Stern: cuando el periodismo alemán se debate entre informar o defender “causas justas”


La revista alemana Stern, que rompe las barreras entre información y opinión cuando informa de según qué temas, crea polémica y genera interrogantes sobre su contenido: “¿Es periodismo o activismo?”.
En el paisaje mediático alemán, la revista Stern Su carácter de 'vieja' cabecera, sin embargo, contrasta con el carácter innovador con el que vienen gestionando esta revista los actuales responsables de sus contenidos. En sus páginas, ahora más que nunca y en según qué causas, no sólo se trata de informar.
De hecho, en Stern toman mucho partido, contraviniendo ideas tradicionales de lo que debe ser la profesión periodística.
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Así, no hacen caso en la redacción de Stern de lo que dijera el mítico periodista alemán Hanns-Joachim Friedrichs, quien trabajó en la BBC y en la radiotelevisión pública germana antes de que empezara a llevar su nombre un prestigioso premio para profesionales de la información. A saber: “uno reconoce a un buen periodista por el hecho de que no se solidariza con ninguna causa, ni siquiera con una buena”.
Por eso, entre otras cosas, en Stern han sacado a los quioscos números como ese de finales del año pasado en el que sus periodistas colaboraron con los activistas del movimiento juvenil ambientalista de Fridays For Future. “Ni un grado más” se leía en la portada de dicho número, ilustrada con la imagen de un gran incendio en California. “La crisis climática lleva ya tiempo aquí. Lo que tenemos que hacer para salvarnos”, se leía en esa primera página.

Aquella fue una de las últimas y sonadas iniciativas informativas por las que en Stern llevan ya meses enfrascados en el debate sobre si lo que hacen en su redacción es periodismo o activismo.
En una entrevista con NIUS, su co-redactora jefe, Anna-Beeke Gretemeier, tiene una expresión para definir lo que hacen cuando su equipo de periodistas se pone a trabajar con activistas como los de Fridays For Future.
“Es periodismo activador. No es activismo, ni accionismo, sino periodismo que va un paso más allá”, dice Gretemeier. “Hay temas como la crisis climática, el problema de la igualdad las mujeres en la sociedad, el de la política sanitaria en Alemania, la situación de los hospitales o la falta de personal sanitario, en los que nos decimos: 'vamos un paso más allá'. Y utilizamos nuestras herramientas periodísticas para cambiar esa situación”, abunda.
Discutidas iniciativas en el “ADN de la revista”
Gretemeier es, junto a Florian Gless, co-redactora en jefe de un equipo de casi una treintena de periodistas. Desde 2018, esta pareja es la principal responsable de los números semanales de la revista y de la mucha presencia de sus contenidos, ya sea a través de su página web, redes sociales, podcasts y otros canales.
También ellos son los responsables de explicar el lado militante de su publicación. Dicen que es una cuestión de “ADN periodístico”, según los términos de Gretemeier. Sus explicaciones no generan unanimidad en el sector teutón de la prensa.
Ulf Poschardt, director de la redacción del diario liberal-conservador Die Welt, por ejemplo, se ha referido a la iniciativa informativa por el medioambiente de Stern como una “fusión del periodismo climático con el activismo climático”.
Con todo, ver publicaciones implicarse en según qué causas no es una excepción. El diario Bild el más leído de Alemania, por ejemplo, también lanzó una campaña titulada “Ayudamos” que se dejó ver en todas las instancias del país en los momentos más duros de la crisis migratoria de 2015 y 2016. En ese tiempo llegaron a Alemania una cantidad estimada en 1,5 millones de demandantes de asilo.
En los primeros meses de esa crisis, hubo una gran movilización solidaria en el país de la canciller Angela Merkel a la que se sumó dicho periódico, produciendo contenidos y pegatinas con la expresión “Ayudamos”. Las mostraron gran cantidad de instituciones alemanas, desde famosos a políticos y hasta clubes de fútbol.
No obstante, la campaña de Bild también generó polémica. Se acusó al diario de, entre otras cosas, buscar la promoción de su propia marca en tiempos de una crisis migratoria sin precedentes.
Stern “ya no es neutral”
SternEn Stern, que a diferencia del diario Bild es una publicación de marcada línea editorial progresista, asumen sus actuales compromisos con causas como la del medio ambiente. La propia Gretemeier ha dejado dicho, negro sobre blanco, que “en la crisis climática, Stern ya no es neutral”.
Bei der #Klimakrise ist @sternde nicht länger neutral. Wir sind uns der existenziellen Bedrohung durch den #Klimawandel bewusst + werden uns mit unseren publizistischen Mitteln entschieden dafür einsetzen, das Thema ins Bewusstein d. Menschen zu holen #KlimaPrio1 #KeinGradweiter https://t.co/Z7qBXxJpAJ
— Anna-Beeke Gretemeier (@AnnaGretemeier) 25 de septiembre de 2020
Es más, hablar con Gretemeier basta para darse cuenta de que los reproches que puedan formular otros periodistas defensores de la vieja idea de la objetividad periodística no tienen para ella peso alguno. “Nosotros creemos que a veces hay que implicarse en una buena causa, para apoyarla”, dice esta joven periodista nacida hace 35 años en Hamburgo.
No en vano, desde su redacción ha salido una de las peticiones en Internet que más apoyo han recabado en Alemania, con varios centenares de miles de firmas en favor de mejorar las condiciones laborales en el sector sanitario. El texto fue elaborado por periodistas, especialistas del ámbito sanitario y responsables de asociaciones del sector de la salud.
“En el último año, con la crisis del coronavirus, nos hemos dado cuenta que tenemos un problema en este sector, que los trabajadores sanitarios son escasos, que están explotados, que no hay suficientes profesionales para todo el trabajo que hay y esto es problema”, explica Gretemeier.
“Esta situación existe desde hace 25 años y, aunque se ha utilizado políticamente, no ha cambiado nada. Este es un tema ante el que nos hemos dicho: 'ya está bien'”, abunda la periodista, dando cuenta de por qué su publicación está detrás de una iniciativa que han llevado incluso al Bundestag y de la que ahora esperan “hechos” de la parte del ministro de Sanidad de Merkel, el también conservador Jens Spahn.
Gretemeier y Gless han dado un impulso a este tipo de iniciativas desde que llegaron a los mandos de Stern. Ésta, en realidad, cuenta en sus algo más de setenta años de historia con ejemplos de campañas parecidas.
La apuesta funciona, aunque la revista no es lo que fue
En 1971, la revista lanzaba una sonada campaña a favor del derecho al aborto, dando cuenta públicamente en sus páginas de los abortos de 374 mujeres, muchas de ellas celebridades, en tiempos en los que aún estaba prohibida la interrupción voluntaria del embarazo. Aquella iniciativa de Stern es hoy historia política de Alemania.
Ahora bien, por aquel entonces, la publicación tenía una tirada difícilmente comparable con la que cuenta hoy. En sus mejores momentos, que datan del siglo pasado, la revista vendía cerca de dos millones de ejemplares semanales. Ahora, las ventas de la publicación no llegan a los 400.000, según las cuentas del portal de estadística alemán Statista.
Con todo, Gretemeier y compañía defienden que su publicación nunca tuvo tantos lectores. “Nunca llegamos a tanta gente como ahora”, dice satisfecha Gretemeier. Para ella, la transformación de la revista al mercado de la información digital es un reto conseguido. “El año pasado, a pesar de la crisis del coronavirus, conseguimos resultados económicos positivos, con un crecimiento del 7,5%. También subió el número de abonados un 2,8%”, plantea a la co-redactora en jefe.
Parece que mucho del mérito de esas mejoras está en su gestión. “Cuando llegamos Florian y yo a la redacción había una caída del número de abonados, pero esa tendencia la hemos invertido a través del inicio de los abonos digitales. Ahora un cuarto de nuestros ingresos son digitales. Las pérdidas de la revista física las hemos compensado en 2019 con el crecimiento digital”, explica Gretemeier.
En medio del debate sobre si Stern se ha convertido en una redacción de activistas, periodistas-activistas o, como Gretemeier y Gless prefieren, “periodistas que ayudan”, su proyecto editorial se muestra sólido, aunque para ello hace falta echar mano, de cuando en cuando, de militantes como los ambientalistas de Fridays For Future.