La segunda ola de la COVID-19 también amenaza a Suecia


El país nórdico que sorprendió al mundo por la relajación de sus medidas contra la propagación del coronavirus comienza a prepararse para una segunda ola de contagios.
Suecia no ha sufrido, hasta ahora, una ola de contagios como las segundas oleadas que ya golpean a otros países del oeste europeo, como España o Francia, o que comienza a apreciarse en otras partes del viejo continente, como Alemania.
En los últimos días se ha dicho que Suecia había “escapado” a la segunda ola de contagios.
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“Actualmente la situación está tranquila. Hay señales de que puede estar habiendo un número creciente de infecciones en varias regiones del país, incluida Estocolmo, pero no asistimos a un gran rebrote”, dice a NIUS Emanuel Örtengren, investigador de Timbro, un think tank con sede en la capital sueca.
Esa apreciación, sin embargo, no invita a que las autoridades se muestren confiadas frente al SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19. En el país nórdico, de unos 10 millones de habitantes, se contaban este jueves 90.289 casos positivos por coronavirus desde que comenzó la pandemia. Entre ellos se lamentan casi 5.900 decesos, según datos de la Agencia para la Salud Pública de Suecia.
Esas cifras están muy lejos de, por ejemplo, los 31.034 fallecimientos registrados en Españaa finales de esta semana. Tampoco la actual dinámica de contagios en Suecia es comparable con la del caso español.
Según datos recientes del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), Suecia ha registrado del orden de unos 30 casos positivos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días. España presenta 292 positivos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días, según datos del ECDC recogidos por la agencia estadounidense Associated Press.
Anders Tegnell, el epidemiólogo en jefe que dirige la estrategia del país frente a la COVID-19, no encontraba este jueves argumentos para explicar a NIUS en rueda de prensa por qué la segunda oleada de infecciones sueca nada tiene que ver con la que sufre España. “No sabemos por qué es diferente. Tal vez tengamos la misma experiencia en unas semanas. Ya veremos”, afirmaba Tegnell.
A su entender, es clave para entender las diferencias entre la experiencia sueca y la española que “España tuvo y confinamiento y, después, se abrió, y así se puede llegar de nuevo a un nivel alto de contagios”. “Suecia no ha tenido un confinamiento así, pero ha mantenido sus medidas, esto, esperemos, nos hace menos susceptibles de sufrir una segunda ola fuerte de contagios”, planteaba Tegnell.
Apartándose de la inmunidad de rebaño
La estrategia sueca frente a la COVID-19 ha consistido hasta ahora en evitar duros confinamientos como los implementados en España, Italia o Francia. Las autoridades el país nórdico mantienen sus recomendaciones a la población, a saber, practicar el distanciamiento social, trabajar en casa cuando sea posible y comportarse de manera responsable. Ni siquiera el uso de mascarillas está al orden del día en Suecia.
No pocos vieron en esta estrategia, cuando se implementó al inicio de la pandemia, algo más que un coqueteo de Tegnell y compañía con la idea de “la inmunidad de rebaño”. Ésta es la protección frente a un agente infeccioso que se produce por la respuesta inmunitaria natural de más del 60% de los individuos que superan una infección o enfermedad.
Cuando se supera ese porcentaje, el virus, por así decir, deja de circular de modo masivo. “Si hay más gente inmune habrá menos circulación del virus”, según los términos de Tegnell.
Los cálculos de Tegnell sobre la inmunidad de la población han quedado en entredicho en alguna ocasión. El pasado mes de junio, el epidemiólogo sueco estimaba que hasta un 30% de la población de Suecia podría haber alcanzado la inmunidad frente al SARS-CoV-2. Pero un estudio nacional indicaba que, a finales de mayo, sólo el 6,1% de la población contaba con anticuerpos, según recoge la plataforma de noticias Business Insider.
Aún así, desde la Agencia para la Salud Pública de Suecia se desvinculan claramente de la idea de “inmunidad de rebaño”. “La inmunidad de rebaño nunca ha sido parte de nuestra estrategia”, dice a NIUS Tegnell. “Nosotros tenemos indicadas las mismas recomendaciones y restricciones que hemos tenido todo el tiempo y hemos logrado que la población las siga”, según las explicaciones que daba este jueves el epidemiólogo en jefe sueco.
Por eso, Örtengren, el investigador de Timbro, señala que en Suecia, en la lucha contra la COVID-19, “no han cambiado muchas cosas”. Niklas Bremberg, investigador del Instituto Sueco para Asuntos Internacionales (IU, por sus siglas suecas), dice a NIUS que las autoridades se dedican actualmente a “esperar y ver” la evolución de la situación.
Pocos ingresos en hospitales
“De momento no estamos viendo un gran crecimiento en el número de hospitalizaciones. Esto, por supuesto, puede cambiar y las autoridades están observando de cerca la situación para mantener disponibles todas las opciones en términos de medidas anti-COVID-19”, explica Bremberg.
Actualmente, Suecia mantiene un nivel muy bajo de hospitalizaciones y decesos por culpa del coronavirus. “Tenemos pocos ingresos hospitalarios en el país porque los contagios se están produciendo entre la población joven. Tenemos que ver cuál es la evolución a medida que pase el tiempo”, según Tegnell.
En este sentido, Tegnell señalaba este jueves en su rueda de prensa que “la pandemia va a estar con nosotros durante largo tiempo, por eso no es erróneo probar otras medidas si las medidas que se implementan no funcionan”.
¿Medidas ante la segunda ola?
El pasado abril, en los momentos más duros de la primera ola de la pandemia en Suecia, el país registró durante días más de cien muertos diarios. Para evitar que ese escenario se repita con la llegada del frío del otoño e invierno, el primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven, alertaba a la población en una rueda de prensa este jueves de que el país puede pagar por cometer errores en la lucha contra la COVID-19.
“La crisis está lejos de haber terminado, las cosas que hacemos bien ahora, las veremos después y, lo que hagamos mal, lo sufriremos después”, decía Löfven. De ahí que Tegnell reconociera este jueves que las autoridades debaten ahora sobre qué medidas tomar para frenar el nuevo avance del virus, especialmente en Estocolmo.
“Estamos debatiendo sobre la posibilidad de tomar más medidas para frenar la circulación del virus”, reconocía Tegnell. Según daba a entender el epidemiólogo sueco, ante una la amenaza de la segunda ola, no sería raro que en los próximos días Suecia presentara nuevas medidas anti-COVID-19.