Rula Jebreal, la periodista que incomoda a la derecha italiana

La RAI quiso vetar su participación en el festival de Sanremo al considerarla "divisiva"
Es una de las figuras de mayor glamour para la izquierda mediática
Hay un momento del año en el que todos los italianos olvidan sus diferencias y se ponen delante del televisor. Sanremo suena a esos festivales de la canción en los que sus protagonistas se quitan el polvo al salir del baúl de los recuerdos, aunque si hay algo que lo conecta con tiempos pasados son sus audiencias. Un share de cuando había dos canales que se veían en blanco y negro. Al menos un 60% de espectadores pegados a la pantalla.
Italia no es un país muy dado a la innovación, le gusta que Sanremo sea lo que ha sido siempre. Entretenimiento, canzone y pocos inventos. Nada de ‘No a la guerra’, de ‘Metoo’ o de discursos políticos como en los Goya. Ya el año pasado ganó Mahmood, un chico medio árabe de padre egipcio, y fue una revolución. Pero cuando en esta edición anunciaron que vendría a hablar de feminismo una periodista de origen palestino, con nacionalidad israelí e italiana, adalid de una izquierda caviar y enfrentada con toda la derecha del país, se ha intentado frenar el golpe antes de tiempo.

La susodicha se llama Rula Jebreal y es una de las figuras de mayor glamour para la izquierda mediática. Nació hace 46 años en Haifa (Israel), de padre nigeriano y madre palestina. La madre se suicidó después de haber sido violada cuando Rula tenía cinco años, de modo que la joven dirigió su vida profesional a defender los derechos de las mujeres y a criticar a los regímenes autoritarios que la rodeaban.
Obtuvo la nacionalidad italiana al trasladarse a estudiar a Bolonia. Trabajó en medios de este país, pero realmente ha hecho carrera en Estados Unidos, donde colabora como analista política para televisiones como MSNBC o CNN. Mantuvo una relación con el director de cine estadounidense Julian Schnablel y después se casó -y se divorció- con Arthur Goodhart Altschul, hijo de un importante banquero de Goldman Sachs.
Una invitada no apta para todos los públicos
La tarjeta de visita de Rula Jebreal encaja a la perfección si el objetivo es darle pedigrí a una fiesta. Cuando el presentador de Sanremo, un showman llamado Amadeus, le propuso que diera un discurso sobre mujeres, la periodista no sólo aceptó, sino que respondió que podía involucrar a Michelle Obama u Oprah Winfrey para que dejaran un mensaje. Todo ideal, hasta que anunciaron la presencia estrella de Rula Jebreal y las redes se llenaron de mensajes de rechazo.
En el pasado, cuando aparecía en televisión, ya era para algún ministro “la señora morena de nombre impronunciable”. Pero la culpa ahora la tiene un artículo firmado por Jebreal en The Guardian en febrero del año pasado, a un mes de las últimas elecciones italianas. Después de que un perturbado de ideología neonazi saliera a la calle a disparar contra africanos y la campaña se tiñera de xenofobia, la reportera escribió que “el fascismo sigue vivo y muy vivo en Italia”. Culpó de este clima a políticos como Matteo Salvini y Silvio Berlusconi, y se despidió con un “arrivederci, mi precioso país”.
Dirigentes de la RAI, la televisión pública que emite el evento, como Giampaolo Rossi señalaron que “la presencia de Jebreal está forzada ideológicamente”. “¿Qué tiene que ver ella con el festival de la canción? Se trata de un personaje divisivo”, señaló el consejero, ligado al partido ultraderechista Hermanos de Italia.
La disputa se trasladó al terreno político y desde la izquierda, deseosos también de encontrar estas figuras en el mundo del espectáculo que tienen mucho más tirón que cualquiera de sus mandatarios, utilizaron al personaje Jebreal como símbolo de la Italia aperturista contra una Italia cerrada y obtusa.

Veto y marcha atrás
A la periodista le comunicaron desde la RAI que no estaría en Sanremo. Le pidieron que fuera ella la que diera un paso a un lado, afirmó en una entrevista en La Repubblica, el tradicional diario del centroizquierda. Pero ella se negó y denunció un veto ideológico, como representante de una “Italia inclusiva, tolerante, abierta al mundo y defensora del diálogo y la paz”. Siguiendo con la poesía, citó en Twitter a Martin Luther King, al afirmar que “la injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todos lados”, acompañado de una bonita postal de Roma.
“Injustice anywhere is a threat to justice everywhere.” — Martin Luther King Jr. pic.twitter.com/YDZ88V1yya
— Rula Jebreal (@rulajebreal) January 7, 2020
La RAI se comporta como una representación mediática del Parlamento, con más de una decena de canales y compartimentos estancos en los que los responsables -nombrados a dedo por los partidos- construyen chiringuitos sólo desmontados por sus sucesores. El veto se le atribuye a Teresa De Santis, la directora de RAI 1, que mantiene una estrecha relación con Matteo Salvini.
Pero en medio de tanta polémica es sorprendente que éste no haya querido involucrarse, cuando este tipo de periodistas está entre sus blancos ideales. Los intereses de Salvini se dirigen más bien a las próximas elecciones regionales en Emilia Romaña, bastión de la izquierda, por lo que nada de ataques frontales. Del otro lado aparecieron críticas contra la cantante Rita Pavone, que también acudirá a Sanremo, por difundir opiniones xenófobas y fake news.
Así pues, la dirección de la cadena se reunió y dio marcha atrás en su negativa contra la periodista italoisraelí. Rula Jebreal finalmente acudirá a Sanremo para hablar de mujeres. La bola se había hecho demasiado grande y al final de lo que trata la emisión es de no dividir. Es decir, de sentar delante de la tele a todos los italianos, no a los de un bando u otro.