Lukashenko a la espera del veredicto ruso


Putin parece no haber decidido todavía si apoyará o dejará caer al dictador bielorruso
Semana clave en Bielorrusia, que mira al Kremlin a la espera de que el presidente ruso Vladimir Putin decida si finalmente apoyará a su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko o si dejará que se cueza en la caldera que alimenta con fuerza la oposición.
Después de que este domingo se registraran las mayores manifestaciones en Bielorrusia desde al menos el fin de la Segunda Guerra Mundial, la suerte del conocido como “último dictador de Europa” está en la práctica en la decisión que tome el residente del Kremlin. Lukashenko tiene a la inmensa mayoría de la población en contra pero no aparecen fisuras en el aparato de seguridad ni en la diplomacia, algo que podría cambiar rápidamente si Moscú decidiera apoyar a la oposición.
El hecho de que el régimen bielorruso permitiera que se celebraran ayer masivas manifestaciones en su contra por todo el país sin intentar reprimirlas da aire a la teoría de que Lukashenko parece dispuesto a dejar que las protestas se repitan porque entiende que su suerte no depende de la presión de la calle sino de mantener bajo control el aparato de seguridad y contar con el apoyo de Moscú, clave para que los militares bielorrusos sigan apoyando a quien ha sido su jefe en los últimos 24 años.
Lukashenko intenta involucrar a Putin
Lukashenko habló dos veces con Putin durante el fin de semana. Le dijo que las protestas son impulsadas desde el exterior (señala a Lituania, Polonia, Chequia, Ucrania) y que una revolución así podría extenderse a Rusia. Intenta así meter miedo a Putin con la posibilidad de que los rusos copien a los bielorrusos. Pero el presidente ruso parece tranquilo.
Putin dijo a Lukashenko que le apoyaría “para resolver problemas”, usando el pacto de seguridad que obliga a los dos países a prestarse asistencia mutua, “si fuera necesario”. Será Putin quien considere si llega esa necesidad, pero por ahora no parece haber tomado una decisión. Mientras, los dirigentes europeos celebrarán este miércoles una cumbre por videoconferencia con Bielorrusia como plato único en la agenda.
El presidente ruso no quiere una Bielorrusia virada hacia Occidente y Moscú lleva años moviendo piezas para preparar una futura anexión del país, pero el informe que hizo ayer en inglés el canal ‘Russia Today’ (controlado por el Kremlin) sobre las manifestaciones lo podría haber firmado tranquilamente cualquier cadena de televisión occidental.
Los medios rusos cuentan las protestas
Si Putin hubiera decidido definitivamente proteger a Lukashenko ese informe hubiera sido de otro color. Otro detalle que hubiera sido imposible si Moscú hubiera decidido ya su apoyo a Lukashenko. La agencia de noticias RIA-Novosti publicó un estudio según el cual sólo el 2% de los votos de las presidenciales fue para Lukashenko, cuando régimen asegura que fue el 80,1%. La opositora Svetlana Tsikhanovskaia habría recibido el 52% de los votos y no el 10% de los anunciados por el comité electoral.
Mientras la Unión Europea parece decidida a aprobar en días o semanas sanciones contra los responsables de la represión y Washington ya reclama una cumbre al respecto con Moscú, Putin podría aceptar una alternativa a Lukashenko si ésta mantuviera a Bielorrusia en la órbita de Rusia. Si Putin quiere mantener a Lukashenko el régimen bielorruso tendría vía libre para reforzar la represión y aplastar las protestas pero podría provocar un movimiento anti-ruso como el que se vio en Ucrania.
Una de las diferencias con respecto a la revolución ucraniana es que la oposición bielorrusa no parece guardar sentimientos anti-rusos ni especialmente proeuropeos. En las manifestaciones se ondea la bandera histórica bielorrusa pero no se ve simbología anti-rusa ni banderas europeas, como sí se veían en Kiev en 2014.