Muere Vincent Lambert , el tetrapléjico convertido en símbolo del debate de la muerte digna en Francia

Vincent Lambert ha fallecido nueve días después de ser desconectado
Se encontraba en estado vegetativo tras un accidente de tráfico en 2008
Su familia se ha enfrentado, durante años, en una larga batalla judicial
El francés Vincent Lambert ha fallecido nueve días después de ser desconectado de la máquina que le mantenía con vida. "La noche de soledad e inconsciencia" -así definió su situación un informe del Consejo de Estado- ha llegado a su fin. El enfermero tetrapléjico de 42 años descansa en paz tras una larguísima batalla judicial que ha dividido a su familia. Ha muerto poco antes de las ocho y media de la mañana, en el hospital de Reims en el que estaba ingresado.
Lambert se encontraba en estado vegetativo. Sufrió lesiones cerebrales en un accidente de tráfico en 2008. Tres años más tarde, los médicos descartaron cualquier posibilidad de mejora y concluyeron que su estado era irreversible.
La batalla judicial ha dividido a la familia
La guerra judicial comenzó en 2013. Se han enfrentado dos bandos:
- A un lado, su esposa -también tutora legal- y seis de sus ocho hermanos, partidarios de desconectarle de las máquinas que le mantenían con vida de forma artificial. Esa era la decisión del equipo médico, adoptada al amparo de la ley Claeys-Leonetti -de 2006-, que regula el no encarnecimiento terapeútico.
- A otro lado, sus padres y dos hermanos, católicos conservadores que se oponían a dejarle morir y a lo que calificaban como “eutanasia encubierta”.

- Lambert no dejó escrito su testamento vital, lo que complicó el proceso. Su sobrino, otros familiares y amigos han afirmado que aunque el enfermero no lo dejó por escrito, él había manifestado en varias ocasiones que no quería vivir "como un vegetal".
Tres intentos y un intenso debate
Esta ha sido la tercera vez que el hospital tenía el permiso para poner en marcha el protocolo que permitiría desconectar a Lambert de las máquinas que lo alimentaban y lo hidrataban y someterle a una sedación profunda. En las dos anteriores, el proceso se había detenido por la oposición de los padres, que llegaron a amenazar a los médicos con denunciarles por "asesinato con premeditación". Hasta el último momento, ellos intentaron tirar de todos los recursos legales para frenar la desconexión.
"Quiero que mi marido se vaya en paz", ha repetido la esposa de Lambert
"Quiero que mi marido se vaya en paz", ha repetido por su parte su esposa, Rachel Lambert, en los últimos años.

El hospital inició el proceso el 2 de julio, después de que el Tribunal Supremo francés anulase una orden del tribunal de apelaciones que había obligado a los médicos a reanudar el tratamiento pocas horas después de que lo hubieran desconectado por segunda vez, el pasado 20 de mayo. El mismo episodio se vivió en 2013, cuando sus padres consiguieron que volviera a ser desconectado.
La justicia acabó dando razón a los médicos que sostenían que mantener con vida a Lambert era "una obstinación irresponsable", un "encarnizamiento terapéutico".
El caso ha abierto un intenso debate en la sociedad francesa entre quienes defienden el derecho a una muerte digna y quienes se oponen a abrir esa puerta.
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