Los países importadores de energía piden a Rusia que envíe más gas natural


La escasez de gas aumenta los precios y empuja al alza el coste de generar electricidad
Es casi una súplica. La Agencia Internacional de la Energía (IEA, en sus siglas en inglés), el organismo que reúne a los principales países importadores de energía, una especie de organización espejo de la OPEP, “piensa que Rusia podría hacer más para aumentar la disponibilidad de gas en Europa”. Eso serviría para que los depósitos estén “llenos hasta niveles adecuados en preparación de la temporada hibernal”. Y de paso para bajar precios porque una parte de la explicación de la subida fulgurante del recibo de la luz se debe a que el gas escasea, eso lo encarece y empuja al alza el precio del kilovatio.
La IEA, en un comunicado emitido la semana pasada, explica que “sobre la base de la información disponible, Rusia está cumpliendo sus contratos a largo plazo con los países europeos, pero sus exportaciones hacia Europa son inferiores a las de 2019”.
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Milan Elkerbout, experto en recursos energéticos del CEPS de Bruselas, considera que “aunque suministros adicionales desde Rusia podrían ayudar a reducir algo el precio del gas, el suministro de gas ruso no es un factor trascendental en la situación actual de precios de la energía. En realidad, el mercado global del gas está pasando por un shock debido a suministros con problemas debido al duro invierno pasado en Europa como al relanzamiento de la economía global, la demanda al alza en China y en Estados Unidos”.
Irina Kustova, experta en seguridad energética y compañera de Elkerbout en el CEPS, también estima que "no hay evidencia de influencia directa de Rusia en el mercado del gas. Los suministros de este año son similares a los de 2020. El declive se produjo el año pasado comparado con 2019. Se están cumpliendo todos los contratos a largo plazo y el nivel de reservas está en el orden del 68-70%, una media suficiente".
La Unión Europea importa de Rusia el 40% de sus necesidades de gas natural. Los siguientes países de origen son Noruega, Argelia (proveedor principal de España) y Qatar.
La IEA, dependiente de la OCDE, considera que Rusia intenta, con la próxima puesta en marcha del gasoducto Nordstream II que ya une territorio ruso y alemán, hacer que Europa sea aún más dependiente de sus exportaciones de gas natural. El gas debería empezar a fluir por esa vía a finales de este año o principios del próximo.
La Unión Europea lleva años prometiendo la diversificación de sus suministradores de hidrocarburos pero Nordstream II va en sentido contrario. El Gobierno estadounidense, que había intentado frenar la construcción del Nordstream II desde los años de Obama hasta la actual Administración Biden pasando por la de Donald Trump, considera ahora que Rusia puede aprovechar la tensión en Europa por el alza de los precios energéticos.
Durante una visita a Polonia, la ministra de Energía del Gobierno estadounidense, Jennifer Granholm, dijo que Moscú tiene esa intención: “Nosotros y nuestros socios tendremos que estar preparados para oponernos cuando hay actores que tal vez manipulen la oferta para beneficiarse” políticamente.
Fuentes comunitarias consideran que hay un problema adicional. Rusia estaría mostrando su malestar por la retórica sobre la transición ecológica desde que la IEA habla de no buscar más yacimientos de petróleo ni de gas.
El negocio de Rusia
La exportación de hidrocarburos supone más del 50% de los ingresos rusos por exportaciones, una fuente esencial para la economía rusa. La transición ecológica europea puede dejar en tres décadas a Rusia sin gran parte de esos ingresos. La IEA también deja ver así que los europeos no tienen por ahora muchas alternativas que pedir a Vladimir Putin que abra un poco más los grifos si quieren aumentar sus suministros de gas.
Elkerbout tampoco cree que la puesta en marcha, en semanas o meses, del gasoducto Nordstream II entre Rusia y Alemania vaya a ser la solución: “No hará que haya más suministro disponible”. Este analista tiene claro que aunque “las consideraciones geopolíticas puedan tener un papel en ciertos suministros energéticos, no cambia la situación actual en los mercados globales de gas, que está marcada por la alta demanda y un suministro constreñido por varias razones”.
Kustova tampoco ve influencia negativa por la próxima puesta en marcha del Nordstream II. Pero recuerda que Gazprom todavía no ha reservado capacidad adicional de suministro de gas a Europa a través de Ucrania a partir de octubre, creando una presión psicológica adicional en los mercados europeos".