La semana 'horribilis' de la reina Isabel II tras la polémica entrevista de Harry y Meghan


La entrevista con Oprah Winfrey es uno de los grandes escándalos que Isabel II tiene que afrontar en sus 70 años de reinado
La reina de Inglaterra respondió con un escueto y conciliador comunicado dos días después
La polémica con los duques de Sussex va más allá de las rencillas familiares al abordar el racismo
Sería un argumento perfecto para los guionistas de la aclamada The Crown, pero nos quedaremos con las ganas de conocer, también en la ficción, la reacción de los Windsor a la entrevista bomba de Oprah Winfrey a los duques de Sussex. Peter Morgan, el creador de la serie que retrata la monarquía británica, ya anunció que no contará la historia del príncipe Enrique o Harry y Meghan Markle.
Hace unos meses, Morgan confesó a The Hollywood Reporter que para escribir sobre la pareja necesitaba que pasara tiempo suficiente "para comprender el papel que jugaron, su posición en la historia y también su relevancia". Ahora quizá haya cambiado de opinión. La polémica entrevista ha desencadenado una semana horribilis para la reina Isabel II, que ha hecho temblar, de nuevo, la corona británica.
El domingo: se emite la entrevista en EE.UU.
- La conversación íntima con la presentadora estrella Oprah Winfrey en Los Ángeles, donde residen desde el Megxit, prometía y el Palacio de Buckingham temía que la onda expansiva cruzara el charco. La prensa británica comparó la relevancia de esa entrevista con la de Diana de Gales en 1995, cuando destapó sus problemas matrimoniales.
- La intención de la reina Isabel, según los medios británicos más cercanos, era tratar de ignorar la batalla dialéctica con los duques de Sussex. El momento, además, no era el más oportuno, con el príncipe Felipe hospitalizado desde mediados de febrero y recién operado del corazón.
- La entrevista, de más de dos horas, superó cualquier expectativa por las duras acusaciones de racismo contra la familia real y los pensamientos suicidas que reveló Meghan durante su primer embarazo. Casi 50 millones de estadounidenses no se la perdieron.

El lunes: Buckingham guarda silencio
- Reino Unido trata de digerir los ataques lanzados por los duques de Sussex contra la casa real británica. "La pareja cargó un bombardero B-52, sobrevoló con él el Palacio de Buckingham y descargó su arsenal justo encima", así calificó la entrevista la cadena británica ITV, que esa noche la emitiría en Reino Unido. El diario conservador Daily Telegraph aconsejó a los royals un chaleco antibalas para hacerles frente, a la vista de que no les bastaría con "esconderse tras el sofá".
- "En los meses en que yo estaba embarazada, hubo conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera", dijo Meghan, aunque se negó a identificar quien pronunció esas palabras pues "sería muy dañino para ellos". Oprah Winfrey aclaró que ni la reina ni su marido, el duque de Edimburgo, hicieron esos comentarios.
- La herida abierta es muy profunda. Las acusaciones trascienden las rencillas familiares de los Windsor. El Palacio de Buckingham guarda silencio. El Gobierno, también. El primer ministro, Boris Johnson, optó por la discreción y despachó con un no comment todas las preguntas de los periodistas. La oposición laborista pidió que se abriera una investigación y calificó las alegaciones de "muy muy graves".
- No solo la monarquía fue acusada de racista. El duque de Sussex apuntó con el dedo a los tabloides o diarios sensacionalistas, con los que mantiene una larga batalla y a los que acusa de haber causado la muerte de su madre. El lunes por la noche, 11 millones de británicos vieron la entrevista.

El martes: llega el comunicado de la reina
- Buckingham está bajo una fuerte presión para responder al escándalo que amenaza con su peor crisis en décadas, superando el famoso annus horribilis de 1992 (con el divorcio de la princesa Ana, la separación del príncipe Andrés, los problemas entre el príncipe Carlos y Diana y el incendio del Castillo de Windsor).
- La casa real sale de su mutismo con un escueto comunicado, un mensaje conciliador de 61 palabras; las suficientes para demostrar la empatía que la pareja aseguraba no hallar en la familia.
- La reina Isabel asegura que está "triste" por Enrique y Meghan y reconoce que "los problemas planteados, especialmente el de la raza, son preocupantes", y se compromete a que se tomarán "muy en serio y serán tratados por la familia en privado". Concluye con un "Enrique, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia real". Será probablemente la primera y última declaración oficial sobre el tema.
- El padre de Meghan, Thomas Markle, con el que no tiene relación, entra en escena. En una entrevista con el polémico Piers Morgan, presentador estrella de la cadena ITV, dice sentirse "decepcionado" por la entrevista y negó que la familia real británica sea racista.
- La entrevista bomba a los duques de Sussex se cobra su primera víctima. El mordaz Piers Morgan tuvo que dimitir por sus ataques a Meghan. La cadena recibió 41.000 quejas de espectadores.

El miércoles: los medios analizan al detalle el comunicado
- Televisiones, emisoras de radio y periódicos diseccionan cada una de las 61 palabras del comunicado difundido por Buckingham, en nombre de a reina, en un intento por comprender la verdadera situación dentro de la familia real, sacudida por su peor crisis en décadas.
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En declaraciones a la BBC, el excorresponsal de la casa real de la cadena Peter Hunt señala que el comunicado, que llegó dos días después de la emisión de la entrevista en Estados Unidos, es "predecible" y "no condena abiertamente el racismo".
El jueves: Guillermo defiende a la familia real
- El príncipe Guillermo responde por primera vez, a las acusaciones tras la polémica entrevista. "No somos una familia racista", ha dicho el hijo mayor del príncipe Carlos y Diana en declaraciones a los medios, junto a su mujer, Kate Middleton. Además ha revelado que no ha hablado con su hermano tras las difusión de la entrevista, pero que planea hacerlo.
- Los duques de Cambridge hicieron su primera aparición pública desde la emisión del programa en una escuela al este de Londres. Había mucha expectación, ya que Meghan dio su versión sobre la presunta "enemistad" con su cuñada en la entrevista con Oprah: "Ella me hizo llorar, pero yo la perdoné".

La entrevista se difundió apenas dos semanas después de que Enrique y Meghan confirmaron a la reina que no volverían a trabajar como miembros de la familia real británica, tras haber decidido hace un año apartarse de la monarquía, el llamado Megxit, para empezar una nueva vida fuera del Reino Unido y ser financieramente independientes. Isabel II ha tenido que afrontar muchos escándalos con su familia en sus casi 70 años de reinado, pero la polémica en torno a los duques de Sussex va más allá de las rencillas familiares al abordar el racismo. Un capítulo más del culebrón real británico, que no veremos en The Crown.