Sturgeon sobrevive pero el independentismo escocés se debilita


El ‘escándalo Salmond’ y las guerras internas de los nacionalistas están siendo aprovechadas por los unionistas a seis semanas de las elecciones plebiscitarias de mayo
Estas disputas son un reflejo de los diferentes posicionamientos entre moderados y radicales en el SNP sobre cómo separarse del Reino Unido
El apoyo a la independencia ha caído del 57 al 49 por ciento por el deterioro de la imagen de Sturgeon y el repunte de popularidad de Johnson por las vacunas
La lucha fratricida desatada en el seno del Partido Nacional Escocés (SNP) entre la ministra principal escocesa y líder de la formación, Nicola Sturgeon, y su predecesor y mentor, Alex Salmond, está debilitando al independentismo escocés. Pese a que Sturgeon sobrevivió este martes a una moción de censura y a una investigación parlamentaria que la acusó de mentir al parlamento, pese a que salvó la cabeza, el apoyo a la independencia ha caído en los últimos dos meses y ha pasado de un 57 por ciento, mantenido de forma persistente desde el principio de la pandemia, a estar por debajo del 50 por ciento.
Habría dos razones principales para este cambio. La primera es el repunte de la popularidad de Boris Johnson por el exitoso programa de vacunación puesto en marcha por el primer ministro. La segunda razón el deterioro de la imagen de Sturgeon por el ‘escándalo Salmond’. El auge del apoyo al independentismo se produjo tras la llegada al poder de Boris Johnson el 24 de julio de 2019 y, sobre todo, desde el principio de la pandemia por la buena gestión de Sturgeon en Escocia y mala gestión de Johnson en Inglaterra. Estaba muy ligado a la popularidad de Surgeon y ahora sigue estándolo.
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El escándalo Salmond
El ‘escándalo Salmond’ estalló a finales de 2017 cuando dos empleadas de Salmond le denunciaron a través de los cauces del partido por acoso sexual en 2013 cuando aún era el ministro principal de Escocia. Salmond renunció al cargo y cedió su cargo a Sturgeon en septiembre de 2014 tras perder el referéndum de independencia por el 45 por ciento del voto a favor y el 55 en contra. Pero las acusaciones tardaron aún cuatros en ser denunciadas. El SNP, a través de su jefa de personal, Lizz Lloyd, persona de confianza de Sturgeon, reportó los abusos a la policía.
Alex Salmond, a su vez, llevó a juicio a su partido por irregularidades en el proceso de canalización de la denuncia de las dos funcionarias. La justicia le dio la razón en 2018 y obligó al SNP a indemnizarlo con 550.000 euros. En marzo de 2020 la justicia también absolvió a Salmond de los 13 delitos de abuso sexual que se le imputaban. Salmond acusó a Sturgeon de conspirar contra él. Acusó de mentir al parlamento cuando dijo que la primera vez que habló con él sobre las acusaciones. Se abrieron entonces dos investigaciones para determinar si Sturgeon había infringido el código ministerial y había mentido al parlamento. Según, el código, si lo hubiera vulnerado, estaría obligada a dimitir.
Las dos investigaciones
La primera fue una investigación independiente llevada a cabo por el reputado exjuez James Hamilton concluyó el lunes que no había violado el código ministerial. La segunda, de una comisión parlamentaria compuesta por cuatro diputados nacionalistas y cinco unionistas, y concluyó que sí que lo había infringido por cinco votos a cuatro. Las dos investigaciones se contradecían. El problema estaba servido. Sturgeon se acogió a las conclusiones del juez Hamilton, criticó la otra comisión por considerar que estaba politizada, y dijo que no dimitía. Mientras que la oposición unionista se amparó en la segunda y pidió su dimisión.
El Partido Conservador de Escocia impulsó este martes una moción de confianza contra Sturgeon para hacerla caer pero no lo consiguió porque los nacionalistas tienen mayoría. La moción y las conclusiones de las pesquisas se produjeron a seis semanas de las decisivas elecciones regionales del 6 de mayo en las que el SNP de Sturgeon se presenta con la promesa de convocar un segundo referéndum de independencia si consigue una mayoría. Por el momento, todos los sondeos le dan más del 50 por ciento de la intención de voto. El gobierno de Johnson ya ha dicho que no permitirá la nueva consulta pero, si sacan mayoría, la presión puede ser tremenda.
Sturgeon presentó el lunes el borrador de un proyecto de ley para que el parlamento escocés pueda convocar un referéndum si ganan las elecciones. Los nacionalistas eran y siguen siendo los favoritos en los comicios y el apoyo a la independencia se había expandido por Escocia. Los partidos unionistas (conservadores, laboristas y liberaldemócratas) no conseguían reducir distancia hasta que los independentistas se han acabado disparando en el pie con el ‘escándalo Salmond’.
Disputas entre moderados y radicales
La guerra entre Sturgeon y Salmond es un reflejo de las disputas internas del SNP y de las dudas que genera decidir cómo conseguir la independencia. Están los moderados, que creen que debe hacerse de forma gradual, consiguiendo más simpatizantes a medida que el gobierno central se niegue a convocar la consulta y que quieren mantenerse en todo momento dentro de la legalidad para no perder la legitimidad internacional. Entre estos están Sturgeon, la secretaria de finanzas, Kate Forbes, que suena como su sucesora, y Peter Murrell, el marido de Sturgeon, director general del partido, al que también acusan de mentir al parlamento en el ‘caso Salmond’.
Y luego están los radicales que quieren convocar el referéndum con o sin el consentimiento de Londres entre los que están el propio Salmond (antes de salir del partido en 2018 para poder defenderse) y diputados partidarios suyos como la abogada Joanna Cherry, apartada de su cargo como secretaria de justicia el mes pasado por Sturgeon, o el exministro de Salmond Kenny MacAskill, que han sido muy críticos con Sturgeon. También estaría entre los radicales el líder del partido en el parlamento de Londres, Ian Blackford. Otros son más drásticos todavía y piden que se utilice el resultado de las elecciones como referéndum y que se declare la independencia de forma unilateral.
En los últimos meses han surgido dos nuevos partidos independentistas (Acción para la Independencia y el Partido para la Independencia de Escocia) integrados por disidentes del SNP que quieren acelerar el proceso. Estos partidos se presentarán a las elecciones y se quedarán con un porcentaje del voto independentista sin poder conseguir ningún escaño. El voto independentista se está fragmentando y se está debilitando y los partidos unionistas de la oposición se están aprovechando. Sturgeon tiene seis semanas para unir de nuevo al independentismo y de mostrarse como una líder fuerte antes de los comicios de mayo.