Las dos muertes de Ingrid: el feminicidio que indigna a México

A Ingrid Escamilla la mataron dos veces. La primera, su marido la acuchilló y descuartizó en su casa de Ciudad de México. Ella tenía 25 años, se definía en redes sociales como "amante de la vida" y era licenciada en Administración de Empresas Turísticas. Él, Francisco Robledo –un ingeniero civil de 46 años-, fue detenido poco después, aún con la sangre de ella cubriéndole el torso. En un estremecedor vídeo grabado por la policía confesaba que la mató tras una discusión y que tiró órganos de su cuerpo por el desagüe para que nadie se enterara; "por vergüenza y miedo". Su hijo autista de 14 años habría presenciado lo ocurrido.

Pero a Ingrid la asesinaron una segunda vez. Y esa es la causa de que este caso haya desatado la ira de la opinión pública, actuando como un revulsivo en un país –México- desgraciadamente habituado al feminicidio.

Esa segunda vez fueron muchos los culpables; porque además de la vida, a Ingrid le arrancaron su derecho a ser respetada después de muerta. Las duras fotos de su cuerpo desollado fueron difundidas en redes sociales y circularon por WhatsApp. Pero, además, varios tabloides mexicanos las publicaron a toda página.

Seis policías están siendo investigados por la filtración de las imágenes del asesinato cometido el pasado 9 de febrero. Entretanto, una parte de la sociedad mexicana ha expresado su repudio por el tratamiento de la noticia, el morbo y la trivialización de la violencia hacia la mujer de algunos medios. El tabloide Pásala tituló en su portada: "La culpa la tuvo Cupido" con una gran foto del cuerpo masacrado. "Descarnada" fue el explícito titular, junto a una de las fotografías, del diario La Prensa.

Para honrar la memoria de la joven de 25 años, usuarios de redes sociales han lanzado un reto que se ha viralizado. El objetivo es que cuando se busque en Internet el nombre de la víctima, no aparezca la imagen de su cuerpo mutilado. Para contrarrestar esas crudas imágenes, para borrarlas, junto a su nombre se adjuntan fotos bonitas, serenas: puestas de sol, flores, árboles, cachorros, paisajes… Porque "ninguna víctima debería ser exhibida así", porque no se puede tolerar esa falta de sensibilidad ante la violencia hacia la mujer, han clamado muchos.

"El cuerpo violentado de Ingrid Escamilla fue expuesto en los medios y en las redes sociales. El sexismo la revictimizó y justificó al agresor", ha denunciado la ONG Memoria y Tolerancia.

En este contexto, otros gestos han indignado a una parte de la opinión pública. En una comparecencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró molesto por las constantes preguntas sobre este caso que ha conmocionado al país. "Disculpe que molestemos, pero nos están matando", le contestaron algunas mujeres en Twitter. Antes, el fiscal general Alejandro Gertz había sugerido acabar con el tipo penal del feminicidio.

Pero en esta última semana, también se han dado pasos. El Senado mexicano aprobó el martes una reforma para otorgar mayor protección a mujeres víctimas de la violencia. Por delante, un larguísimo recorrido en la lucha contra la impunidad y la cultura de la violencia.

Al grito de "¡Presidente, indiferente!" o "Tu silencio es cómplice, grupos de mujeres se manifestaron el viernes ante el Palacio Nacional contra la lacra de los feminicidios.