El reto de salud mental que callan muchos refugiados de Ucrania: "Me salieron las canas en una semana"

Existe una falta de cultura para ir a terapia y la población se siente avergonzada de pedir ayuda
Niños y niñas son quienes salen más fácilmente del estado de estrés al que se han visto sometidos debido al conflicto
A nivel de salud mental, las personas desplazadas son las más afectadas
"Siento ansiedad desde el primer día de la guerra. Las sirenas aéreas que hay me provocan una especie de pánico interior, porque no es tan fácil olvidar lo que has visto u oído", cuenta Dimytro, desplazado proveniente de Kiev.
Sergey Alexeyevich, desplazado desde Kharkiv, cree que necesita cuidar su salud, porque el estrés le ha sentado realmente mal. "Me salieron canas en una semana. Una semana y tengo el pelo gris. ¿Qué puedo decir? No tengo palabras para expresar lo que sucedió. Pensé que era un mal sueño. Miras por la ventana y ves cohetes volando entre las casas, cerca de la tuya, en la escuela a la que solías ir".
Como ellos, cientos de ucranianos están sintiendo qué su salud mental se está viendo gravemente deteriorada, según ha alertado Médicos del Mundo. "Lo más urgente en un conflicto armado es tratar las heridas causadas por la guerra, pero también lo es hacer frente a los trastornos de salud mental y psicológicos que se producen y que no se ven. Tras más de 70 días de conflicto armado su población está sumida en el desconcierto y eso afecta mucho".
Los desplazados, los más vulnerables
"Hoy fui a unos grandes almacenes y lloré cuando vi una taza como la que teníamos en Mariupol, una manta como la que teníamos en Mariupol, pero ahora nuestra casa no existe. Desde que llegué a este centro de desplazados tengo cambios de humor. Durante 15 minutos puedo romper a llorar, puedo reírme o puedo estar deprimida, y luego otra cosa", dice Diana, desplazada proveniente de Mariupol.
"Se debe prestar especial atención a familias monoparentales, menores, personas de edad avanzada, las personas con alguna enfermedad crónica, personas con discapacidad intelectual y sobre todo las personas con trastorno de salud mental, porque son las más vulnerables y porque necesitan el apoyo y la ayuda de sus cuidadores para poder sobrevivir", añade Ricardo Angora, coordinador de salud mental de Médicos del Mundo en la emergencia en Ucrania.
La organización señala que las personas más afectadas por el conflicto son las desplazadas, porque aunque han huido a zonas más seguras, son lugares desconocidos para ellas, en los que tienen que sobrevivir sin apenas recursos, buscar alojamiento, alimentarse, etc. Empezar de cero con la cabeza y el corazón rotos, con la incertidumbre de no saber si algún día volverán a su ciudad y verán a los suyos. A estas personas se suman las refugiadas, que tratan de rehacer sus vidas en otro país.
El reto de pedir ayuda psicolólogica
A esta tragedia se une la falta de cultura de ir a terapia en Ucrania, explican desde la ONG. "Durante los primeros días tuvimos casos en los que nos acercamos a la gente y dijimos somos psicólogos y queremos ayudar y respondían que no querían", cuenta Denis Humenny, psicólogo de crisis y voluntario de la organización Ucrania Unida, que tiene que ganarse la confianza de las personas desplazadas poco a poco, aproximándose a través de la amistad y la empatía.
La gente se siente avergonzada de pedir apoyo, porque hasta hace dos meses tenían sus propias casas, sus trabajos, su vida, y ahora solo experimentan la pérdida: pérdida de familia, de bienes, todo lo que solían hacer y amaban. "Viven con incertidumbre, con ambigüedad y sin saber cómo arreglar sus vidas. Es muy difícil adaptarse a una nueva vida, porque todo está arruinado", explica la técnica de Médicos del Mundo Hanna Lehkova, como profesional sanitaria pero también como ucraniana que ha tenido que huir.
Después del trauma vivido, profesionales de la psicología cuentan cómo los niños y las niñas son quienes salen más fácilmente del estado de estrés al que se han visto sometidos, a través de terapias artísticas, por ejemplo. Sin embargo, para sus padres, que el único sentimiento de hogar que les queda son los menores, es más difícil y tienden a sobreproteger a sus hijos, lo que puede repercutir negativamente en ellos. "No es momento de exigir a los pequeños, hay que eliminar cualquier resquicio de dolor y violencia", añade Humenny.
Una atención y una medicación especializada
La organización señala la necesidad de una atención y una medicación especializada para proteger a las personas con problemas de salud mental y apunta a la falta de medicamentos en instalaciones psiconeurológicas.
Médicos del Mundo apoya a hospitales con donación de medicamentos para salud mental y equipamiento sanitario y ha puesto a disposición de la población una línea telefónica con atención psicológica para dar cobertura en remoto a las personas que se encuentran en zonas de difícil acceso o restringido por el conflicto.
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