Lorenzo de Bélgica el peculiar príncipe que perdió el juicio de su asignación


La Justicia ratifica la decisión del Gobierno belga de recortar un 15% la asignación anual al príncipe Lorenzo
Lorenzo de Bélgica, príncipe y hermano del rey Felipe, acudió a los tribunales para intentar que la Justicia anulara la decisión del Gobierno y el Parlamento belga de reducirle la asignación un 15%, 50.000 euros anuales menos de los 310.000 que cobraba con cargo a los presupuestos generales del Estado. El Ejecutivo del entonces primer ministro y ahora presidente del Consejo Europeo Charles Michel no lo hizo como una medida de ahorro, sino de castigo. Estaba harto de las meteduras de pata y salidas de tono de Lorenzo, un personaje peculiar, una especie de juguete roto real que nunca encontró su sitio.
La gota que colmó el vaso fue el hecho de que en 2017 Lorenzo parecía empezar a hacer política por su cuenta, sin refrendo ni acompañamiento ni de su hermano el rey Felipe ni de ningún miembro del Gobierno, como es preceptivo. En julio de 2017 publicó en Twitter una foto durante una recepción en la Embajada China en Bruselas. Se celebraba el 90 aniversario de la creación del Ejército Popular chino, la fuerza armada creada por Mao Tse-Tung para luchar contra los nacionalistas de Chang Kai-Sek, que terminaron exiliándose en la isla de Taiwán.
No era la primera vez que Lorenzo sacaba los pies del tiesto y Michel ya le había ordenado que no acudiera a eventos y ceremonias de carácter político sin permiso del Gobierno aunque fuera invitado. Michel se hartó. La dotación anual de 310.000 euros se redujo entonces un 15%, hasta 260.000 euros. El Parlamento dio el visto bueno con una abrumadora mayoría. Lorenzo es un personaje molesto, un jarrón chino que nadie sabe dónde poner.
260.000 euros no eran suficientes
Al príncipe le sentó mal el recorte. Alegó que con 260.000 euros al año no podía vivir decentemente y anunció un recurso legal. Tardó dos años, pero el pasado mes de marzo acudió al Consejo de Estado, instancia competente en asuntos que afecten por ejemplo a la Monarquía, y recurrió la decisión del Estado belga. Este miércoles el Consejo de Estado dio la razón al Gobierno y al Parlamento. 260.000 euros es suficiente, nada le impide además trabajar y el castigo estaba fundado.
El patito feo de la Familia Real belga ya tuvo otro juicio, en aquella ocasión más grave aunque salió indemne. Estuvo acusado de desviar, gracias a amigos militares, 175.000 euros del presupuesto de la Marina para decorar y pagar los electrodomésticos de su mansión. Antes de aquel juicio, el entonces primer ministro Guy Verhofstadt tuvo que recordarle que no tenía inmunidad, “que sólo existe para el rey, no para su familia”.
Fabiola, “la bruja española”
En su historial están los coches más lujosos, relojes de decenas de miles de euros y multas por exceso de velocidad, como cuando fue detenido en plena noche en Bruselas tras saltarse un semáforo en rojo en su Ferrari. No se detuvo cuando le dieron el alta, así que forzó una persecución policial.
Lorenzo parece necesitar más dinero del que tiene asignado. Cuando nacieron sus hijos intentó vender a la prensa sus fotografías por 15.000 euros. Mario Danneels, un joven periodista belga que ha destapado varios escándalos de la Familia Real, cuenta en sus libros y artículos que Lorenzo es un caprichoso, que odiaba a su tía, la reina madre Fabiola, a quien llamaba “la bruja española”. Danneels fue el primer periodista que destapó la existencia de Delphine, la hija bastarda del antiguo rey Alberto, ahora reconocida tras decisión judicial.