Las sardinas contra Salvini: “Estamos hartos de una política violenta basada en el odio”


Hablan Matilde Sparacino y Danilo Maglio, dos de los organizadores del movimiento de "las sardinas"
La manifestación en Florencia ha sido una de las más numerosas hasta la fecha
En ocasiones los grandes fenómenos ocurren gracias a simples casualidades. Danilo vio en las redes sociales lo que pasó en Bolonia hace dos semanas. Matilde también. Ambos no se conocían, pero la clase estudiantil de Florencia quería emular a ese grupo de jóvenes que había convocado una simple manifestación para contrarrestar la visita de Matteo Salvini a su ciudad y terminó creando el movimiento más poderoso que ha surgido hasta la fecha en Italia contra el líder ultraderechista. Lo llamaron “las sardinas”, por su capacidad para apretujarse entre la multitud.
A Danilo y Matilde los presentó hace unos días un amigo común y ahora son los abanderados de esas “sardinas” de la capital toscana, donde este sábado reunieron a miles de personas. Fue una de las concentraciones más numerosas de un fenómeno que sigue sumando adeptos y que incluso ya ha dado el salto internacional, con italianos reunidos en Ámsterdam o Nueva York. A Florencia acudió también Mattia Santori, uno de los ideólogos de Bolonia, que les dijo a sus anfitriones: “Vosotros, toscanos, nos habéis ganado con diferencia”.
Matilde Sparacino tiene 22 años y estudia Psicología. Hasta este fin de semana era la más expuesta a los medios, pues había dado una -y sólo una- entrevista en televisión. A partir de ahora puede decir que tiene un máster, pues decenas de periodistas acudieron a la llamada de quienes han agitado el tablero político en Italia. “Quiero remarcar que no estamos contra Salvini o contra cualquier otra cosa, en realidad estamos a favor de la igualdad, la democracia, la hermandad o el comunitarismo. En definitiva, la vuelta a los valores constitucionales”, advierte.
Salvini, que respondió a este movimiento pidiendo a sus seguidores que inundaran las redes sociales con imágenes de gatitos zampándose a estas sardinas, subraya que hay una parte de Italia que está simplemente contra su figura y que él defiende a todo un país. Por eso, estos jóvenes han aprendido la lección para contrarrestar su mensaje con un discurso en positivo, sin espantar a nadie y con un símbolo tan inofensivo como un simpático pescado.
Veinteaños al mando y un público heterogéneo
Danilo Maglio, estudiante de 20 años de Artes y Espectáculos, también trae la lección aprendida. Asegura que “lo más excepcional es cómo ha nacido todo de forma espontánea” y que “con dos clicks en Facebook” consiguieron convocar a una gran multitud este sábado. Como afirmaba Danilo, entre los asistentes había un “público muy heterogéneo en cuanto a la edad, pero que se reconoce en unos mismos valores recogidos en la Constitución”.
Eso sí, en cuanto dan las 18:30, hora a la que oficialmente está convocada la manifestación, la masa comienza a cantar el ‘Bella Ciao’, el himno de los partisanos contra el fascismo, convertido ahora en símbolo de resistencia contra Salvini. Danilo insiste en que son “antifascistas, pero porque la Constitución está constituida bajo el concepto del antifascismo”.
Será un término muy manoseado en los últimos tiempos, pero esta división entre fascismo y antifascismo ha estado presente en la política italiana durante décadas. Lo que trata de explicar Matilde es que los preceptos básicos en los que coinciden los manifestantes “están amenazados”. “Estamos intentando distanciarnos de un modo de hacer política que no nos representa. La política actual está basada en una retórica muy agresiva construida bajo un discurso de odio”, señala.
“No nos representan”
Ese “no nos representan” también suena a viejo eslogan. En Italia, antes que la mayoría en Europa, lo enarboló el Movimiento 5 Estrellas. Y también ellos fueron los primeros en decir que no eran de izquierdas ni de derechas. Las “sardinas” asumen esa desideologización, pero insisten en que no se reconocen en ningún partido. “No se trata de encuadrarnos en la izquierda o la derecha, sino que quien hace política respete lo que estamos pidiendo. Con estas manifestaciones lo único que queda claro es un malestar y el descontento de la población”, añade la estudiante de Psicología.
Pero si alguien ha encarnado recientemente ese discurso contra el que surgen “las sardinas” es Matteo Salvini, con un mensaje xenófobo, ultranacionalista y divisivo. Los organizadores no esconden que “el odio tiene principalmente una matriz soberanista”. Y ya con la manifestación en marcha, afloran los cánticos contra el líder de la Liga, que se encuentra cenando en un acto electoral con los miembros de su partido, a unos metros de esta plaza.
Danilo y Matilde toman el altavoz, vociferan un par de frases y se pierden entre la gente. Ni siquiera hay un palco, porque la intención es que el acto sea de todos, sin líderes ni más protagonistas que el colectivo. Los únicos que buscamos rostros reconocibles somos los periodistas.
Cuando la fiesta termina, quedan unos pocos jóvenes que no han olvidado las canciones de los viejos cantautores. Hay bailes y batucada. A principios del próximo año se celebrarán elecciones regionales en Emilia Romaña -donde empezaron las manifestaciones- y en la Toscana, feudos tradicionales de la izquierda. Entonces será el momento de valorar quién tiene más que celebrar, Salvini o “las sardinas”.