Borrell intenta cortar en Irak el chantaje bielorruso con los migrantes


Minsk envía migrantes árabes a Lituania
El planeta entero sabe que los gobiernos europeos no quieren migrantes pobres. Y el planeta entero, como demostraron Turquía o Marruecos, sabe que una forma de presionar a la Unión Europea es con los migrantes. Se empuja unos pocos miles de desesperados hacia las fronteras europeas y Europa entra en crisis. Por eso Bielorrusia, la última dictadura europea a la espera de saber hacia dónde va la Hungría de Viktor Orban en su deriva iliberal, decidió responder a las sanciones europeas organizando el acarreo de migrantes y solicitantes de asilo árabes a través de su territorio hacia la frontera con Lituania.
El mecanismo es sencillo. Migrantes árabes vuelan desde algún aeropuerto en Oriente Medio, normalmente el iraquí de Bagdad, hacia Minsk. Allí los guardias bielorrusos los meten en autobuses y los llevan hasta la frontera con Lituania, donde los dejan para que crucen la linde. Mientras Lituania construye a marchas forzadas una reja y la Comisión Europea le envía fondos para atender en campos de refugiados a los llegados, la diplomacia europea se moviliza.
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El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, intenta cerrar la vía presionando al Gobierno iraquí. El español pidió explicaciones al Gobierno iraquí. Y reconoció los métodos del dictador bielorruso Alexander Lukashenko en una entrevista a El País, en la que dijo que los migrantes son utilizados como armas.
Borrell habló el martes con el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Fouad Hussein, con quien trató sobre “la manera de hacer frente al número creciente de ciudadanos iraquíes que llegan a Lituania irregularmente desde Bielorrusia”. Borrell dejó escrito en Twitter tras la conversación: “Es una cuestión preocupante no sólo para un Estado miembro sino para el conjunto de la Unión Europea. Esperamos el apoyo de Irak”.
Good conversation w/ Iraqi Foreign Minister @Fuad_Hussein1 yesterday on how to tackle increased number of Iraqi citizens irregularly crossing from Belarus into Lithuania.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) 28 de julio de 2021
This is an issue of concern not only for one Member State but for the entire EU. We count on Iraq’s support.
Adalbert Jahnz, portavoz de la Comisión Europea para temas de migración, contaba ayer que la mayoría de los que llegan a Lituania a través de esa vía son nacionales iraquíes y que las autoridades lituanas no tienen previsto aceptar sus solicitudes de asilo. En lo que va de año llegaron 2.700 personas, la mayoría desde mayo. Lituania tiene 680 kilómetros de frontera terrestre con Bielorrusia, que difícilmente podrá controlar con sus medios.
Frontex, la agencia europea de fronteras –acusada en los últimos meses de una larga serie de delitos e irregularidades, como el abandono de familias de refugiados en alta mar en el Egeo, acoso laboral a su personal en su sede de Polonia o incluso mal uso de fondos públicos- prometió enviar 36 agentes que el jueves no habían llegado. La comisaria europea de Interior, la sueca Ylva Johansson, envió una carta a los ministros de Interior de los otros 26 gobiernos para pedirles que ayuden a Lituania.
I will visit #Lithuania on 1-2 August to meet with senior 🇱🇹 Government representatives.
— Ylva Johansson (@YlvaJohansson) 29 de julio de 2021
The EU is fully supporting Lithuania: EU agencies are present on the ground; financial assistance is on its way.
Yesterday I transmitted this message on Lithuanian TVhttps://t.co/Fs5kHIYkKh
La Unión Europea aprobó a finales de junio sanciones contra Bielorrusia después de que Lukashenko ordenara a su Fuerza Aérea hacer descender un vuelo de Ryanair que enlazaba Atenas con Vilnius y en el que viajaba el periodista disidente bielorruso Roman Protasevich, quien fue detenido junto a su novia.
Protassevich, tras pasar semanas en prisión y admitir en un video en el que mostraba signos de haber sido torturado, está en arresto domiciliario. Ese incidente fue para los europeos la gota que colmó el vaso. La reacción de Lukashenko a las sanciones fue acercarse aún más a Rusia y presionar a los gobiernos europeos acarreando migrantes. Borrell intenta ahora en Oriente Medio cerrar esa vía mientras los ministros de Exteriores preparan más sanciones, que podrían aprobar en septiembre.