El mercado del trabajo remunerado en negro, al alza en Alemania por la pandemia


Uno de los efectos económicos de la crisis que ha traído el coronavirus en Alemania es el alza del trabajo en dinero negro
Esta actividad, aparentemente difícil de detectar en suelo germano por unas autoridades de criticada eficacia, no sólo tiene efectos negativos, dicen los economistas
Debe ser porque Alemania se ha hecho famosa internacionalmente como país por la supuesta eficacia y rectitud de sus servicios y ciudadanos que estos días son noticia las estimaciones Friedrich Schneider.
Este economista, profesor de la Universidad de Linz, en Austria, lleva años estudiando la economía sumergida en Alemania y otros países. En sus últimas cuentas, de las que se ha hecho eco recientemente el diario germano Die Welt, el trabajo remunerado en dinero negro en Alemania ha crecido notablemente por culpa de la crisis económica que ha causado el SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19.
Así, si el trabajo en negro representaba en 2019 un 9,1% del PIB germano, ese trabajo de la economía sumergida equivalía en 2020 a un 11,4% del PIB teutón. Dado que Alemania es la mayor economía del viejo continente, es fácil imaginar que ese porcentaje se traduzca en varios centenares de miles de millones de euros. Concretamente, en 380.000 millones de euros, según los cálculos de Schneider.
Las últimas cuentas de Schneider también incluyen predicciones según las cuales este fenómeno irá a más. “El año próximo, el trabajo remunerado en negro volverá a estar entre el 10% y el 12%, lo que serían 420.000 millones de euros”, decía el economista de la Universidad de Linz a Die Welt. De ahí que ese periódico titulara a cuenta a de las constataciones Schneider: “En 2021 el trabajo en negro vivirá un boom”.
Este auge de la economía sumergida tiene lugar en un momento de fuerte crisis económica. Según las previsiones del Gobierno alemán, el PIB germano caerá hasta un 5,5% como consecuencia del frenazo que han supuesto la imposición de medidas contra la propagación del coronavirus. Por eso en el diario berlinés Der Tagesspiegel han señalado que cuando “cae la economía, florece el trabajo en negro”.
“La crisis del coronavirus ha supuesto un punto de inflexión hacia una mayor actividad en la economía sumergida”, dice a NIUS Dominik Enste, responsable de estudios sobre ética y comportamientos económicos del Instituto de la Economía Alemana (IW, por sus siglas alemanas), una institución con sede en Colonia (oeste germano).
El mercado de trabajo alemán no es de los que más está sufriendo en Europa por culpa del coronavirus. Respecto a cómo término la tasa de desempleo alemana en 2019, el 2020 acabó con un 1% más de paro. El desempleo terminó afectando a un 5,9% de la población el año pasado.
Ese valor está por debajo de la media en la UE (7,6%) y en la zona euro (8,4%), según los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
Esa subida del desempleo explica en buena parte el auge del trabajo ajeno a la economía oficial. “En Alemania, durante mucho tiempo, hemos mantenido en valores muy pequeños la economía sumergida porque la economía oficial iba muy bien. Se había logrado crear muchos puestos de trabajo en la economía oficial”, señala Enste.
“Sin embargo, para la gente que ahora está recibiendo la prestación de desempleo o de jornada reducida, porque su negocio o empresa está cerrada, en lugar de estar tirada en el sofá, viendo series o lo que sea, ahora puede hacer trabajitos remunerados como ayudar al vecino a reparar el tejado, por ejemplo”, explica Enste, aludiendo a típicas labores remuneradas con dinero negro.
Menos trabajo en negro que en Francia, Italia o España
Al parecer, no son ese tipo de 'favores' vecinales los que más peso tienen en la economía sumergida. Las cuenta de Schneider, el profesor de la Universidad de Linz, señalan al sector de la hostelería – probablemente el más golpeado por el coronavirus junto al del turismo – como ámbito en el que se mueve más dinero ajeno a los impuestos. Hasta 60.000 millones de euros en negro se movieron en la hostelería en 2020, según Schneider.
En porcentaje, el peso de la economía sumergida alemana es menor que la de otros países de su entorno, como Francia o Italia. “En Alemania este trabajo en negro representan entre un 10% y un 12% del PIB. En Italia, España o Portugal el porcentaje puede estar entre un 25% y un 30%”, señala Enste, el investigador del IW.
Pero en Alemania, por mucho que seguir las reglas forme parte del acervo cultural, parece haber problemas estructurales en la lucha contra la economía sumergida. De hecho, no son nuevas las quejas que se emiten desde la oposición contra el Ejecutivo por su falta de eficacia ante la lucha frente al dinero negro.
Con herramientas “medievales” contra la economía sumergida
El señalado es el Ministerio de Hacienda, que está en manos de Olaf Scholz, vicecanciller y aspirante a canciller socialdemócrata en las elecciones generales del próximo 26 de septiembre. Su Departamento de Control Financiero del Trabajo en negro (FKS, por sus siglas alemanas) quedaba en entredicho el pasado verano por las investigaciones de la Radio-Televisión pública de Baviera (BR) que señalaban los problemas que presenta la lucha contra la economía sumergida en Alemania.
Falta de personal, de medios y de adaptación a la realidad económica del país lastraban en este ámbito la actividad del Ministerio de Hacienda. Basta para ilustrar este extremo estas declaraciones a la BR de un trabajador anónimo del Ministerio de Hacienda: “Desde un punto de vista estructural y de formación, el FKS es medieval. La situación informática es una catástrofe, se están volviendo a utilizar máquinas de escribir”.
Que Scholz y compañía no hagan tanto como se pudiera esperar de los responsables alemanes en la lucha contra la economía sumergida tiene que ver con la compleja problemática que suponen las actividades económicas que se pagan con dinero en negro.
Wir wollen die Finanzkontrolle Schwarzarbeit stärken, damit der #Zoll für mehr #Ordnung & #Fairness auf dem #Arbeitsmarkt sorgen kann. - Bundesfinanzminister @OlafScholz in der #Zoll-Jahres-PK zu seinem Gesetzentwurf, der der organisierten Kriminalität den Kampf ansagt. pic.twitter.com/fvlOIumCJ8
— BMF (@BMF_Bund) March 25, 2019
“La política está dividida. Oficialmente, los políticos dicen siempre, por un lado, que se quiere hacer todo lo que sea posible para evitar la actividad remunerada en negro”, subraya Enste. “Pero las posibilidades de descubrir una actividad que está en la economía sumergida es de una contra mil”, añade este experto.
La economía sumergida, un elemento de resiliencia económica
Además, economistas como él recuerdan ahora que cobrar en negro en tiempos de grave crisis económica como la actual también tiene un efecto positivo.
“Por supuesto, lo mejor sería que todos tuvieran un buen trabajo en la economía oficial, que todo el mundo ganara mucho dinero, tipo 500 euros la hora, pero esto no siempre es posible”, señala Enste. No obstante, a su entender, trabajar en negro también supone “un colchón” que sirve para amortiguar el golpe de la crisis y esto es algo “que conviene valorar positivamente”.
Con él coincide Schneider, el investigador de la Universidad de Linz. Para él, la economía sumergida “sirve como un amortiguador para las pérdidas de ingresos que de otra manera serían mucho mayores”. En tiempos de crisis como los que impone el coronavirus, economistas como él parecen amparar más que nunca el cobrar en dinero negro.
No en vano, en conversación con NIUS, el economista Richard Davies llama “resiliencia económica” al florecer de la economía sumergida ante las peores catástrofes.
Richard Davies explica a @SmmEnBerlin qué lecciones se extraen de situaciones económicas límite como las que viven los negocios en la costa después de un tsunami o en los campos de refugiados https://t.co/n4RImTQHcH
— NIUS (@NiusDiario) May 9, 2020