Curevac: la 'vacuna de Merkel' contra la COVID-19 que no llega


La empresa alemana afirmaba que podría desarrollar una vacuna anti-covid-19 “muy, muy rápido”, ahora dice que la autorización sólo podría llegar en el segundo trimestre de 2021
El Gobierno de Angela Merkel inyectó, el año pasado, 300 millones de euros públicos en la empresa alemana
La historia de la vacuna contra el coronavirus de la empresa de biotecnología alemana Curevac no está escrita del todo. Aún es pronto para decir si esa historia se inscribe en el feliz relato de cómo la humanidad pudo empezar a superar la pandémica COVID-19.
De lo que no cabe duda, sin embargo, es de que la historia de la vacuna de Curevac es la historia de un retraso. Porque si bien Daniel Menichella, quien hasta mediados del pasado mes de marzo era CEO de la empresa germana, decía que en su firma “creían que podían desarrollar muy, muy rápido una vacuna contra la COVID-19”, por lo pronto, ese preparado se sigue haciendo esperar.
En esta línea, el empresario Dietmar Hopp, uno de los grandes accionistas de Curevac, también señalaba a principios del año pasado que la empresa de biotecnología podría tener una vacuna para el otoño de 2020. Pero llegó el otoño de 2020, y el invierno de 2020, y nada. La vacuna de Curevac no llega.
El fundador de Curevac, Ingmar Hoerr, ha tenido que aguantar cómo en una reciente entrevista con el Frankfurter Allgemiene Zeitung le recordaban que “Curevac ha perdido la carrera de la vacuna”. Se aludía así en el influyente periódico conservador a que otras firmas que utilizan la tecnología de ARN mensajero en sus vacunas, como BioNTech o Moderna, llevan ya varias semanas ofreciendo sus productos en el mercado.
Ante esta constatación, Hoerr respondía: “Alguien que va por detrás no es automáticamente el perdedor”. En Curevac defienden que su vacuna, a diferencia de los preparado de ARN mensajero que ya se están empleando, no necesitará refrigeradores que mantengan los viales a menos 70 grados centígrados. También apuntan que la vacuna será más barata.
“Curevac quería desarrollar una vacuna económica y sobre todo que se pudiera mantener bien, dado que en los países más pobres del mundo no se puede mantener la vacuna a menos 70 grados. Esto es lo que ha logrado Curevac”, decía Hoerr.
Cuatro meses y medio de retraso respecto a la competencia
Pero por esperanzadoras que sean las descripciones que Hoerr hace de su producto, la llegada al mercado de la vacuna de su empresa se hace de rogar. De momento, el desarrollo del inyectable de Curevac se encuentra en la tercera fase de estudios clínicos, en la que el preparado se prueba en miles de personas.
“Los estudios comenzaron poco antes de Navidad, cuatro meses y medio más tarde que los de los competidores BioNTech y Moderna”, recordaba en su edición de este miércoles el diario económico Handelsblatt.
Éste, al igual que la última edición del dominical Welt am Sonntag, señalan que, según las cuentas de Curevac, “es posible” que la vacuna de la empresa con sede en Tubinga (suroeste germano) reciba una aprobación de las autoridades europeas en el segundo trimestre de este año.
De terminar siendo aprobada, la vacuna de Curevac llegará más tarde que las otras que ya se inyectan, las de BioNTech/Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
Curevac, que por lo visto llamó la atención de la administración de Donald Trump en el principio de la pandemia, vio cómo el Ejecutivo de Angela Merkel se volcaba con ella inyectándole nada menos que 300 millones de euros a través del Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW, por sus siglas alemanas), una entidad de titularidad pública. Pero el dinero público no lo puede todo.
A estas alturas no está tan claro que se hayan “acelerado los procesos” para el desarrollo de tecnologías como la de Curevac. Esos eran los términos con los que el ministro de Economía de Alemania, el conservador Peter Altmaier, explicaba el interés de la entrada del estado germano en el capital de la empresa de Tubinga.
La promesa de 300 millones de vacunas en 2021
Sea como fuere, para el Ejecutivo de Merkel y para Europa, el papel de Curevac no es menor. Este año, la empresa quiere producir nada menos que 300 millones de dosis, siendo la inmensa mayoría – hasta 225 millones, según el Handelsblatt – para los países de la Unión Europea.
CureVac and @Bayer join forces and signed a collaboration and services agreement. Bayer will support the further development, supply and key territory operations of CureVac's #COVID19 #vaccine candidate #CVnCoV. ➡️https://t.co/wEkb5yNvm6 pic.twitter.com/ObNzsKuDNF
— CureVac (@CureVacRNA) January 7, 2021
Para alcanzar semejantes niveles de producción, Curevac anunciaba a principios de este año un acuerdo con el gigante farmacéutico alemán Bayer. La firma con sede en Leverkusen (oeste germano) contribuirá para producir en masa la “vacuna candidata” de Curevac contra el SARS-CoV-2.
“La necesidad de las vacunas contra la COVID-19 es enorme”, señalaba en el comunicado en el que se dio cuenta de esa cooperación Stefan Oelrich, miembro del Consejo de Administración de Bayer. “Estamos altamente comprometidos para poner a disposición nuestras capacidades y nuestras redes para ayudar a terminar con esta pandemia”, abundaba el directivo del gigante farmacéutico teutón.
“Alianza nacional alemana” por la vacuna
Ahora bien, también hay quien apunta que ni con Bayer de su lado es fácil que Curevac logre destacar por encima de sus competidores en caso de que su vacuna sea aprobada. Así, en el Handelsblatt se ha apuntado que no siendo Bayer una firma especializada en producción de vacunas, resulta “difícil” pensar en una rápida y exitosa transformación de las instalaciones de Bayer en favor de la producción de vacunas de Curevac.
A la cooperación que Curevac y Bayer han puesto en marcha se ha llamado aquí “Alianza Nacional de la Vacuna”. Está por ver si esa alianza alemano-germana termina entrando en la batalla contra la COVID-19 y, si lo hace, cuándo se notará en la lucha contra la pandemia. Entre tanto, Curevac, que entró en bolsa el pasado mes de agosto, se prepara ahora para su primera ampliación de capital, según el Handelsblatt.
La tensión de los últimos días vividos entre la Unión Europea y la firma AstraZeneca por la vacuna que esa empresa británica ha desarrollado con la Universidad de Oxford ponen de manifiesto que hacen falta en suelo europeo más preparados para acelerar la inmunización de la población. La vacuna de Curevac, que también 'es la de Merkel' dada la participación del estado alemán en esa empresa, aún aspira a tener una oportunidad en la lucha contra la COVID-19.