La miseria de un centro de menores inmigrantes revela la política del caos de Trump en la frontera

Los menores inmigrantes malviven hacinados, sin poder ducharse y cuidándose unos a otros
El centro se evacuó el martes, pero unas horas después varios niños fueron enviados de vuelta
Dimite el director de la patrulla fronteriza. Trump ha fulminado tantos cargos que ahora la política migratoria depende de interinos
Los niños cuentan que no pueden dormir, no porque el suelo de cemento sea duro, sino por el hambre. Les dan gachas y sopa de sobre. El agua sabe a lejía, por eso las madres guardan la poca embotellada que tienen para los biberones. Y eso cuando hay una madre. De algunas criaturas de dos y tres años, separadas de sus familias, se encargan otros niños de ocho o doce años. No hay pañales. No se han duchado en casi un mes. Son unos trescientos. Ninguna autoridad se ha dignado a dar una cifra exacta.
Así describen la situación quienes han entrado estos días en el centro detención de menores inmigrantes en Clint, una pequeña localidad granjera de Texas que se ha convertido en el símbolo de la vergüenza y la desorganización en la que está sumida la política migratoria de Donald Trump.
La última hora del desastre. Las indignación por las condiciones en las que viven los menores ha precipitado los acontencimientos.
- El director de la patrulla fronteriza, John Sanders, ha dimitido. El presidente lo ha sustituido por uno de los actuales contertulios de la cadena Fox News, Mark Morgan, un halcón que, por cierto, ya fue despedido por el propio Trump hace unos meses.
- Para colmo del caos, el martes fue evacuado el centro de detención, pero sólo unas horas después un centenar de niños fue llevado allí de vuelta. Nadie ha dado una explicación convincente.
- Hay familias que se acercan a donar pañales, jabón y toallas, pero los agentes les hacen dar media vuelta llevándose lo que han traído.
- La Casa Blanca culpa a los demócratas, que han estado bloqueando una partida de 4.500 millones de dólares para ayuda humanitaria. La aprobaron anoche a cambio de garantías de que ese dinero no se utlizará para endurecer las medidas contra los inmigrantes. Ahora es Trump quien amenaza con bloquear el presupuesto.
- Mantenerles en instalaciones improvisadas a los menores cuesta 775 dólares por cada niño y día. Tenerlos con sus familias, como antes de la era Trump, entre 256 y 298 dólares.
Cómo se ha podido terminar así. La afluencia de inmigrantes ha sido muy intensa, sólo en las últimas semanas se ha frenado algo tras las presiones comerciales de Trump sobre México. Pero el presidente y su administración se han mostrado incapaces de mantener un rumbo coherente en el último año.
- La Casa Blanca empezó a dar palos de ciego en septiembre. Los tribunales acababan de declarar ilegal su estrategia inicial de separar a los niños —a los que no podían expulsar— de sus padres. De aquel fiasco aún quedan 2.350 menores sin reunificar con sus familias.
- Ahora Trump prepara lo que llama “la Gran Deportación”. A la policía le llevó meses elaborar una lista con 2.500 ilegales y un plan para arrestarlos; aun así, la Casa Blanca insistió en multiplicar esa cifra por cuatro y en deportar también a los niños nacidos en suelo estadounidense.
- Esa obcecación por la mano dura rompió el equipo de Trump por las divisiones internas. El presidente ha fulminado tantos cargos que ahora buena parte son interinos.
Trump revienta la gran redada con un tuit
Para empeorarlo todo, el propio Trump arruinó el plan la semana pasada anunciando las deportaciones masivas con uno de sus tuits: “La semana que viene la policía migratoria va a empezar el proceso de expulsar a millones de extranjeros que han entrado ilegalmente en Estados Unidos”.
En aquel momento, los agentes no habían solucionado siquiera el problema logístico de dónde meter a tanta gente hasta que llegara el momento de deportarla. El viernes les dijeron que en hoteles. Después Trump anunció, también vía Tweeter, que todo se aplazaba dos semanas. En cualquier caso, ha arruinado el efecto sorpresa. El presidente que prometió el muro ha llevado a la frontera el caos.