Hasta el pasado marzo, los diputados de Marine Le Pen no han votado a favor de sanciones a Rusia
La líder de la extrema derecha francesa tiene una larga relación con el presidente ruso
El debate de la noche del miércoles entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen vio como el primero señalaba varias veces las conexiones de la segunda con el presidente ruso Vladimir Putin. Le Pen financió su campaña de 2017 gracias a un préstamo de un banco ruso cercano al Kremlin. Anoche ella dijo que eso no afectaba a su independencia para diseñar una política exterior para Francia. Macron lo puso en duda. ¿Pero hasta dónde llegan esas conexiones?
Hace algo más de una década el Kremlin empezó a forjar relaciones con partidos y líderes ultraderechistas europeos. Ahí apareció ya Le Pen. En octubre de 2011 dijo al diario ruso ‘Kommersant’: “No escondo que en cierta medida admiro a Vladimir Putin. Debemos desarrollar las relaciones con Moscú, compartimos intereses comunes”.
El primer viaje oficial de Le Pen a Moscú fue en junio de 2013, cuando fue recibida por el presidente de la Duma, Serguei Narychkine. También se reunió con el presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Duma, el antiguo alto cargo del servicio secreto Alexei Pouchkov. Dijo en aquella visita que ella se sentía “más cerca del modelo de patriotismo económico ruso que del de la Unión Europea”.
En abril de 2014 volvió a Moscú semanas después de la anexión de Crimea. Viaje que repitió con el mismo destino en mayo de 2015. En 2017 Marine Le Pen justificó la anexión rusa, por la fuerza, de la provincia ucraniana de Crimea en 2014. Dijo entonces, en televisión, que Crimea se había unido a Rusia legalmente a través de un referéndum. Pero el referéndum era ilegal y la Unión Europea empezó ahí las sanciones contra Rusia.
En 2015 dijo que los bombardeos rusos sobre Siria era lo que debía hacer también Francia. Además, criticó que la Justicia francesa abriera una investigación por crímenes contra la humanidad contra el presidente sirio Bachar Al-Assad, aliado de Putin.
El 24 de marzo de 2017 Vladimir Putin recibió a Marine Le Pen por primera vez en el Kremlin. Faltaban dos meses para las presidenciales francesas y Le Pen acababa de firmar el préstamo ruso con el que financiaría su campaña. Es un préstamo que todavía no ha devuelto, como le recordó el miércoles Macron.
Otro asunto que muestra que Le Pen ha seguido las líneas políticas del Kremlin es el envenenamiento, condena y encarcelamiento del opositor Alexei Navalny. Tras su primera condena, de tres años de cárcel, Le Pen dijo: “No creo que debamos pedir a la Justicia de un país extranjero que libere a alguien. Y su condena no tiene nada que ver con política sino por haberse saltado un control judicial”. Navalny no acudió a la Justicia como se le había requerido porque estaba en Alemania, con permiso del Gobierno ruso, curándose del envenenamiento.
La guerra terminó por descolocar a Le Pen. Hasta el 8 de febrero, apenas 16 días antes del ataque ruso a Ucrania decía en una entrevista a la BBC que Rusia no atacaría a su vecina. Por esa época Le Pen ya había destruido millones de folletos electorales porque en ellos aparecía en una foto durante su visita al Kremlin de 2017 dando la mano a Putin.
📹 La France aurait dû continuer à avoir des relations diplomatiques, économiques et culturelles avec la #Russie de Vladimir Poutine, tout en restant à équidistance des les Etats-Unis et des Russie. @BBCHARDtalk pic.twitter.com/isQVO2U9Ey
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) 8 de febrero de 2022
24 de febrero pasado: Rusia lanza el ataque contra Ucrania y Le Pen empieza a girar: “Todo el mundo admira de alguna forma a Vladimir Putin. Pero creo que lo que ha hecho es condenable y eso cambia en parte la visión que pueda tener de él”. Un mes después intentaba quitarse a Putin de encima: “No tengo amistad con él, lo vi una vez en mi vida y no tengo relaciones financieras con él”.
Durante toda la década pasada los diputados y eurodiputados del partido de Le Pen han votado contra cualquier resolución o política que pudiera molestar al Kremlin, ya fuera contra violaciones de derechos humanos en Rusia, actividades ilegales rusas en Ucrania, envenenamiento y asesinato de opositores, cierre de medios de comunicación y ong’s o lucha contra la desinformación. Sólo en marzo pasado los eurodiputados de Le Pen votaron en la Eurocámara a favor de las sanciones. Cuando el 7 de abril el Parlamento Europeo votó a favor de un embargo a los hidrocarburos rusos, sus 19 eurodiputados se ausentaron de la votación.
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