Borrell intenta mantener a Irán lejos del arma nuclear

La diplomacia europea intenta arrastrar a Irán de nuevo a la mesa de negociaciones
El 'ministro de Exteriores' europeo viaja a Teherán para reunirse con Javad Zarif
La diplomacia europea entiende que mientras tenga a Irán discutiendo no lo tendrá desarrollando armas nucleares. El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, viaja hoy a Teherán para reunirse con el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, a quien Borrell invitó sin éxito a principios de enero a Bruselas.
Borrell busca que Irán siga negociando sobre el acuerdo nuclear y sus cumplimientos y violaciones, ahora a través del mecanismo de resolución de disputas, y así se mantenga lejos del enriquecimiento de uranio necesario para fabricar armas nucleares. El ministro de Exteriores europeo intenta contener las tensiones para salvar un acuerdo que parece moribundo justo cuando la tensión entre Irán y Estados Unidos está creciendo desde principios de año después de que Washington asesinara al general iraní Soleimani.
El Gabinete de Borrell dijo la noche del domingo en un comunicado que el objetivo de la visita es “hacer bajar las tensiones y buscar posibilidades de solución política de la crisis actual”, además de “mostrar la determinación de la Unión Europea (UE) de preservar” el acuerdo nuclear de 2015 que Estados Unidos abandonó por orden de Donald Trump en 2018 y que según la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) Irán estaba cumpliendo escrupulosamente hasta entonces.
Forzar la negociación
Los europeos activaron el 24 de enero el mecanismo de resolución de disputas previsto en el acuerdo. Era una forma de presionar a Teherán sin llegar al punto de abandonar el pacto como había hecho Washington. Borrell busca ahora que este mes pueda haber una primera reunión “de conciliación” entre los signatarios del acuerdo, el único compromiso que tiene Teherán de no enriquecer uranio a los niveles necesarios para la construcción de armamento nuclear.
Además de limitar el enriquecimiento de uranio y de permitir el más intrusivo régimen de inspecciones nunca llevado a cabo por la AIEA, Irán recibía gracias al acuerdo los beneficios económicos de la eliminación de las sanciones que pesaban sobre su economía desde hace décadas. El abandono estadounidense del acuerdo, y sobre todo la intención estadounidense de sancionar a cualquier empresa –también a las europeas- que siga haciendo negocios con Irán, pusieron el pacto contra las cuerdas.
Las sanciones estadounidenses están disparando las tensiones con Irán porque dañan a su economía –lo que provoca protestas que Teherán reprime con violencia- al irle cerrando los canales de exportación de petróleo y cortando a su sistema financiero del resto del mundo.
Lo que pide Irán para volver al cumplimiento del acuerdo
Irán también ha ido dando pasos que dificultan el mantenimiento del acuerdo nuclear, como el anuncio que hizo el pasado 5 de enero, cuando advirtió que no respetaría el límite de centrifugadoras (las máquinas que enriquecen el uranio). Teherán también acusa a los europeos de no hacer lo suficiente para evitar las consecuencias de las sanciones estadounidenses. El Gobierno iraní asegura que volverá al cumplimiento del acuerdo siempre y cuando “se levantan las sanciones e Irán recibe los beneficios económicos que esperaba” gracias al acuerdo.