La oposición fuerza a Evo Morales a una segunda vuelta histórica

Será la primera vez en la Historia que Bolivia va a una segunda vuelta electoral
La oposición boliviana ha forzado al actual presidente del país, Evo Morales, a una segunda vuelta histórica. Histórica porque es la primera vez que el país andino decidirá su futuro en el llamado balotaje que se celebrará el próximo 15 de diciembre.
La victoria de Evo Morales con el 45% de los votos frente al 38% del candidato opositor y ex presidente de la República de Bolivia de 2003 a 2005, Carlos Mesa, le es insuficiente para confirmar su cuarto mandato consecutivo y dependerá de lo que las urnas dicten en diciembre.
Segunda vuelta histórica
La segunda vuelta será histórica también porque supone un cambio de tendencia muy importante desde que en 2005 Evo Morales ganase sus primeras elecciones con más del 50% de los votos. Tanto en 2009 como en 2014 los pasos por las urnas habían supuesto un triunfo sin paliativos con más del 60% de los votos. Pero hoy todo ha cambiado y el primer presidente indígena de América Latina va a tener que superar una segunda votación donde sólo esté Mesa por lo que se prevé una unificación de la oposición.
En las votaciones de este domingo, el tercer y el cuarto candidato, el médico de origen coreano, Chi Hyun Chung, y el senador Óscar Ortiz han obtenido un 8’8% y 4’4% respectivamente, por lo que de haber un trasvase de votos hacia Mesa este se convertiría en presidente. Eso sí, la polarización en esta primera vuelta entre Evo y “lo demás” ha beneficiado al líder de Comunidad Ciudadana que ha conseguido agrupar el voto útil en torno a su persona para echar al actual líder del MAS.
Carlos Mesa más cerca de la presidencia
Mesa ha conseguido ganar en cuatro de los nueve departamentos mientras que el MAS lo ha hecho en cinco, muy diferente a las elecciones de hace cinco años cuando Morales fue el partido más votado en ocho de los nueve departamentos. El voto de las regiones orientales que piden más autonomía respecto al altiplano ha resultado clave para que la oposición haya forzado esta segunda vuelta. Especialmente en Santa Cruz, región fetiche de la oposición donde ganó Evo en 2014 y que sufrió los incendios este verano, ha mostrado su apoyo hacia Mesa con más de 14 puntos de diferencia respecto al todavía presidente.
Los gritos de alegría y felicidad no se hicieron esperar en la sede del partido cuando los datos confirmaban la segunda vuelta y las posibilidades reales de que Mesa sea el próximo ocupante de la Casa Grande del Pueblo. “Hemos logrado un triunfo incuestionable”, ha señalado Mesa tras conocer los resultados, “estamos en la segunda vuelta”. “Ahora nos queda la ruta a la victoria y esta pasa por la base de la unidad a una causa más importante: la construcción democrática de Bolivia”, ha dicho intentando atraer el voto de aquellos ciudadanos que han votado por otras opciones más allá de la suya y la de Evo Morales. Así, según el que fuera presidente de 2003 a 2005, la elección ahora “es jugarnos el destino de la democracia de Bolivia”.
La actitud era totalmente diferente en las sedes territoriales del MAS. Las caras de los militantes socialistas eran un poema, la segunda vuelta es un jarro de agua fría, una realidad a la que no se imaginaban que tendrían que enfrentarse. El golpe es más duro para el candidato a un cuarto mandato consecutivo si se tiene en cuenta que en cinco años ha perdido 20 puntos de apoyo. Y ello en un escenario de crecimiento económico en el que el país boliviano ha sido el que más ha crecido en cuatro de los últimos cinco años en América Latina y cuenta con un crecimiento ininterrumpido de 15 años principalmente debido al auge del precio de las materias primas como el gas.
La corrupción acosa a Morales
En este caso, la economía no ha servido para tapar el descontento de algunos sectores de la sociedad con la marcha del país. Desde las acusaciones por corrupción de personas cercanas al entorno del presidente hasta las que van dirigidas a la forma de gobernar de Evo Morales por querer perpetuarse en el poder y saltarse la limitación de mandatos que marca la constitución. El país ha visto cómo en los últimos meses las protestas aumentaban con quejas de colectivos tan diferentes como los médicos, grupos cívicos de Potosí por las extracciones de litio o críticas por la gestión medioambiental de los incendios del pasado verano en la zona oriental de Bolivia.
Precisamente en esa línea de regeneración democrática ha ido toda la campaña de Carlos Mesa. Este periodista que entró en política llamado por el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada por su buen manejo en los debates televisivos puede volver al sillón presidencial que abandonó en 2005 por las movilizaciones sociales que acabaron llevando a Evo Morales a la presidencia meses después.
Su buen hacer como portavoz en la denuncia de Bolivia en La Haya por la cuestión del mar con Chile le hizo ganar popularidad entre la audiencia boliviana que empezó a considerar su nombre como posible candidato para derrocar a Evo. Las encuestas positivas acabaron por animar a Mesa para presentarse. Hoy, el 38% de la población lo ve como el mejor candidato para ganar a Evo Morales.
Pero Evo siempre tiene más de una vida. La resolución final será el próximo 15 de diciembre de donde saldrá un presidente que, además, no tendrá un congreso a favor.