Identifican un torso hallado hace 40 años en Idaho: perteneció a un asesino fugado en 1916

Los restos humanos hallados en una cueva pertenecen a un delincuente habitual que huyo de la cárcel donde cumplía condena por matar a su segunda esposa
Un sheriff de Idaho ha reabierto el caso por un crimen que pudo cometerse en 1916
Los análisis de ADN y una compleja investigación han permitido identificar un torso hallado en una cueva de Idaho (Estados Unidos) hace 41 años.
Los restos de un cuerpo desmembrado, que han permanecido sin identificar desde 1979, pertenecen a Joseph Henry Loveless, un delincuente habitual, cuyas últimas noticias se remontan a 1916, cuando huyó de la cárcel donde cumplía condena por matar a su segunda esposa. La investigación sin embargo deja una duda en el aire: ¿quién mató a Loveless y se tomó la molestia de descuartizarlo y esparcir sus restos por la gruta de Buffalo, cerca de la ciudad de Dubois?
El hallazgo del torso
El misterio sobre ‘hombre sin nombre’ se remonta a 1979, cuando unos excursionistas que buscaban puntas de flecha hallaron los primeros restos humanos en la cueva: un torso, sin cabeza ni extremidades. Habría que esperar 22 años, hasta que en 1991 una mujer encontró en la misma cueva una mano momificada. La coincidencia hizo saltar todas las alarmas. ¿Qué había pasado en esa gruta?. Un equipo de investigadores del FBI y del Instituto Smithsoninan peinaron meticulosamente la cueva y dieron con más restos humanos: dos piernas y un brazo. Estaban dentro de un saco.
Con esos elementos, concluyeron que la víctima era un hombre de pelo marrón rojizo, de origen europeo y de unos 40 años. Supieron también que el cuerpo había sido descuartizado con una variada serie de herramientas. Su primera estimación les llevó a pensar que esos restos humanos llevaban allí, por lo menos, 10 años. Se equivocaban: eran mucho más antiguos.
Análisis genéticos
El siguiente paso era identificarlos. Para ello, se solicitó la ayuda del DNA Doe Project, una ONG encargada de análisis genéticos. El investigador Lee Birgham Redgrave dedujo que aquel hombre desmembrado descendía de los pioneros que poblaron el estado de Utah, pertenecientes a la iglesia de los Últimos Santos. Su abuelo era un polígamo con cuatro esposas.
Eso lo complicaba todo, pues multiplicaba el número de descendientes y familiares. Había muchos elementos que descartar. Tras analizar decenas de artículos de prensa, registros notariales y archivos locales, los investigadores dan con un nombre: Agnes Octavia Caldwell Loveless, asesinada el 5 de mayo de 1916 de un hachazo. En el funeral, su hijo comenta que la mató su padre, que está en la cárcel. El niño añade que su progenitor que no durará mucho entre rejas, porque ya ha estado encerrado otras veces y siempre acaba fugándose.
Ese experto en fugas, un fuera de la ley, era Joseph Henry Loveless, nacido el 3 de diciembre de 1870 en Utah. La asesinada Agnes era su segunda esposa. La primera, Harriet Jane Savage se divorció de él por sus “continuos abandonos”, tal y como consta en los registros de la Corte de Salt Lake City (Utah).
Las capacidades como escapista de Loveless están certificadas: llegó a cortar los barrotes de una cárcel con una lima escondida en la suela de sus zapatos. Estuvo implicado también en un incidente en el que detuvo un tren en marcha, un asunto que le llevó ante la justicia. Lo último que se supo de Loveless tiene que ver con su última fuga: la huida de la cárcel de Sant Anthony, el 18 de mayo de 1916, donde cumplía condena por el asesinato de Agnes, su esposa. Su hijo tenía razón, su padre acabaría fugándose.
El poster de “Se busca” con el que fue reclamado tras la fuga aporta otro dato: el jersey que viste Loveless es el mismo que llevaba aquel torno hallado en 1979.
El caso no se ha cerrado. Más de un siglo después de aquella fuga, el sheriff del condado de Clarck, en Idaho, ha reabierto la investigación por asesinato. ¿Quién mató al asesino de Harriet? ¿Quién desmembró a Loveless y abandonó sus restos en aquella cueva?.