición ya han criticado que el Gobierno trate de sacar provecho del tema, mientras que el ministro de Exteriores afirmó que su país “continúa sosteniendo con firmeza el proceso de estabilización en Libia”.
Las disputas en Libia, como telón de fondo
Di Maio y Conte se encontraron con Hafter en Bengasi, su principal bastión. Precisamente el hecho de que fueran las tropas del militar quienes arrestaran a los pescadores complicó la misión. Roma apoya al Gobierno de Trípoli, reconocido por las Naciones Unidas, al que desde hace años Hafter y sus milicias asedian para tratar de tomar el poder. Desde la caída de Gadafi, Libia es un país dividido y actualmente estas dos facciones se disputan el control del territorio.
Hafter cuenta con el apoyo directo de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes; y con sustento tácito de Rusia y Francia. El desmoronamiento del régimen de Gadafi dejó a Italia sin el caudillo que le permitía mantener su tradicional influencia en el país, por lo que se abrió la disputa por un territorio rico en petróleo y desde el que han salido cientos de miles de inmigrantes hacia Europa en la última década. El recibimiento con honores del presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, en París hace unos días tiene mucho que ver con esto. Francia intenta arrebatarle a Italia el control en Libia, alineándose con el bando enemigo.
Mientras, los 18 pescadores se convertían en invitados secundarios a una disputa que se prolonga desde hace años. Como potenciales monedas de cambio, recibieron un buen trato y no los mezclaron con los presos locales en las infames prisiones libias. Estaba previsto que en los próximos días comparecieran ante un tribunal militar en Bengasi. Aunque, posiblemente, se trataba de un farol más. En Mazara del Vallo ya esperan a sus marinos.