Salmond traslada su pelea con Sturgeon a las urnas


El exlíder del SNP crea su propio partido para conseguir una “supermayoría” independentista en los comicios plebiscitarios escoceses del 6 de mayo
Esta decisión es un reflejo de las disputas internas de los nacionalistas entre los que quieren acelerar el proceso para separarse del Reino Unido y los que no
Los partidos unionistas, minoritarios hasta ahora en Escocia, creen que esta división les puede beneficiar y proponen crear una coalición probritánica
El exlíder del Partido Nacional Escocés (SNP) y exministro principal escocés, Alex Salmond, ha decidido llevar la pelea con su expupila y sucesora en el cargo, Nicola Sturgeon, de los tribunales a las urnas y ha creado un nuevo partido proindependentista que competirá con el SNP en los decisivos comicios escoceses del 6 de mayo. Sturgeon ha convertido estas elecciones en plebiscitarios y ha prometido celebrar un nuevo referéndum si consigue la mayoría, aunque se oponga el gobierno central. El SNP es el gran favorito pero la irrupción del nuevo partido de Salmond, que se llama Alba, que significa “Escocia” en gaélico, cambia el paisaje electoral.
En la presentación del partido, Salmond, de 66 años, explicó que quiere conseguir una “supermayoría independentista” que garantice la mayoría absoluta independentista y que no quiere quedarse con votos del SNP. Para entender las palabras de Salmond hay que entender cómo funciona el sistema electoral escocés, diseñado para que sea muy complicado obtener una mayoría absoluta. Los 129 diputados del Parlamento de Edimburgo se escogen a partir de dos votaciones. En la primera se vota por circunscripciones o distritos electorales, donde se presenta un candidato de cada partido y el que saca más votos gana. Por tanto, sólo cuentan los votos del ganador. El resto de votos se pierden. 73 diputados son escogidos en esta votación.
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Los 56 diputados restantes salen a partir de una votación en la que se vota por listas de partidos, no por candidatos. Hay 8 regiones donde se eligen 7 candidatos en cada una. Pues bien, el Alba sólo se presentará a las votaciones por listas electorales y presentará cuatro candidatos a cada una de las 8 regiones. De esta forma los votos que le quite al SNP siguirán en manos de independentistas. Si se presentara a las votaciones para candidatos, se perderían los votos si no quedaban primeros.
El referente de Farage
Las encuestas de la firma demoscópica YouGov dicen que el SNP podría quedarse con el 42% de los votos por listas (en la votación por candidatos está por encima del 50%). El Alba se quedaría con un 7% de los votos del SNP y lograría 7 escaños y se apropiaría de entre un 1-2% del voto de laboristas y conservadores. Desde la devolución de poderes a Escocia de 1998, sólo el SNP, liderado por Alex Salmond, obtuvo una mayoría absoluta con este sistema. Fue en 2011 también con el referéndum como promesa. Esa victoria forzó a David Cameron a aceptar la celebración del plebiscito tres años más tarde.
Ahora Salmond quiere que esto se repita, pero con mayoría independentista, no sólo del SNP. De alguna manera es algo parecido a lo que hizo Nigel Farage con el Partido del Brexit, formación creada únicamente para presionar a los conservadores para que llevaran a cabo el Brexit amenazándoles con quedarse con sus electores más radicales. Y lo lograron porque el Partido Conservador acabó eligiendo a Boris Johnson como nuevo líder. Cuando Johnson implementó el Brexit, el partido de Farage desapareció porque ya no tenía sentido. Salmond dijo que no tenía a Farage como referente, aunque el objetivo es el mismo: garantizar la independencia.
La creación de Alba y el salto al ruedo electoral de Salmond es una proyección de la guerra entre Salmond y Sturgeon que empezó en 2018 con la acusación de abusos sexuales de Salmond a dos de sus empleadas mientras estuvo en el poder antes de 2014. El SNP denunció a Salmond, que fue absuelto por los tribunales, y éste denunció al SNP por irregularidades a la hora de acusarle. También los jueces le dieron la razón y logró ser indemnizado. Más tarde, Salmond acusó a Sturgeon de conspirar contra él y de mentir al parlamento. Se abrieron dos investigaciones cuyas conclusiones fueron publicadas la semana pasada con conclusiones contradictorias acerca de la inocencia de Sturgeon.
Divergencias internas
Esta disputa es, además, un reflejo de dos formas distintas de intentar llegar a la independencia. Están los radicales como Salmond que quieren acelerar el proceso y buscar formas alternativas para lograrlo más allá de esperar que Londres les facilite la orden 30, que transfiere los poderes a Edimburgo para poder celebrar la consulta, como sucedió en 2014. Y están los moderados como Sturgeon que quieren ir poco a poco y conseguir el permiso de Londres, un permiso que Johnson ya ha dicho que les concederá. De hecho, Sturgeon, aunque ha prometido el nuevo referéndum si gana, no ha fijado ninguna fecha como le pedían los más radicales de su partido.
Salmond explicó que hay otras alternativas para buscar la independencia además de la orden 30 que anhela Sturgeon. “También están el plebiscito, la acción legal internacional, las manifestaciones pacíficas en la calle, la voluntad popular”, expresó Salmond. “Hay preguntas importantes sobre la conveniencia de la vuelta de Salmond a un cargo público por las dudas que ha generado su conducta”, le replicó Sturgeon refiriéndose a la acusación de abusos sexuales. Y le lanzó un reto: “Esto ya lo decidirán los votantes”.
El problema para Salmond es que su popularidad ha caído hasta el 14% entre la población y el 16% entre los votantes del SNP por el asunto de los abusos, según el sondeo de YouGov. Aunque ha sido absuelto, desde el SNP se siguen arrojando dudas y sombras sobre él. Hasta el punto que Salmond ha amenazado con llevar a juicio a Leslie Evans, la jefa de gabinete de Sturgeon, que fue quien denunció a Salmond a la policía y todavía no se ha retractado. O sea, que la guerra continúa a seis semanas de los comicios.
Trasvase de políticos
Se está produciendo, además, un traspaso de políticos del SNP al Alba. El más prominente es Kenny MacAskill, de 62 años, diputado en Londres y exministro de justicia escocés en el gobierno de Salmond entre 2007 y 2014. MacAskill dijo que se sentía “aliviado” al dar ese paso. El segundo ha sido el diputado Neal Hanvey. También el exconcejal Chris McEleny. Diversos diputados del SNP han criticado el nuevo partido de Salmond. Uno de ellos, Angus Robertson, persona de confianza de Sturgeon, ha declarado que la creación de Alba no tiene que ver con la independencia sino con el ego de Salmond.
La guerra entre Sturgeon y Salmond va a continuar durante toda la campaña hasta el 6 de mayo y los partidos unionistas, que son minoiría en Escocia, se están frotando las manos. El líder de los conservadores escoces, Douglas Ross, ha propuesto la creación de una alianza de formaciones unionistas para hacer frente a los independentistas. No se sabe todavía cómo esta pelea interna y esta fragmentación del voto independentista afectará a los electores a la hora de depositar la papeleta en la urna. De momento, el apoyo a la independencia ya ha caído del 57 al 49% en los últimos meses. Y en el caso de que los independentistas del SNP y del Alba obtuvieran la ansiada mayoría, ¿se sentarán en la misma mesa Sturgeon y Salmond para lograr un acuerdo político?