La 'gran coalición' de Merkel acuerda un plan de estímulo para Alemania de 130.0000 millones


50.000 millones de euros para proyectos de movilidad "limpia" y educación
Ayudas a las familias, rebajas fiscales y rebaja de la luz para familias y empresas, entre otras medidas
Este plan se suma a los 156.000 millones de subvenciones en marzo y abril para mantener la liquidez
En Alemania, el coronavirus representa ahora una crisis económica más que una crisis sanitaria. Con poco más de 8.000 casos de coronavirus activos, según las últimas cuentas del Instituto Robert Koch (RKI), la agencia federal de control y prevención de enfermedades, los esfuerzos en el gobierno de la canciller Angela Merkel se centran de un tiempo a esta parte en contrarrestar el revés económico asociado a la lucha contra la COVID-19.
Justo en este sentido han trabajado largo y tendido los responsables de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Son los partidos de la 'gran coalición' que lidera Merkel. En la noche de este miércoles, casi un día y medio después de lo previsto, los partidos gubernamentales germanos se ponían de acuerdo en un amplio plan de estímulo para la economía.
Las medidas, a implementar desde ya hasta el año próximo, están valoradas en 130.000 millones de euros. “Es un programa ambicioso”, defendía la canciller en la presentación en Berlín el documento acordado por conservadores y socialdemócratas. “Hemos negociado durante 21 horas para hacer lo mejor para el país en una situación que nadie vivió antes”, justificaba la jefa del Gobierno germano.
En el texto se incluyen ayudas a las familias, con 300 euros por hijo, rebajas fiscales, ayudas que reducirán los precios de la electricidad a las empresas y a las familias y otras formas de apoyo financiero para las compañías de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus.
Buena parte de esas ayudas, hasta 50.000 millones de euros según apuntaban los medios de comunicación en la noche del miércoles, estaban destinadas a inversiones de futuro. A saber, ámbitos como la educación o la movilidad eléctrica. La “inversión en el futuro”, según los términos de Merkel, ocupó un papel central en las dilatadas negociaciones.
Uno de los aspectos más debatidos antes del anuncio del plan de conservadores y socialdemócratas era qué hacer con las cuentas de esos municipios alemanes de los que se sabe muchos se encuentran endeudados. Por eso, el plan de la CDU y el SPD también pasa por dedicar miles de millones a las localidades.
Contrarrestar los efectos del virus
Las negociaciones de las medidas que implica este plan de estímulo se alargaron un día y medio en una prueba de lo complejo que ha resultado idearlo. Su intención es que toque sectores clave de la economía para relanzarla y frenar así los efectos económicos perversos de las medidas de distanciamiento social que impone la lucha contra el SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19.
“El plan del Gobierno alemán es restaurar la demanda que se ha perdido por el cambio de comportamiento que ha impuesto el coronavirus y por las medidas de confinamiento impuestas por el Ejecutivo”, explica a NIUS Michael C. Burda, profesor de economía en la Universidad Humboldt de Berlín.
Las medidas que los responsables de CDU y SPD presentaban este miércoles se añaden a los importantes esfuerzos anteriores que el Ejecutivo ha realizado para frenar la crisis que ha impuesto el parón económico del coronavirus. Así, desde principios de marzo, Merkel y compañía ponen empeño en sacar adelante medidas para luchar contra el shock económico que ha supuesto la COVID-19.
En marzo, por ejemplo, se aprobó un endeudamiento público por valor de 156.000 millones de euros para salir en ayuda de las empresas. “En marzo y abril lo que se buscaba era asegurar la liquidez de las empresas y el salvamento de las compañías que estaban amenazadas, a través de rebajas fiscales, de créditos o de pagos directos. Sin eso, muchas empresa se habrían declarado insolventes”, apunta a NIUS Hubertus Bardt, responsable del Instituto de la Economía Alemana, un centro de estudios con sede en Colonia.
Un estímulo para la economía
“Ahora, en vista de que las empresas siguen ahí, de lo que se trata es de dar un impulso gracias a una política de estímulo para la economía”, abunda Bardt.
El anuncio del acuerdo entre los partidos gubernamentales alemanes se produce el mismo día en que se las Agencia Federal de Empleo daba cuenta de una subida del desempleo en mayo de 169.000 personas. La tasa de paro está en el 6,3%, un porcentaje que representa 2,52 millones de personas sin trabajo. El año pasado terminó con 2,27 millones de personas en paro en Alemania.
La tendencia al alza del desempleo está viéndose contenida gracias a medidas como la flexibilización del subsidio de jornada reducida. Pero, bajo la amenaza del desempleo, viviendo el paro y sin muchas opciones para consumir por las restricciones que impone la COVID-19, el gasto en las familias y en las empresas germanas tiende a reducirse.
“La demanda interna se ha visto muy afectada. Me refiero al consumo y también la inversión. Por eso es necesario un estímulo”, estima Bardt. Para él, los esfuerzos del gobierno hay que entenderlos como una tentativa de “evitar que la crisis sanitaria se convierta en una mayor crisis económica”.
Con unas exportaciones afectadas por las tensiones internacionales, especialmente por el pulso comercial que mantienen Estados Unidos y China, el consumo de los hogares alemanes había mantenido el crecimiento económico del país. Pero el coronavirus ha cambiado esto.
La economía germana ya está en recesión oficialmente, sumando dos trimestres consecutivos de contracción en el PIB. Entre enero y marzo de este año, la economía germana se contrajo un 2,2%. Las previsiones del Gobierno de Merkel apuntan a una caída del PIB del 6,3% en 2020.
Está por ver cómo afectan las medidas de impulso presentadas este miércoles sobre una sociedad alemana que es, en general, “precavida”, según Burda, el profesor de la Universidad Humboldt. “Hay incertidumbre sobre lo que hará un estímulo así. Pero una cosa sí sabemos de la última gran recesión, la de 2008 y 2009, y es que el consumo de Alemania no cayó”, comenta Burda.
En aquella crisis, Alemania lanzó dos planes de estímulo. Merkel y compañía ya tienen un primer gran plan para hacer frente desde ya a la crisis económica que trae de la mano el coronavirus.