La UE tratará al Reino Unido como hace con terceros países como Estados Unidos o Japón

Reino Unido pretende que las entidades de la City londinense tengan acceso permanente al mercado financiero europeo algo que la UE no está dispuesta
Las negociaciones entre Londres y Bruselas siguen la tónica de los últimos tres años: la primera propone y la segunda dispone. El ministro de Finanzas británico, Sajid Javid, pretende que las entidades financieras radicadas en la City londinense tengan acceso permanente al mercado financiero europeo. Bruselas dice que no.
El negociador europeo para el Brexit, el ex comisario europeo y ex ministro de Exteriores francés Michel Barnier, pidió a Londres que no se haga "ilusiones". "Quiero dejarlo claro para que en el Reino Unido no se engañen con este tema. No habrá equivalencia general, global o permanente sobre los servicios financieros", dijo en el Parlamento Europeo un Barnier que en las últimas semanas se ha reunido con prácticamente todos los jefes de Gobierno de la Unión Europea (UE).
El diario Financial Times cuenta en su edición de este martes que Javid pretende que la UE acepte conceder a las entidades de la City "una equivalencia permanente, de décadas" entre ambos espacios normativos, algo que la UE no hace con ningún país tercero. Para que la City siga teniendo acceso al mercado europeo después del periodo transitorio (oficialmente acaba el próximo 31 de diciembre aunque Londres podría pedir que se prorrogara), la Comisión Europea debe aceptar que entre la regulación europea y la británica post-Brexit hay una equivalencia".
Esa equivalencia regulatoria deberá negociarse con el futuro acuerdo que alcancen el Reino Unido y la UE. Bruselas pretende que sirva para impedir que Londres se dedique a hacerle competencia desleal o dumping fiscal, la creación de un paraíso regulatorio a orillas del continente.
Al Gobierno británico no le convence el sistema de equivalencias que usa la Comisión Europea con terceros países porque no son generales, no cubren todos los servicios financieros y pueden ser anuladas con una advertencia de 30 días por una decisión unilateral de las autoridades europeas.
Barnier recordó este martes a los británicos que ese sistema es el que la UE usa con países como Estados Unidos, Japón o Canadá: "No veo por qué podría no funcionar con el Reino Unido". Y advirtió: "Mantendremos el control de esas herramientas y la libertad para tomar nuestras propias decisiones".
La información del Financial Times sobre las intenciones de Javid fue confirmada por el propio ministro británico, aunque no llegó a usar el término "permanente".
Barnier aprovechó su presencia en la Eurocámara para recordar por enésima vez a los británicos que alcanzar un acuerdo a finales de este año es una tarea casi imposible y que un acuerdo en principio menos ambicioso como el que la UE firmó con Canadá llevó siete años de negociaciones.
Que la City londinense, la mayor plaza financiera europea, siga manteniendo un acceso al mercado europeo es vital para la economía británica. Las exportaciones de servicios financieros británicos al continente sumaron en 2018 unos 30.800 millones de euros, según datos de Eurostat.
Londres no es sólo sede de entidades financieras británicas de todo tipo (bancos comerciales, de inversión, fondos de diverso pelaje o aseguradoras) sino también la sede en Europa de gigantes bancarios de terceros países, como Estados Unidos o Japón. Sin un acuerdo perderían el acceso al mercado europeo y se verían tentados a la mudanza. Ciudades como Dublín, París o Frankfurt esperan con los brazos abiertos.