El tren que debe garantizar el vino a los británicos por Navidad


Traslada 650.000 botellas semanales a un almacén central y tiene como objetivo acumular 4,5 millones de botellas antes del 25 de diciembre
La crisis de transportistas y de mano de obra obliga a muchas empresas a utilizar el ferrocarril para transportar sus mercaderías
El Gobierno de Johnson ha puesto en marcha la operación “Salvar las Navidades” pero las empresas se preguntan qué pasará después
Lo llaman “el tren del vino”. Cada sábado sale de la ciudad portuaria de Tilbury, situada al este de Londres, en el estuario del Támesis, cargado con 650.000 botellas de vino. Es un tren de 32 vagones y 500 metros de largo, que se dirige a Daventry, en el centro de Inglaterra, donde guarda celosamente las botellas en un almacén. El vino lo traen de Europa y el tren que recorre 160 kilómetros hasta su destino. El objetivo es acumular 4,5 millones de botellas antes del 25 de diciembre para asegurarse que todos los hogares británicos tienen alcohol suficiente para brindar y beber estas navidades.
Este tren forma parte de la campaña del Gobierno bautizada como “Salvar las Navidades”, que puso en marcha ante la crisis de mano de obra y de transportistas que está afectando al Reino Unido. La demanda 100.000 camioneros, buena parte de los cuales se marcharon por el Brexit y la pandemia, provocó una crisis de suministro de gasolina el pasado mes de septiembre y también de suministro de productos en los supermercados. La crisis se extendió a las farmacias, donde no llegaban medicamentos, a las carnicerías, donde no llegaba la carne, y en prácticamente todos los sectores de la economía.
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Ante el aciago panorama que le presentaba a Johnson con la proximidad de las Navidades, decidió implantar una serie de medidas para agilizar la situación. Una de ellas fue relajar el estricto sistema de inmigración post-Brexit y dar visas temporales de tres meses a 5.000 transportistas comunitarios y también a 5.500 trabajadores para el sector aviario para garantizar que habrá suficientes pavos, el plato típico navideño de los británicos para estas fiestas. Otra medida fue desplegar el Ejército. Quedaba el alcohol, que quedó asegurado fletando estos trenes semanales cargados de botellas. Sin embargo, los problemas más allá de estas fiestas, son mucho más profundos. Muchas empresas se preguntan qué pasará después.
Las quejas del sector
La Asociación de Comercio de Vinos y Licores envió una carta al ministro de Transporte, Grant Shapps, hace dos semanas, en la que le advertía que el aumento de los costos (de un 7% de media) y el caos de la cadena de suministro estaba retrasando las entregas. Decía que las importaciones ahora tardaban hasta cinco veces más que hace un año. “Es especialmente preocupante la situación de las pequeñas y medianas empresas, que no pueden competir con las grandes empresas a la hora de atraer conductores”, se quejaban.
En la carta, la asociación le explicaba al ministro que el sector se ha visto gravemente afectado por la crisis provocada por la escasez de conductores de vehículos pesados, que la industria atribuye factores como el Covid y el Brexit, aunque Johnson no reconoce que el Brexit haya tenido nada que ver. Y pidió que se extendiera el visado temporal a camioneros europeos durante un año al menos en vez de los tres meses actuales. Un portavoz del Gobierno respondió asegurando que no habría problemas de suministro de alcohol estas fiestas y que habían invertido en instalaciones de carretera para transportistas y en la creación de nuevos campos de formación para conductores de camiones.
“El gobierno actuó rápidamente para abordar los desafíos a nuestras cadenas de suministro, que fueron provocados por presiones globales, incluida la pandemia y la escasez internacional de conductores de vehículos pesados”, dijo. “Los problemas continúan, aunque han desaparecido de los titulares, eso no significa que las cosas estén mejor”, lamentó Ian Wright, director ejecutivo de la Federación de Comida y Bebida, que representa a más de 800 empresas del sector. Wright dijo que sus miembros estaban acostumbrados a que el 97 por ciento de sus pedidos llegaran a tiempo, pero que ahora no saben cuándo llegarán los artículos.
Una alternativa a la carretera
El “tren del vino” no es el único que se encarga de transportar los productos para los consumidores. La principal cadena de supermercados británica, Tesco, utiliza desde octubre de 2020 un servicio ferroviario que va desde Valencia a Barking, en Londres, donde Tesco tiene los almacenes para acarrear frutas y verduras españolas. A través de Francia se aseguran, por un lado, que llegan los productos ante la falta de transportistas, y, por otro, que descarbonizan el transporte de mercancías. Por tren se reducen las emisiones en un 76% en tren respecto al transporte por carretera. Realizan dos viajes semanales cargando productos mediterráneos como naranjas, limones, pepinos, tomates, pimientos, productos que no producen en el Reino Unido. El servicio está operado por la empresa española Transfesa Logistics.
Tesco también aprovecha los viajes del “tren del vino” de Tilbury para cargar productos. Freightliner, la compañía que opera el tren, ha explicado que cada vez están recibiendo más peticiones de todo tipo de compañías para transportar mercancías por ferrocarril. El tren parece que se está convirtiendo en la alternativa principal a los problemas del transporte. Freightener también ha puesto en marcha lo “jumbo trenes” o trenes gigantes para transportar material de construcción porque no estaba llegando. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, Freightliner ha advertido que aun no se ha satisfecho la demanda para toda la temporada navideña. “Buscamos incrementar la frecuencia de este servicio a diario”, dijo la empresa.