Reino Unido: la polémica con la estatua de Churchill y la comisión contra la desigualdad racial

La oposición acusa a Johnson de impulsar "una guerra cultural" para desviar la atención de las cosas importantes
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado una comisión integubernamental para analizar la desigualdad racial en Reino Unido. El responsable laborista de Justicia, David Lammy, ha respondido que es el momento de "pasar a la acción" y no de realizar nuevos informes; y ha asegurado que el plan del premier carece de matices y ha sido "escrito en el reverso de un paquete de cigarrillos" para, simplemente, "mitigar" las protestas contra el racismo.
Además Lammy ha acusado a Boris Johnson de buscar una "guerra cultural" en relación con la polémica en torno a la estatua de Winston Churchill (que ha sido tapada con tablones para evitar actos vandálicos). Lammy lamenta que el mandatario insista en "hablar de estatuas" y no de los "fracasos de las políticas conservadoras". Le acusa de impulsar una "guerra cultural" como táctica de distracción para "desviar la atención de los asuntos importantes", según ha informado el diario The Guardian. "El Partido Laborista no está hablando de estatuas. Los liberaldemócratas tampoco están pidiendo que retiren la estatua de Churchill. Tampoco los Verdes. Los únicos que quieren centrarse en esto son los conservadores y, francamente, es raro", ha afirmado Lammy.
Las declaraciones se producen tras un artículo escrito por el primer ministro en The Daily Telegraph con motivo de las concentraciones antirracistas. El premier anunció que la comisión consideraría "todos los aspectos de la desigualdad". Aseguró que "nadie a quien le importe este país podría ignorar las protestas".
Las manifestaciones raciales en Estados Unidos (tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco) se han extendido a Reino Unido reabriendo debates en nuevos frentes. Algunas voces han calificado al exprimer ministro británico Winston Churchill de racista; una pintada en la estatua (en la que se leía "Fue un racista") cerca del Big Ben ha llevado a las autoridades a encerrarla en una jaula de tablones para protegerla.
Johnson, gran admirador de la figura de Churchill y sobre quien ha escrito una biografía, ha insistido en que es "absurdo" que corra el riesgo de ser atacado por "manifestantes violentos". "Si empezamos a purgar y a retirar las imágenes de todos menos los que tengan opiniones y actitudes diferentes a las nuestras estaremos participando de una gran mentira, una distorsión de la historia", ha escrito. Durante las protestas, sin embargo, algunos han pedido una "revisión del legado" del antiguo primer ministro.