Venezuela se queda sin diésel

La nación con las mayores reservas de petróleo en el mundo vive otra crisis de combustible: la segunda en menos de un año
Esta vez se trata del diésel, un carburante vital en la cadena productiva y de distribución de alimentos
Expertos alertan que el país puede vivir una “catástrofe humanitaria” si Petróleos de Venezuela no encuentra la forma de garantizar el combustible empleado en un 80% en la industria agroalimentaria
A la 1:00 p.m Alexis Ureña, un transportista de 49 años, aún no tiene la certeza de si podrá abastecer su autobús con diésel a pesar de estar en una cola desde las dos de la madrugada. Si tiene suerte podrá cargar entre 80 y 100 litros de gasoil-diésel que el gobierno le subsidia a través de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) pero que sólo le alcanza para trabajar dos días.
“Mira la hora que es y todavía no hemos echado, no se sabe a qué hora iremos a echar”, dice rápidamente Alexis. No quiere que se den cuenta de que conversa con un medio de comunicación. “Ahí viene el guardia nacional que controla la fila, esconde la cámara”, alerta. “Si saben que están aquí capaz que no me dejen echar”.
Desde abril de 2020, cuando este país vivió una profunda escasez de gasolina, para grabar en las inmediaciones de una estación de servicio se necesita una autorización de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI), una agrupación territorial de las Fuerzas Armadas Bolivariana de Venezuela que tiene el control de las gasolineras del país.
El fantasma de la escasez regresa
A casi un año de aquella crisis de combustible que el gobierno de Maduro logró paliar con la ayuda de Irán, se vuelven a encender las alarmas y la vigilancia en las estaciones de servicio es extrema. El país petrolero, que otrora llegó a producir 3.5 millones de barriles de petróleo al día (Mbd) y a ser una de las naciones más influyente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), vive una nueva escasez de carburante, pero esta vez de diésel o gasoil, que desde hace 15 días se siente con fuerza en la capital.
Ha transcurrido una hora y Alexis todavía se encuentra a un kilómetro para llegar a la estación de servicio de la Bandera, al sur de Caracas, la única disponible para las cooperativas de transporte del área metropolitana de la capital. La fila de autobuses es anárquica, en un punto se desdibuja y “algunos conductores vivos aprovechan para adelantarse previo acuerdo económico con algunos guardias corruptos”, como asegura Alexis.
“Últimamente si trabajamos cinco días a las semana, tenemos que agarrar dos días para esto”, le cuenta a NIUS el transportista Alexis. Tiene 30 años de experiencia y asegura que nunca había vivido dos crisis de combustible en menos de un año.

En algunos estados de Venezuela la paralización del transporte público por la escasez de diésel es del 90%. En Maracay (Edo Aragua), a una hora de Caracas, sólo trabajaba el 5% del transporte público a principio de mes, según declaró a la prensa nacional José Luis Trocel, presidente del Frente Unido de Transporte del estado Aragua.
En la misma fila, Marcos Blanco (42) permanece más paciente acompañado de su ayudante en el camión de carga ligera que conduce desde hace 6 meses. Dice estar resignado porque “no se puede esperar más de una industria petrolera en ruinas”; aunque lamenta la incertidumbre que reina en el suministro de diésel desde hace un mes. “A veces haces colas un día, hasta dos día, y no logras echar combustible”, refiere Marcos.
“Hay muchas restricciones con respecto a la cantidad. No te pueden colocar tanque full de 100 litros”, dice sobre una situación que ya padecen los transportistas en los 23 estados de Venezuela.
“Si la escasez de diésel ya afecta a Caracas es porque se trata de un problema grave”, dice otro transportista que no revela su nombre. Y es que la capital es para muchos el termómetro de las penurias que vive este país. Cuando los problemas son visibles en Caracas significa que en las provincias la situación es insostenible.
Seguridad alimentaria en riesgo
Aunque el transporte público de pasajero reviste gran importancia para la vida social y económica del país, para algunos analistas este es un sector que, en el peor de los casos, podría hacer ciertos sacrificios mientras se supera la crisis. Una salida impensable para el transporte de carga pesada cuyo gremio se vio forzado a principio de mes a bloquear la Autopista Regional del Centro, la arteria vial que conecta al centro del país con Caracas, para exigir el pleno suministro de diésel, tras cuatro días de espera.
La protesta alertó al país sobre los riesgos que supone una paralización del transporte de carga pesada en la distribución de alimentos. Según cálculos de la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), la escasez de diésel ha paralizado siete de cada 10 camiones utilizados para el transporte de alimentos.
Precisamente el sector agroalimentario, que depende en un 80% del suministro de diésel, fue uno los primeros en encender las alarmas. “Todo lo que es producción primaria de alimentos, las labores agronómicas que van desde la preparación de tierras a la cosecha, depende del suministro del gasoil”, explica a NIUS Saúl López, presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines. Agrega que el gasoil es esencial en los procesos de comercialización de la agroindustria, pasando por los centros de mayoristas “hasta llegar a la mesa de los venezolanos”.
De acuerdo con López, la escasez de diésel ha provocado una afectación mayor a los daños causados por la pandemia en 2020 cuando la pérdida de alimentos no superó el 20%. “Ahora en los últimos dos meses hemos visto cómo ha escaseado el tema del diésel y la afectación ha llegado hasta el 45%”, afirma el ingeniero López, aludiendo a los resultados del monitoreo a las 434 mil unidades de producción que existen en Venezuela.
“En algunos rubros como los productos hortícolas, los rubros frutícolas y algunos feculentos han sido mucho más afectados perdiéndose, en algunos casos el 50% de la producción, que no se pueden trasladar a los centros de consumo”, afirma López, para después alertar que se requiere un millón de toneladas mensuales para proveer la demanda de alimentos en el país, pero que actualmente el abastecimiento es de 500 mil toneladas mensuales.
En este escenario, la escasez de diésel no sólo afectaría a los millones de venezolanos que ya mantienen una dieta de subsistencia (la ONU advirtió en 2020 que más de nueve millones de venezolanos no tenían acceso a los alimentos debido a su alto costo), sino también al tercio de la población que tiene capacidad de compra de productos importados. “Se generaría una escasez igual a la de 2014”, advierte Saúl López.
Además, la Federación de Ganaderos de Venezuela, informó de que el 70% de la maquinaria se encuentra paralizada y que este sector necesita al menos 25 barriles diarios de diésel.
Las causas
En 2020, tras la aguda escasez de gasolina que paralizó a Venezuela entre abril y junio, aumentó la demanda por los vehículos de carga ligera de motores diésel. En aquellos angustiantes días, el suministro de gasoil se mantuvo más o menos estable, por lo cual muchos empresarios optaron por este tipo de transporte previendo una nueva crisis y entendiendo que PDVSA ahora depende de la República Islámica de Irán para abastecer el parque automotor de gasolina.
No obstante, las dificultades de la estatal PDVSA para producir diésel siempre han estado presentes, “sólo que el consumo de diésel es insignificante en comparación con la gasolina que se utiliza en un 80%”, aclara el economista y experto petrolero Rafael Quiroz, lo que habría disimulado la incapacidad de la empresa para refinar este derivado.
Sin embargo, no existe un consenso entre los analistas para precisar cuál sería el detonante de esta crisis más allá de las fallas históricas que viene arrastrando PDVSA desde 2005, que han mermado su capacidad de producción y refinación a tal nivel que actualmente la compañía produce menos de 600.000 Mbd.

De acuerdo con el especialista Rafael Quiroz, PDVSA está echando mano de sus inventarios de diésel después de haber concentrado sus esfuerzos en la producción de gasolina que le permitió mejorar parcialmente el abastecimiento de este carburante, pero en desmedro de la refinación de gasoil. Una situación que, asegura el especialista, ha llegado a complicarse con la paralización de unas de sus refinerías del Complejo de Refinación de Paraguaná, lo que habría obligado a la estatal a racionar la distribución de diésel.
“La refinadora Punta Cardón (al occidente de Venezuela) volvió a paralizarse por otro accidente la semana pasada y el mercado interno no está abastecido totalmente”, dice a NIUS el también profesor de economía y políticas petroleras de la Universidad Central de Venezuela, Rafael Quiroz.
“La capacidad de refinación del parque refinador nacional es de 1.300.000 mil barriles para las seis refinerías (Amuay, Bajo Grande, Cardón, El Palito, Puerto La Cruz y San Roque) y estamos refinando solamente 80.000 barriles diarios”, señala. “No estamos refinando ni siquiera el 8 o 7%. Estamos en 6.5%”, afirma Quiroz. La mayor parte de este porcentaje se destina a la gasolina en procura de abastecer un parque automotor de 3.5 millones de vehículos.
Por su parte Antero Alvarado, director regional de la firma Gas Energy Latin America, atribuye la escasez de gasoil a la imposibilidad de PDVSA para importar este carburante desde octubre de 2020, según declaró al medio venezolano Tal Cual.
La situación se habría complicado desde que la administración del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerrara la posibilidad al gobierno de Nicolás Maduro de continuar realizando los llamados swap (petróleo por diésel) con las empresas Reliance de la India, Repsol de España y Eni de Italia.
De acuerdo con Antero, de no corregirse esta situación, el actual inventario de diésel se agotaría en abril de 2021. Para el experto petrolero Rafael Quiroz, las sanciones no serían el origen de la actual coyuntura, aunque admite que han podido tener algún efecto negativo en la industria petrolera venezolana. “Las sanciones tienen dos años y la caída en la refinación de los derivados del petróleo viene desde hace ocho años”, dice Quiroz en contraposición a uno de los argumentos utilizados por el gobierno para justificar la incapacidad de refinación de PDVSA.
Además en este contexto de escasez, algunos analistas han alertado que el envío de diésel desde Venezuela hacia Cuba no ha parado, aunque tampoco hay consenso sobre las cantidades que finalmente se enviarían a la Isla, que desde la llegada de Chávez en 1998 tiene a Venezuela como su principal aliado energético.
#13Mar Leo este titular y recuerdo que PDVSA produce 42.000 barriles diarios de diesel pero el régimen le regala a Cuba 16.000, casi la mitad. Mientras los venezolanos padecemos la escasez, paralización de las industrias, etc. ¿Quienes son los vende patria? pic.twitter.com/TaySyqKzGj
— Carlos Valero (@CarlosValero08) March 13, 2021
Posibles soluciones
En un país cuyo PIB ahora es similar al de Guatemala, una de las naciones más pobres de Centroamérica y la industria petrolera vive el peor momento de su historia, el acceso al diésel se ha convertido en un asunto de carácter humanitario. En este sentido, la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines, se ha unido a la propuesta del Grupo de Boston, (la comisión interparlamentaria creada en 2002 para acercar a los gobierno de EEUU y Venezuela) que plantea un intercambio de crudo por diésel en el mercado internacional, con lo cual la nación bolivariana pueda abastecer el mercado nacional.
#17Mar | Las reservas internacionales se ubicaron en $6.259 millones, una reducción de 10% en términos interanuales. El nivel actual de reservas internacionales es apenas 21% de lo que teníamos a inicios de 2013 ($29.753 millones). pic.twitter.com/cliHDo7gAS
— Econométrica (@Econometrica) March 17, 2021
“Nosotros estamos apoyando al 100% esta iniciativa porque estamos hablando de los alimentos y aquí puede generarse una catástrofe humanitaria si no se solventa lo del diésel”, alerta el ingeniero Saúl López.