La segunda ola del coronavirus toma fuerza en Alemania y el país prepara nuevas medidas anti-COVID-19


El país de la canciller Angela Merkel ha visto en los últimos días cómo repunta de forma preocupante el número de infecciones por coronavirus. Ante la llegada de un otoño e invierno amenazantes, el Gobierno alemán prepara nuevas medidas anti-COVID-19.
Alemania presentaba en la mañana de este lunes 922 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas. El número puede resultar escaso en vista de la evolución que ha tomado la COVID-19 en países vecinos del oeste europeo, como Francia, Italia o España.
Sin embargo, esos 922 casos son el mayor número registrado durante un domingo en Alemania desde el pasado 26 de abril. Precisamente a mediados de abril, el ministro de Sanidad alemán, el conservador Jens Spahn, decía que su país tenía a la COVID-19 bajo control.
El número de nuevos contagios, que en las últimas semanas ha estado ampliamente por encima de los 1.000 casos diarios y que rozaba los 2.300 el pasado viernes, lleva tiempo preocupando a las autoridades.
“Después de una estabilización temporal del número de casos a un nivel elevado, actualmente se puede observar otro incremento mayor en la transmisión [del virus, ndlr.] en la población alemana. La situación tiene que seguir siendo observada con precaución”, según los términos de un reciente análisis del Instituto Robert Koch (RKI), la agencia federal dedicada a la prevención y control de enfermedades.
El país de la canciller Angela Merkel acumula 20.751 casos activos de coronavirus, según las cifras del RKI. Ese número también puede resultar pequeño, sabiendo que ya hay países, como España, que han sumado en sólo unos días una cifra de contagios similar.
Lo que causa preocupación en Alemania es la dinámica de los contagios y cómo estos parecen estar produciéndose en el país. Según el término que utilizan en el RKI, la situación es “seria”.
Una dinámica que puede llevar a los 30.000 casos semanales
Anteriores repuntes del número de casos registrados en Alemania fueron atribuidos a los brotes que afectaron a cientos de personas en mataderos como el de la empresa cárnica Tönnies o a la vuelta de los turistas alemanes a su país tras las vacaciones de verano.
A finales de agosto, el conservador Markus Söder, presidente bávaro y actual presidente de la Conferencia de los Länder de Alemania, se refería a los números de contagios que estaba registrando el país entonces como “demasiados casos, demasiado pronto”. Ahora, la segunda ola que se atisbaba en agosto, parece estar ganando fuerza.
En este sentido, Olaf Gersemann, periodista del diario Die Welt y uno de los observadores destacados de la evolución de la COVID-19 en Alemania, ha recordado que “si en este nivel de contagios se desarrolla una nueva dinámica de nuevos casos, en pocas semanas podemos acabar con tantos casos como los de marzo-abril”.
Alude Gersemann a los peores días de las pandemia en Alemania. A finales de marzo y principios de abril, el país llegó a registrar más de 30.000 casos semanales. Desde que comenzó la pandemia, en Alemania se han contagiado de coronavirus 271.337 personas. El país lamenta 9.386 muertes, un número que se mantiene muy por debajo de los fallecimientos registrados en otros grandes países de la Unión Europea como Francia, Italia o España.
La dinámica de las fiestas privadas
La actual dinámica de contagios por coronavirus en Alemania no se explica a través de grandes brotes ni al regreso de turistas contagiados. El problema parece estar en “fiestas privadas”, decía este lunes Söder a la emisora de radio pública bávara B5. Al menos para Baviera, Söder ha dicho estar sopesando instaurar la obligatoriedad de llevar mascarilla en espacios públicos abiertos.
Baviera suele estar a la cabeza de la clasificación diaria del número de casos que presenta el RKI. Así, casi un tercio de los 922 nuevos casos de los que se dio cuenta este lunes procedían del rico Land del sur alemán que preside Söder. Estos días, Múnich, la capital bávara, ha pasado a ser considerada uno de los “puntos calientes” por la incidencia allí del coronavirus. Presenta 55,6 nuevos casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días.
“Múnich tiene números [de contagios, ndlr.] muy altos, demasiado altos”, según Söder. Habiendo escuchado a Söder, no extraña que este mismo lunes Múnich, gobernada por el socialdemócrata Dieter Reiter, decidiera ampliar la obligatoriedad de llevar mascarilla en determinadas zonas públicas.
Más medidas para frenar al virus
En este contexto, el ministro de Sanidad de Merkel ha dado cuenta de sus planes para tomar más medidas para este otoño e invierno. Estas estaciones son especialmente propicias para que haya contagios. Entre otras cosas, porque se prevé que el frío limite ostensiblemente las actividades al aire libre. En espacios cerrados, se da por hecho que la transmisión del virus resulta más fácil.
Jens Spahn apuntaba sus planes para el otoño-invierno pandémico en una entrevista con el periódico Rheinische Post publicada este lunes. El ministro de Merkel quiere, entre otras cosas, lanzar iniciativas para proteger a los colectivos de riesgo, especialmente los mayores que viven en residencias.
“Ahí tenemos que evitar que entre el virus”, según Spahn, porque “lo importante es que protejamos especialmente a los grupos de riesgo”. Para lograrlo, debe “mantenerse una vigilancia máxima”, de acuerdo con los términos del ministro de Sanidad de Merkel.
Además, Spahn apuesta por levantar más ambulatorios que se ocupen exclusivamente de las enfermedades de las vías respiratorias tal y como le han propuesto asociaciones de médicos. Al parecer, la política de cuarenta también debería adaptarse a las condiciones del otoño e invierno.
Paralelamente, sigue creciendo la lista de las autoridades germanas con regiones y países considerados como zonas de riesgo por la fuerte incidencia del coronavirus y a las que se recomienda no viajar a no ser que sea estrictamente necesario. Entre tanto, cabe esperar que se mantenga la agresiva estrategia de test que ha llevado al país de Merkel a realizar más de un millón de pruebas semanales.
Según las cuentas de Spahn, en el último mes se ha realizado en Alemania un tercio de todos los tests que se cuentan en el país desde que comenzó la pandemia.