Facebook fulmina a sus rivales con una empresa israelí que espía a los usuarios

La start-up Onavo fue clave para que el gigante tecnológico comprase la aplicación Whatsapp
Otras empresas hebreas, en el centro de la controversia por falta de transparencia
Los fundadores son dos exmiembros de la unidad de inteligencia cibernética del Ejército israelí
Si algo saben los jóvenes que cada año son llamados a cumplir con el servicio militar en Israel- obligatorio para hombres y mujeres - es que si entras en la unidad de inteligencia cibernética del ejército, conocida como la 8200, tu futuro en el mundo de la alta tecnología está garantizado.
Según el diario israelí Haaretz, de allí salieron Guy Rosen y Roi Tiger, fundadores en 2011 de la start-up tecnológica Onavo, que en solo dos años pasó de recaudar 13 millones de dólares en fondos de capital riesgo para su lanzamiento a ser vendida por 150 al gigante tecnológico Facebook.
MÁS
A su director ejecutivo, Mark Zuckerberg, le interesaron varias funcionalidades de la start-up hebrea, pero en especial una, el servicio llamado Onavo Insights que brinda a las empresas información sobre qué aplicaciones son más populares entre los usuarios (especialmente las de mensajería o redes sociales), cuál es su implantación en el mercado o el uso que los consumidores hacen de ellas (a menudo sin saberlo), en sus teléfonos inteligentes.
Vigilancia anónima de los usuarios
Para ello, Onavo recopila de forma anónima los datos de los clientes ofreciendo a Facebook una valiosa información que le permite tres cosas:
- adelantarse a sus competidores
- impedir que crezcan
- saber cuándo es el mejor momento para lanzarse a su compra con una oferta que éstos no puedan rechazar.
Así ocurrió con la adquisición de la aplicación Whatsapp, según revelaron unos documentos recopilados por el Parlamento británico proporcionados por el fundador de una pequeña compañía estadounidense que presentó una demanda contra Zuckerberg por prácticas anticompetitivas. Una comisión de la Cámara ya investigaba al gigante tecnológico por otro caso de noticias falsas en la época en la que estalló el escándalo de Cambridge Analytica, según el cual la consultora política consiguió los datos de 87 millones de usuarios de Facebook para usarlos en campañas personalizadas en favor del referéndum del Brexit o de la victoria de Donald Trump en las elecciones de 2016.
En el caso de Whatsapp los documentos, que contenían 200 páginas con correos electrónicos internos de ejecutivos empleados por Facebook, probaron que la empresa utilizó los servicios de la israelí Onavo para determinar que la aplicación de mensajería instantánea estaba creciendo más rápidamente y tenía más usuarios que Facebook Messenger, lo que habría llevado a la multinacional a tomar la decisión de adquirir la empresa rival. La venta se cerró en 2014 por 19.000 millones de dólares.
De acuerdo a los mails incautados, Onavo también ayudó a Facebook a saber que el lanzamiento de la función ¨Historias¨ de Instagram estaba reduciendo significativamente el crecimiento de su incipiente competidora Snapchat. Dado que su propietario se negó a vender su empresa a Zuckerberg, éste optó por copiar sus capacidades lo que, nuevamente, impidió su crecimiento. La historia se repetía.
Meses después, en 2019, llegó otro escándalo vinculado a Facebook y Onavo. Entonces se supo que la norteamericana pagó a usuarios de entre 13 y 35 años hasta veinte dólares por instalar Facebook Research, que recopilaba información sobre su uso de las redes aunque, esta vez sí, con su consentimiento. La noticia generó tantas críticas que Facebook dejó de usar el software israelí con este fin, aunque continuó vendiéndole los datos de sus clientes a empresas como Netflix, Amazon o Spotify.
Pero Onavo no es la única start-up hebrea bajo escrutinio por invasión de la privacidad o falta de transparencia. Según la publicación de tecnología TechCrunch, otras como Glassbox, Clicktale o Appsee, igualmente fundadas por jóvenes informáticos o ingenieros vinculados a la unidad de inteligencia cibernética israelí 8200, también han protagonizado controversias, si bien de menor calado.
Según publicaron investigadores de la Universidad del Nordeste de Boston, Appsee fue una de las doce aplicaciones que cazaron - en un estudio que llegó a abarcar a más de 17.000 - enviando capturas de pantalla de lo que el usuario estaba haciendo con la aplicación y no solo a sus desarrolladores, sino a terceros. Esta solo era, decían, la punta del iceberg. Por todo el mundo hay empresas que utilizan tecnología desarrollada en Israel y que no siempre se utiliza de forma adecuada.
Demandas por ¨vigilar a los usuarios¨
Tras los escándalos de los últimos años y la evidente desprotección de los internautas, las autoridades federales estadounidenses decidieron lanzar una investigación antimonopolio contra Facebook, pero también contra otros gigantes como Google, Microsoft o Amazon. Las cuatro compañías están acusadas de utilizar su tamaño y dominio en sus diferentes campos para aplacar a la competencia y perjudicar con ello a los consumidores, limitando su acceso a otros proveedores.
El pasado mes de julio, sus directivos respondieron vía videoconferencia ante el Subcomité de Derecho Antimonopolio, Comercial y Administrativo del Congreso de Estados Unidos para responder a la demanda interpuesta por los legisladores, preocupados por el inmenso poder que estas empresas han ido adquiriendo en los últimos años.
Una de las preguntas que le hicieron a Mark Zuckerberg fue si la adquisición de la firma israelí Onavo dio a Facebook la capacidad de vigilar a sus clientes. El estadounidense balbuceó y dijo: "No estoy seguro de poder caracterizarlo de esa manera”.
Sin embargo, según los reguladores, mientras Onavo - a la que definieron como ¨empresa de vigilancia de usuarios¨ - se vendía como un proveedor de servicios de redes privadas virtuales seguras (VPN), en realidad también rastreaba el tráfico en línea - al estilo de un software espía o spyware - de sus clientes. Y, nuevamente, ¨sin que estos lo supieran¨, rezaba el texto del requerimiento judicial.
Una red privada virtual, o VPN, permite a sus usuarios conectarse a Internet de forma anónima, un uso que se ha disparado tras el estallido de la pandemia con el aumento del tráfico en las redes y el consumo online.
No obstante, los expertos en seguridad cibernética advierten de que, además de sus beneficios, muchas VPN, especialmente las que se ofrecen de forma gratuita, en realidad venden información personal a los llamados agentes de datos, en lo que se denomina el problema del "hombre en el medio”. Es decir, que un atacante intervenga la comunicación entre dos partes para hacer uso de sus datos.
Un ejemplo clásico de esta práctica es el hackeo del email de cualquier persona que se conecte a una red pública de WIFI para consultarlo.
Cerco del gobierno federal
En el caso de Facebook, la tecnológica ya tuvo que pagar 5000 millones de dólares de multa por haber violado las reglas de privacidad de sus usuarios en el caso Cambridge Analytica. Hoy se enfrenta no solo a nuevas sanciones, sino al desmantelamiento parcial de la compañía tras una nueva demanda presentada hace solo unos días por la Comisión Federal de Comercio (FTC, en sus siglas en inglés).
#BREAKING: @FTC today sued Facebook (FB), alleging that the company is illegally maintaining its personal social networking monopoly through a years-long course of anticompetitive conduct: https://t.co/8ouOSM5De8 1/12 pic.twitter.com/7nvpNGnltb
— FTC (@FTC) 9 de diciembre de 2020
La agencia y los legisladores de 48 estados quieren que Facebook venda dos de sus principales activos, Instagram y WhatsApp, en lo que llaman ¨desinversión de activos o reconstrucción de negocios¨ por cuanto que con ellos la empresa controla tres de las plataformas de mayor implantación en el mercado, lo que ha disparado su valor hasta los 800.000 millones de dólares.
"Durante casi una década, Facebook ha utilizado su dominio y su poder de monopolio para aplastar a sus rivales más pequeños, eliminando la competencia a expensas de los usuarios habituales", dijo la fiscal general de Nueva York, Letitia James. Según la jurista, Facebook se aprovechó de ellos ¨ganando miles de millones y convirtiendo los datos personales en una vaca lechera".
La empresa, que ya dedica ingentes cantidades de dinero a su defensa legal, respondió alegando que la misma Comisión Federal de Comercio (FTC) que hoy pide su desmembramiento aprobó en su día las adquisiciones de Whatsapp o Instagram.
Sea como fuere, y tal y como sucediera con el gigante Google en una demanda anterior, la batalla en los tribunales podría durar años. Está por ver si los abogados de Zuckerberg consiguen escabullirse de la persecución legal iniciada por las autoridades estadounidenses, que parecen decididas a limitar el poder de las grandes empresas de tecnología para moldear mercados, medios de comunicación o, incluso, a la opinión pública.