La UE tiene que abordar la cuestión de Polonia y Hungría
Se cerrarán los últimos flecos para el Brexit
Se estudian sanciones a Turquía
San Nicolás traerá a Bruselas una semana que podría ver cómo se cierran dossieres abiertos en algunas ocasiones desde hace meses o una grave crisis si se ejecutan todos los vetos con los que amagan los gobiernos del bloque. Mientras España esté de puente, en la ‘capital’ europea se jugará el futuro inmediato de la Unión Europea en asuntos esenciales. La mayor parte de esos vetos se jugarán en la cumbre, esta vez presencial, que los dirigentes nacionales celebrarán los próximos jueves y viernes.
Hungría, Polonia y los dineros
Este veto es el que más directamente podría afectar a España. Los gobiernos húngaro y polaco amenazan con vetar los presupuestos comunitarios de los próximos siete años y el nuevo fondo europeo de recuperación, un paquete que suma casi dos billones de euros, porque Bruselas quiere, con el apoyo de los otros 25 Estados miembros, usar esos fondos como palanca para hacerles cumplir con las normas básicas del Estado de Derecho. Polonia empezó a ceder la noche del jueves pero Hungría mantenía el veto al mediodía del viernes.
Bruselas se mueve para presionar. La Comisión Europea ya estudia alternativas para poner en marcha en enero tanto los presupuestos como el nuevo fondo sin la participación de húngaros y polacos. Una bomba política que es además un problema jurídico de primer nivel. Fuentes comunitarias creen que tanto el gobierno polaco como el húngaro terminarán por ceder, en parte porque son de los mayores receptores netos de fondos europeos y no querrán perder esos dineros.
¿Un acuerdo para el Brexit?
Las conversaciones entre los equipos del negociador europeo Michel Barnier y del británico David Frost aceleraron en los últimos días hasta el punto de que en Bruselas se espera un desenlace inmediato, siempre antes de la próxima cumbre. Algunas capitales mostraron su nerviosismo en una reunión de embajadores en Bruselas porque temen que Barnier –y la Comisión Europea, que ha enviado a un hombre de confianza de su presidenta Úrsula Von der Leyen a “ayudar” al negociador europeo- ceda demasiado.
Varios países están al acecho, sobre todo Francia. El Gobierno francés recordó el jueves que cualquier acuerdo con el Reino Unido debe aprobarse por los 27 por unanimidad. No es una amenaza directa de veto pero se le parece mucho.
¿Compromiso de reducción de emisiones?
La cumbre también debe aprobar definitivamente el compromiso de la Unión Europea de eliminar sus emisiones contaminantes para 2050 y el objetivo parcial de una eliminación del 55% (ahora mismo es del 20% con respecto a los datos de 1990, año de referencia) en 2030. La mayoría de los países que van más atrasados son los de Europa del este y algunos, como el polaco, el checo o el rumano, ya amenazaron con vetar el acuerdo si en él no queda claro qué fondos recibirán para hacer la transición energética.
¿Sanciones a Turquía?
En la cumbre de mediados de octubre la Unión Europea dio un plazo de dos meses al Gobierno turco para que dejara de hacer prospecciones de hidrocarburos en aguas que Chipre y Grecia consideran suyas. También le pidió menos activismo militar en el Mediterráneo (con la mira puesta en la guerra de Libia) y en general mejores relaciones. De paso, si su presidente Recep Tayyip Erdogan podía dejar de insultar al francés Emmanuel Macron, aún mejor.
Mientras algunos países abogan por la mano dura y las sanciones (principalmente Grecia y Chipre con el apoyo de Francia) y otros por seguir dialogando (Alemania y en un segundo plano Italia o España), esta cumbre debe tomar una decisión. El Gobierno griego ya anunció que vetará cualquier compromiso que no incluya mano dura contra Ankara. Atenas quiere sanciones y las quiere ya.