Los partidos confirman el apoyo a Draghi para formar un Gobierno de unidad en Italia


El economista tiene que finalizar la composición del Gobierno y redactar un programa
Se espera que a finales de esta semana jure el cargo como primer ministro
La última vez que Silvio Berlusconi apareció en público fue a las puertas del Hospital San Raffaele de Milán, donde había estado ingresado por covid. Fue el pasado noviembre. Después ha caído un Gobierno, hay otro a punto de ponerse en pie y ha tenido que asistir a juicio como acusado, pero siempre se quedó en casa guardando reposo. Hasta que este martes abandonó su mansión de Milán entre sonrisas, cogió un avión privado y se plantó en Roma. Como un veinteañero, el octogenario lo fue publicando todo en sus redes sociales, donde no faltó un vídeo con música emotiva. Su intención era volver al primer plano, para mostrar su apoyo a Mario Draghi, encargado de formar Gobierno.
Sono tornato a Roma per guidare la delegazione di Forza Italia alle consultazioni del presidente incaricato, professor Mario Draghi. pic.twitter.com/NDSYJ4VsvR
— Silvio Berlusconi (@berlusconi) February 9, 2021
El líder de Forza Italia ratificó su respaldo a Draghi, como la mayor parte de los partidos políticos, que cerraban así la segunda y última ronda de consultas con el ex presidente del Banco Central Europeo. El economista tomó nota. Cuenta con una mayoría que va de izquierda a derecha del Parlamento y de la que sólo se queda fuera la ultraderechista, Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia. Mientras el resto de formaciones se suben al carro ganador en el momento en que el que habrá que repartir los fondos de recuperación europeos, Meloni apuesta por capitalizar la oposición con apoyos puntuales.
Los problemas que le quedan a Draghi por resolver son dos: la composición de un Gobierno tan heterogéneo y la redacción de un programa en el que quepan todas las sensibilidades. En cuanto a la forma, la fórmula más probable es que haya una combinación de tecnócratas con ministros de los diferentes partidos. En el contenido, el Ejecutivo se apoyará en unos pocos puntos base, que estarán centrados en gestionar eficazmente la campaña de vacunación y los fondos de recuperación europeos. Este miércoles Draghi tendrá nuevas reuniones con una amplia lista de agentes sociales y se espera que para final de la semana jure el cargo como primer ministro ante el presidente de la República, Sergio Mattarella.
El economista estrella cuenta con un amplio respaldo popular, institucional y político. Pero ante tanto interés junto es inevitable que surjan fricciones. Tras las conversaciones con los partidos, cada uno de los líderes fue dando cuenta de sus reivindicaciones. Y así, habrá que compatibilizar más gasto, como pide la izquierda, con las bajadas de impuestos que reclama la derecha; un Ministerio de Transición ecológica, al que aspira al Movimiento 5 Estrellas (M5E), con la “política ambiental sin ideología” por la que apuesta la Liga.
Fricciones internas
El líder de este partido, Matteo Salvini, es el último converso, tras pasar de sus bravatas contra el euro a abrazar al ex presidente del BCE. La presencia de Salvini en el Ejecutivo ha despertado recelos entre los socialdemócratas del Partido Democrático (PD) y el M5E, que hace año y medio formaron Gobierno para apartar a Salvini del poder. Pero ahora eso vuelve a ser pasado. El líder del PD, Nicola Zingaretti, dijo que la Liga y los suyos son “dos fuerzas alternativas”. Mientras que el M5E someterán el apoyo a Draghi a la votación de sus bases, que deberán expresarse en una plataforma digital que nunca ha ofrecido un resultado contrario al que dicta la cúpula.
Será de nuevo un Gobierno de conveniencia, construido alrededor de un líder al que todos respetan y con el jugoso incentivo de tocar mucho dinero. Sólo el Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi tuvo un respaldo similar, cuando la mayoría de partidos le dieron su apoyo mientras el sistema se tambaleaba ante el gigantesco escándalo de corrupción conocido como Tangentópolis. También en esa ocasión, el Ejecutivo duró poco más de un año. Entre las formaciones que le han prometido el voto, algunos ya se preguntan si la caducidad de Draghi terminará con el reparto de los fondos europeos.