Pistoletazo de salida en la carrera por el liderazgo de la CDU de Merkel

La debacle electoral vivida en Hamburgo obliga a los cristianodemócratas alemanes a pisar el acelerador para encontrar sustituto a la lideresa saliente, Annegret Kramp-Karrenbauer.
Los conservadores alemanes apenas se han dado tiempo para lamerse las heridas después del batacazo electoral sufrido el domingo en Hamburgo.
El mal resultado en la ciudad-estado del norte alemán encajado por la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, ha obligado a sus responsables a mover ficha rápidamente. De este modo, si el lunes Annegret Kramp-Karrenbauer, todavía lideresa del partido, cambiaba los planes de su salida de la presidencia de la CDU, el martes se hacían oficiales otras dos candidaturas a la dirección de la formación conservadora.
El lunes, Kramp-Karrenbauer anunciaba que, en lugar de dejar para diciembre la elección de su sustituto en la presidencia de la CDU y del aspirante conservador a canciller, el partido celebrará un congreso extraordinario el próximo 25 de abril en Berlín con el que resolver sus problemas de liderazgo.
En el congreso se elegirá un nuevo presidente del partido. La cuestión del aspirante a canciller del partido, sin embargo, se resolverá en diciembre, según el calendario de Kramp-Karrenbauer. Se supone que la elección que tenga lugar en abril constituirá “una clara señal para el candidato o candidata a canciller”, decía Kramp-Karrenbauer el lunes tras reunirse con la dirección del partido.
Esa reunión fue prácticamente una reunión de crisis. Estuvo precedida de severos comentarios en la noche electoral del domingo en Hamburgo como los que hacía el conservador Tobias Hans, presidente del Land del Sarre. Hans decía que la CDU acusaba una “imagen de partido sin líder”. Prueba de ello es que la dirección no pudiera impedir que la CDU de Turingia votara con la ultraderecha a favor de un presidente liberal en ese Land del este alemán.
Lo ocurrido en Turingia explica en parte el resultado de la CDU en Hamburgo. Allí, los cristianodemócratas se hicieron con un 11,2% de los votos. Ese porcentaje constituye una debacle para el partido conservador. Ese porcentaje constituye el peor resultado de los conservadores alemanes en sus últimos 70 años de historia.
“El partido está en crisis. Desde hace quince meses teníamos una nueva presidenta de la CDU. La CDU es un partido que no suele cambiar rápido de líder y ahora volverá a hacerlo. Esto es una señal de que el partido no está bien”, dice a NIUS Stefan Marschall, politólogo y profesor de la Universidad de Düsseldorf. “Durante mucho tiempo fue Merkel la líder del partido y del Gobierno, pero ese tiempo de estabilidad es cosa del pasado. Ahora la CDU está viviendo momentos de inseguridad”, abunda Marschall.
Tres candidaturas para socorrer el partido
En la CDU los hay que asumen estar en la mayor crisis de la historia del partido. Como soluciones a esta situación se presentan las candidaturas a presidir la CDU de Norbert Röttgen, Friedrich Merz y la del dúo formado por Armin Laschet, presidente de Renania del Norte-Westfalia, y Jens Spahn, actual ministro de Sanidad.
Esta pareja y Merz hacían el martes oficial su candidatura en Berlín. Röttgen fue el primero en presentar formalmente sus aspiraciones, hechas públicas la semana pasada. A nadie se le escapa que los cuatro vienen de la populosa región del oeste alemán que es Renania del Norte-Westfalia.
Allí, el hombre fuerte es Laschet. Él aspira ahora a ser presidente de la CDU con Spahn, el benjamín de los candidatos a renovar la dirección del partido en virtud de sus 39 años. Sin embargo, Laschet no es el favorito en la carrera a la presidencia del partido.
Merz, el “favorito”
Ese título corresponde a Merz, según encuestas como la que presentaba recientemente el insituto de estudios de opinión YouGov para la agencia de prensa alemana DPA. En ella, un 18% de los encuestados veían a Merz como líder de los crístianodemócratas alemanes en unas elecciones generales. Le seguía Röttgen con un 11%.
La encuesta, realizada antes de que Laschet y Spahn presentaran su equipo, atribuía al presidente de Renania del Norte Westfalia un 9% y al ministro de Sanidad un 7%. Ambos mostraban el martes un perfil integrador, como si con ellos se pudiera lograr la “cohesión y el liderazgo conjunto” que visiblemente ha perdido el partido.
Por su parte, Merz pone el acento en otros asuntos. Este hombre de 64 años, que fue líder del Grupo parlamentario de CDU/CSU en el Bundestag entre 2000 y 2002, además de diputado durante tres lustros (1994-2009) quiere ver a su partido siendo lo que fue otrora, una formación que aglutinaba a casi la totalidad del electorado conservador de Alemania. Mucho de este electorado vota hoy a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Merz ha dicho querer reconquistar la mitad de los votantes de AfD.
Continuidad, cambio o renovación
Merz se esforzaba el martes ante la prensa en marcar distancias con Laschet y Spahn. En ellos, Merz ve “continuidad” respecto al fondo y las formas de la canciller Angela Merkel.
A Merz se le daba por muerto políticamente no hace tanto. Pero ha logrado volver a la primera línea criticando a la canciller, su 'heredera' caída en desgracia Kramp-Karrenbauer y todo el que se reivindique más o menos de Merkel. “Sin ánimo de ofender a mi amigo Armin Laschet. A partir de hoy, tenemos dos alternativas: la continuidad o la ruptura y la renovación. Yo estoy a favor del cambio y la renovación”, decía Merz en la presentación de su candidatura.
Por mucho que Merz se esfuerce en simplificar la situación del partido, la crisis de la CDU es mucho más complicada. La exitosa gestión de Merkel se ha caracterizado por un pronunciado giro hacia el centro político, además de por mantener al partido en el poder durante tres lustros gracias mayormente a 'grandes coaliciones' con los socialdemócratas. Esa fórmula de Merkel tiene un coste que el partido tiene que asumir ahora que la canciller vive sus últimos meses en la Cancillería Federal.
“La CDU ha perdido mucha cultura a nivel de programa político, ha ganado competencia porque casi todos los otros partidos se reivindican ahora del centro político y luego, no lo olvidemos, durante décadas la CDU sólo ha tenido dos líderes: Helmut Kohl y Angela Merkel”, dice a NIUS Mathias Albert, politólogo y profesor de la Universidad de Bielefeld. “El partido no tiene tradición para resolver la cuestión del liderazgo y esto genera inseguridad”, apunta Albert.
Está por ver si los flamantes candidatos a presidir la CDU son capaces de aportar certidumbres a la familia política conservadora de Alemania.